"Ayer fuimos víctimas, hoy somos personas empoderadas"

"Ayer fuimos víctimas, hoy somos personas empoderadas"

21 Enero 2017

Por Macarena Sanchez Volpe y Paula Daporta en Lo Menos Pensado*

APU: ¿Cómo te llega la noticia de que Aldana estaba preso?

Carolina Luján: Me llaman de la querella, porque yo soy una de las tres querellantes dentro de la causa. Me avisa la abogada: “lo logramos, está preso”. Casi me muero. De hecho se enteró todo el colectivo porque grité “¡gracias, gracias, gracias!”. No lo podía creer, fue un shock. Me dieron muchas ganas de avisarles a mis compañeras y a mis amigas, porque la querella no se había podido comunicar con ellas.

Nosotras durante todo este año estuvimos laburando un montón con “Ya no nos callamos más”, que es la proclama que yo utilicé para la pancarta; y después (la también víctimas) Charlie y Felicitas cuando armaron el blog con otras compañeras más utilizaron la misma proclama. Estuvimos dando charlas por universidades, escuelas, centros culturales, armando encuentros y visibilizando durante todo el año no sólo nuestro caso sino también el de las otras compañeras: las denunciantes de (Lucas) Carrasco, de (Dante) Palma, de Miguel del Pópolo, y de muchos más. Y también creando un espacio para que todas podamos contar nuestras historias y que se genere ahí una reciprocidad, una hermandad, una visibilización ante todo. Está marcando un precedente que es para todo el movimiento, ¿no? Porque si esto se está logrando con una persona se tiene que lograr absolutamente con todos los violentos, abusadores, violadores y femicidas.

Realmente es muy feo contar tu historia. Por eso reivindicamos toda forma de denuncia: agarrar los aerosoles, hacer fanzines, hacer encuentros. Porque la realidad es que no es lindo ir a denunciar: el proceso es lento, es doloroso, es revictimizante, la justicia es patriarcal, es machista, eso es una realidad. A todas las compañeras que se animan y toman las fuerzas para poder esbozar sus historias, que sepan que hay toda una gran comunidad de personas hermosas en el país y en todo el mundo, feministas, donde van a encontrar apoyo, hermandad, un sostén para poder hacer ese otro trabajo que viene después de dar la palabra, que es curar la herida. Y darnos cuenta del poder que se genera cuando se toma la palabra, y tu historia ya no es una carga, sino un motor para dar fuerza a otras personas. Eso es bellísimo y muy reparador también.

Estamos en un momento histórico en el que hay una polaridad muy grande. Por un lado, la opresión llegó a un punto tal que tuvimos que salir a las calles y en este último Encuentro Nacional de Mujeres fuimos cien mil aproximadamente, todas bajo la misma bandera que es “basta, esto no lo queremos más y no vamos a aceptarlo bajo ninguna forma y bajo ningún pretexto”. Y al mismo tiempo ganó Macri, que es una realidad que nos está atravesando en el día a día. 

APU: En tu caso particular, esta sanación o este inicio de un proceso, va de la mano con un proceso histórico ¿en qué momento a vos “te cae la ficha” y te das cuenta de que lo que te estaba sucediendo no estaba bien?

CL: Tiene que ver con la importancia de esos pequeños gestos, de estar ahí, de escuchar y estar alertas. Porque, por ejemplo, yo tuve una banda toda mi adolescencia, desde los trece años. Hoy escucho las canciones y yo estaba gritando a viva voz que me ayuden, mis canciones eran muy explícitas, las letras eran muy explícitas. Yo creo que el momento de darme cuenta se dio porque hubo toda una secuencia atrás de pequeños actos de personas que me rodeaban. Me acuerdo de un amigo que me dejó de hablar porque veía la situación, y me decía “algún día me vas a entender”, hoy después de todo esto se volvió a conectar conmigo.

Mi niñez fue atravesada por la pobreza. También fue atravesada por el machismo, porque mi padre dejó a mi madre cuando estaba embarazada y ella tuvo que salir a trabajar (una historia que lamentablemente vivimos muchas personas). Hubo una situación de vulnerabilidad, y hubo situaciones de violencia también en mi niñez.

Cuando tenía catorce años iba contándole (a Cristian Aldana) todas estas cosas: que no tenía papá, que había sido abusada y él toda esa información que me iba preguntando (porque los psicópatas actúan así, te van sacando información de a poco para después manipularte a través de eso) en vez de usarla para actuar como una buena influencia, la utilizó para menospreciarme aún más. Eso se vio muy claro cuando convivimos. Y el “click” creo que fue que dentro de todo eso hubo personas que se acercaron, y en algún momento me dieron un abrazo, y en algún momento me dieron su apoyo, y de algún modo estuvieron ahí. Eso es muy importante, muy crucial en todo esto. Una demostración aunque sea mínima de cariño, salva vidas, te salva la mente. Porque soy cómplice cuando prendo la tele y consumo a Tinelli, cuando consumo toda la estructura que me está oprimiendo y no la estoy cuestionando.
 
