Burkina Faso: lecciones de una cooperación solidaria diferente
Por Sergio Ferrari
De Berna a Ouagadougou… de Suiza a Burkina Faso. Un “viaje” profesional y existencial tan profundo como significativo, como lo confiesa la antropóloga helvética Aja Diggelmann, quien desde noviembre de 2015 trabaja en ese país africano como cooper-actriz de la ONG INTERCAMBIAR (E-CHANGER). Coordina las actividades de comunicación y refuerza el área de gestión de proyectos de la Marcha Mundial de Mujeres /Acción Nacional de Burkina Faso (MMM/ANBF).
P: ¿Hay paralelismos entre el trabajo que realizaba en Suiza antes de partir, en un Centro para Inmigrantes, y su actual compromiso con la Marcha Mundial de Mujeres en Burkina Faso?
Aja Diggelmann (AD): Hay elementos comunes en cuanto a mis valores éticos y personales para realizar una y otra tarea. Dos trabajos muy diferentes, pero con motivaciones profundas semejantes.
P: ¿Cuáles son los ejes del trabajo de la Marcha Mundial de Mujeres en Burkina?
AD: Promovemos varios proyectos. Uno de los más importantes en la actualidad, que cuenta con el apoyo de Oxfam Quebec, es el apoyo a las mujeres restauradoras de la calle. Son mujeres que tienen pequeños restaurants con capacidad para atender una decena de personas. Participan 21 mujeres y les aseguramos la formación en diversas áreas, por ejemplo, para la elaboración de un plan de gestión. Tratamos que mejoren la oferta del servicio, que aseguren la calidad de la relación con los empleados e incluimos también a sus maridos. A nivel más global, acabamos de elaborar un Plan Estratégico a cinco años que se basa en la lucha contra la pobreza, contra la violencia a las mujeres, a favor del desarrollo organizativo, etcétera. Promovemos cursos en las escuelas sobre sexualidad y planificación familiar. Impulsamos también una serie de sinergias con otras organizaciones, sean femeninas o no, en todo Burkina Faso, para que la temática de género esté presente en diferentes sectores y actividades de la sociedad civil.
P: ¿Y en lo que concierne a sus tareas específicas?
AD: Tuve la responsabilidad de elaborar la propuesta del Programa de Comunicación, del nuevo Plan Estratégico. Coordino un grupo mixto e interdisciplinario de cinco personas que me acompañan en la reflexión y la definición de los contenidos. Promoví un sitio web para la MMM/Burkina Faso del cual me ocupo al igual que el Facebook y las redes sociales. En el marco del proyecto de restauradoras de la calle, me ocupé de elaborar una propuesta de seguimiento. Es decir, realizo un trabajo muy variado en la comunicación, en el reforzamiento institucional y en la conceptualización de la gestión de proyectos. Todo en una relación de intercambio permanente con mis colegas del equipo.
P: ¿Una visión horizontal de la cooperación?
AD: En efecto. Los primeros cuatro meses solo me limité a escuchar, observar, comprender las dinámicas internas. Luego comencé, poco a poco, a actuar y sugerir. Tal vez mi principal aporte es el de romper un estereotipo que existe y es real sobre la cooperación europea, y norte en general, que se aplica de forma verticalista y a veces impositiva. Rechazo esta forma de ver y concebir la cooperación.
P: ¿Cuál piensa que es el principal aporte de este tipo de cooperación especialmente personalizada?
AD: Sin duda, la tranquilidad de tener como mínimo un contrato de tres años facilita enormemente el proceso para aterrizar, “aculturarse” y habituarse a un nuevo marco de vida y de trabajo. Sin tener la ansiedad de deber intervenir aceleradamente en el equipo, con el riesgo de equivocarse. Hay que pensar que los ritmos africanos integran otras categorías temporales, más lentas desde la perspectiva productivista europea. Otro elemento clave es el concepto de intercambiar –como su nombre lo indica- sobre el tipo de cooperación: de intercambio, horizontal, y sin transferencias o imposiciones verticales. Es clave también que las contrapartes pueden elegir la persona que necesitan realmente para su trabajo y para el equipo. Escuchar la opinión de la coparte, tenerla en cuenta, integrarla desde el principio en la elección del cooper-actor o la cooper-actriz es esencial. Si no, se corre el riesgo de fracasos por expectativas desmedidas de una u otra parte. O bien porque el recurso humano que viene de Suiza no corresponde plenamente a las necesidades de la organización local. Todos esos aspectos hacen la diferencia. Definen un paradigma de cooperación solidaria con rostro humano con el cual me identifico plenamente.
P: Una reflexión final…
AD: Estoy totalmente persuadida que, en mi trabajo y mi vida en Burkina Faso, recibo mucho más de lo que doy. Que aprendo mucho más de lo que aporto.