Comienza el cese del fuego en Yemen
Por Guido Luppino
Cumplido un año de la intervención saudí en el conflicto civil yemení, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró una interrupción en las acciones militares a partir del 10 de abril próximo.
Luego de esta medida, seguirán las rondas de conversaciones para comenzar a buscar una salida al conflicto. Las mismas están estipuladas para el 18 del corriente mes, y tendrán lugar en Kuwait.
El pasado 26 de marzo se cumplió un año de la formación de la coalición saudí anti-huthi, que intervino de lleno en la guerra del país vecino. Nada ha mejorado desde aquel momento: la pobreza continúa, los enfrentamientos armados prosiguen su marcha, el estado de crisis humanitario persiste- la ONU ha declarado crisis humanitaria-, y cerca del 80% de la población necesita de ayuda humanitaria. Esta es la realidad que hoy vive la población de Yemen, a causa de la incesante guerra.
En cuanto al cumplimiento del primer año de intervención por parte del reinado saudí, se ocasionaron manifestaciones en la capital yemení, Saná, aún en manos de los huthies, en contra del accionar proveniente desde Riad, capital de Arabia Saudita.Recordemos que los Huthies, conocido también como movimiento Ansarolá, es una agrupación rebelde de la rama chií musulmán, enemiga de la rama sunita del islam, que viene exigiendo lograr una mayor participación política en el país desde 1962, ya que hasta esa fecha han gobernado Yemen del Norte.
Hagamos un repaso breve de la situación del país más pobre de la Península Arábiga. Yemen formó parte de los levantamientos populares de la llamada “primavera árabe”, desde 2011. En ese momento su presidente era Alí Abdalá Saleh, quien fue destituido de su cargo, como consecuencia de las movilizaciones civiles que exigían democracia. Luego de este acontecimiento, se llamó a elecciones presidenciales resultando ganador Abd Rabbo Mansur Hadi. Es necesario aclarar que Hadi fue vicepresidente de Saleh por 17 años.
Ya en el cargo de presidente, Hadi optó por seguir las “sugerencias” políticas provenientes desde los Estados Unidos y Arabia Saudita. Tal situación llevó al desplazamiento del campo político a múltiples facciones opositoras, siendo la más relevante la de los Huthies. Con el nuevo panorama político y social, estos últimos optaron por armar una coalición con el ex presidente Saleh y otras agrupaciones, con el único fin de volver a conseguir el gobierno del país.
Lo hechos mostraron alos huthies lanzando una ofensiva que terminaría con la toma de la capital, Saná, en septiembre del 2014, obligando a Hadi a marcharse de la ciudad. Por su parte, Hadi trasladó el gobierno a la ciudad de Áden, siendo reconocido el mismo por Arabia Saudita, EE.UU. e Israel. El nuevo contexto del paísmostraba dos gobiernos declarados y enfrentados entre sí, y el agregado de la presencia de una rama de Al-Qaeda en la frontera este.
Pero la situación empeoro aún más cuando desde Riad se formó la coalición anti-huthi, integrada por las monarquías sunitas de la región. De esta manera comenzaron los constantes bombardeos aéreos al país vecino. Como ya mencionamos al principio del artículo, la intromisión del reino saudí no cambió la situación, sino que profundizo la crisis humanitaria.
La coalición encabezada por Arabia Saudita cuenta con el apoyo de Estados Unidos e Israel, lo que nos hace presenciar una alianza occidente-sunita-sionista, quienes justifican los ataques realizando alegando que Irán es quien financia a los huthies.
Las noticias de las rondas de conversación a realizarse en Kuwait, llegan en un momento en que el Presidente Hadi echó de su gobierno al Primer Ministro y vicepresidente, Bahah.
Hoy el país, podemos decir, se encuentra divido en tres regiones: el norte se halla bajo el poder huthi, el sur permanece dominado por las facciones que apoyan a Hadi, con el respaldo desde Riad, y en la frontera Este se encuentran algunos territorios sometidos por la facción de Al-Qaeda de la Península Arábiga (AQAP).
Mientras esto sucede, la ONU declaró que el conflicto ha dejado más de 6 mil fallecidos. Debemos esperar el transcurso de las futuras conversaciones para saber si llevarán paz y estabilidad al país más pobre de la región.