Festival de Locarno: pantalla gigante para la producción latinoamericana
Sergio Ferrari, desde Locarno, Suiza
La nueva edición del festival más internacional y famoso de Suiza ofrece un espacio de gala para la producción cinematográfica de América Latina. Desde la composición del jurado internacional hasta las diferentes sesiones reconocen entre el 3 y el 13 de agosto el aporte de un continente que desde décadas asegura un lugar destacado en la cinematografía mundial. Dicho jurado es presidido por el realizador mexicano Arturo Ripstein e integrado entre otros cuatro miembros por el productor brasilero Rodrigo Texeira.
Hermia y Helena, del joven realizador argentino Matías Piñeiro –que ya en el 2014 presentó La princesa de Francia, su obra anterior- fue seleccionada junto con otras 16 películas para competir por el Leopardo de Oro, la principal presea que ofrece Locarno.
Lo acompaña en la carrera La idea de un lago de su compatriota argentino-helvética Milagros Mumenthaler, quien sorprendiera en el 2011 ganando Locarno con Abrir puertas y ventanas. Su actual film, también “première” mundial, es una co-producción argentino-suiza y contó con el apoyo de fondos de Qatar.
Es, sin embargo, en la segunda selección en importancia de este festival, donde el nuevo cine latinoamericano llega con más fuerza. Cuatro de las quince cintas en competición vienen de ese continente. El auge del humano del argentino Eduardo Williams; El futuro perfecto, producción argentina de la realizadora alemana Nele Wohlatz; Mañana a esta hora, de la colombiana Lina Rodríguez y la sorprendente coproducción boliviana-qatarí Viejo Calavera, del realizador andino Kiro Russo.
En la competición de Leopardo de Mañana, que busca premiar a los nuevos talentos, Non Castus del chileno Andrea Castillo buscará un lugar en el podio.
Fuera a las secciones tradicionales, otras obras latinoamericanas se pasearán durante los diez días del Festival de Locarno por las principales salas de esta ciudad de la suiza italiana.
La jornada previa al cierre, el 12 de agosto, en la Piazza Grande (la Plaza Grande, foto), extraordinario escenario a cielo abierto con capacidad para ocho mil espectadores, se presentará Poesía sin fin del conocido escritor, director de cine, dramaturgo, actor y guionista franco-chileno Alejandro Jodorowsky. Personalidad de la cultura mundial quien será galardonado en esta edición con el Leopardo de Honor por el conjunto de su carrera. En Locarno también serán presentados sus filmes La danza de la realidad (producción franco-chilena), La Montaña sagrada (mexicano-estadounidense) y Santa Sangre (italiano-mexicano).
En tanto, en la sección fuera de competición Signos de Vida, el director brasilero Julio Bressane llega con Beduino, su última obra.
En la prestigiosa Semana de la Crítica –organizada por la Asociación Suiza de Periodistas Cinematográficos- será exhibida El Remolino, de la directora mexicana Laura Herrero Gavín.
En homenaje al recientemente desaparecido director iraní Abbas Kiarostami se presentará la selección denominada Filmando en Cuba. Resultado de una de las últimas experiencias pedagógicas que el director realizara en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños en un master donde participaron 35 jóvenes actores de diferentes países. En la misma se incluyen Ceiba, de Ramiro Pedraza; Cinco años, de Martín Snyder; Heidi de Fatema Abdoolcarim; Hoja colorada, de Kai Tillman; Pezcal, de Pablo Briones, Piccolo mondo, de Alessandro Focareta; Se por acaso de Pedro Freire y Pasajera, del propio Kiarostami.
A destruição de Bernardet, de los brasileros Claudia Priscila y Pedro Marques; y Compêndio da vida de um homen gasto e o seu último desejo perante ela, de los también realizadores brasileros Eugenio Puppo y Ricardo Carioba, animarán por su parte, la sección Historia del Cine.
Locarno, una de las grandes convocatorias europeas junto con Venecia, Berlín, San Sebastián y Cannes, se rinde ante las evidencias. América Latina y su producción fílmica llegan hoy a este punto de encuentro de la producción mundial como una evidencia casi imprescindible.