Les quería compartir que la persona que abusó de mí cuando tenía cuatro años, que se llama Maximiliano Espina, hoy está preso en la preventiva. Y ayer me enteré de que está preso en Marcos Paz también, con Cristian Aldana. Así que para mí personalmente eso también es todo un suceso revolucionario. Estoy muy agradecida a las personas que lo denunciaron, quienes lamentablemente fueron víctimas también de esta persona.

Hay dos mujeres de las que no me olvido más. A una le cuento en los camarines del teatro de Lacroze que habíamos vivido una situación violenta, que yo estaba cansada, me acuerdo que me puse muy mal y le conté que me había golpeado y ella me agarra la mano y me dice: “bueno, tranquila, vos tenés que entender que él está con mucho trabajo, que está muy estresado”. Le cuento a otra chica y me contesta “ay, no me cuentes más, que me hace mal y tengo ganas de retarlo”.

Mucho después, cuando estábamos en el último período de convivencia, donde la violencia ya era terrible, hubo una secuencia: una situación en la cual Aldana me golpea, me viola, me dice un millón de aberraciones, todo con una locura de llanto, de pegarme mientras me decía “te amo”. Tocan el timbre y era un compañero de él, de la Unión de Músicos Independientes. Esta persona entra al departamento, yo estaba llorando desconsolada - imaginate mi aspecto, acababa de ser golpeada y violada -. Aldana le da las llaves del departamento, le dice “tomá, hacete cargo, no me la aguanto más”, y se va, me deja con esa persona ahí. Yo le digo que me quería ir para la casa de mi mamá. Y me dice “bueno, andá al baño, lavate la cara”, yo llorando sin parar, colorada y golpeada. Esa persona me acompañó hasta la estación de Once, me compró una gaseosa. Me dijo “tranquila, relájate, Cristian está muy estresado, él me hizo muy bien a mí, es mi mejor amigo, ya se le va a pasar”. Me dejó ahí y yo me tomé el tren en shock hasta lo de mi mamá. Esa persona obviamente va a tener que dar explicaciones en la justicia. Y seguramente lo encubra, porque la Unión de Músicos Independientes es un espacio encubridor, es un espacio revictimizante, es un espacio que nada tiene que ver con la música independiente ni con los logros independientes, que es una mentira. Loco, armen otros espacios que no los sostengan abusadores ni encubridores de abusadores. Lo siento mucho si les quita trabajo a muchas personas. A nosotras nos quitó la inocencia y muchas otras cosas mucho más importantes que un dinero mensual.

APU: La carátula contra Aldana es “corrupción de menores”, ¿hay chance de que más personas terminen procesadas o en prisión?

CL: Va a tener que ir mucha gente a declarar. Si van a ir presos, no lo sé. Ojalá. Porque varias personas se merecen ir presas. Porque nuestra vida vale y lo que hicieron con nosotras no es gratuito. Ojalá vayan presas todas las personas que tengan que ir presas, no sólo en este, sino en todos los casos. En este caso nombramos a un montón de personas, de bandas, de gente de la Unión de Músicos Independientes, y gente que trabajaba con él, sonidistas, etc. Bueno, toda esa red obviamente está en la declaración. La persona a la que estamos denunciando por violación, por corrupción de menores, por abuso sexual, por contagio de enfermedad, por golpes, por manipulación, por abuso psicológico, es Cristian Humberto Aldana.

APU: ¿Cuál viene siendo en este tiempo tu relación con los medios?

CL: Trato de elegir muy bien a quién darle una nota y con quién expresarme. También me parece importante que todas las personas que se abren a dar alguna nota periodística siempre estén alertas a tener el control del manejo de la situación, para que no sea una alimentación de morbo, o no sea lo que el medio quiera, y empezar a empoderarnos de ese modo. Y creo que si el caso este se está viendo desde una perspectiva bastante coherente, es gracias a todas nosotras, gracias al movimiento y a las denunciantes que le damos esa coherencia. Porque del otro lado obviamente siempre están las ganitas del morbo, porque es lo que vende. Entonces la coherencia la damos nosotras, y por eso es tan importante sabernos fuertes, estar acompañadas y estar todas juntas. Sola no se puede.

“Lo Menos Pensado”, lunes de 21 a 24 por www.radiobarbarie.com.ar. La entrevista completa en formato audio puede escucharse acá.