"Hay una gran convergencia entre la mentalidad punitivista y la mentalidad del agresor sexual"
Por María Brun Lubatti*
“¿Cómo ser feminista y también antipunitivista?”, se preguntó Rita Segato, antropóloga e investigadora, al comenzar su exposición ante la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado de la Nación donde se está debatiendo el proyecto de ley para endurecer las penas de las personas privadas de su libertad. Se lo pregunta Segato como lo hicimos muchas de nosotras y nosotros después del asesinato de Micaela. Nos lo preguntamos porque entramos en contradicción. Lo cuestionamos porque pedir más penas, más cárceles nos hace ruido, nos incomoda.
Somos las que salimos a la calle para gritar que no queremos ni una menos. Somos las que en el trabajo, en el barrio, en el sindicato, en el colectivo discutimos una y otra vez que la violencia de género no incluye la agresión de una mujer hacia un hombre, que nadie debe decirnos cómo vestirnos, que preferimos ser libres antes que valientes. Somos las que hicimos temblar el mundo, las que le realizamos el primer paro a Macri. Y también somos las que vemos que la cárcel no es la solución, que el endurecimiento de penas no hace que dejen de matarnos. Somos las que queremos reflexionar para cambiar la sociedad, para cambiarlo todo y así, mirarnos vivas, libres e iguales.
Segato brindó su aporte al debate sobre el proyecto que modifica la Ley 24.660 que se está debatiendo en Comisión en el Senado. “El violador es un síntoma de un mal que es social y que nos atraviesa a todos. Es la irrupción, la manifestación de lo que anida en el inconsciente social. El crimen de violación, es decir el acto tipificado por la ley, es la punta de un iceberg, en el cual la violación se encuentra en su base y en todos los estratos, pero sólo la ley puede capturar la punta de ese iceberg. La mayor parte de las agresiones sexuales no pueden ser transformadas en crimen porque constituyen el mundo y la forma en la que vivimos", argumenta la antropóloga.
Parar a pensar, trabajar con los jueces, en los clubes, sindicatos, en las escuelas, en los barrios, es empezar a cambiar el semillero de la violencia que puede ser tipificada. “No se puede legislar, condenar, sentenciar sin pensar y lo que estamos viendo es el intento de actuar sin pensar", sostiene Segato en relación al debate en el Senado. Por eso es que también somos las que pensamos, reflexionamos y somos las que exigimos que el Estado se haga cargo. Las sanciones, las penas, llegan cuando una compañera ya no está o ya sufrió agresiones. Por este motivo, el endurecimiento de las penas no sirve y exigimos un abordaje integral de las violencias, de ese semillero que engendra al femicidio.
Exigimos políticas públicas que eviten los asesinatos, las agresiones y todo tipo de violencias. Y también luchamos para lograr mayor inclusión, menor desigualdad. Peleamos día a día para frenar el avance de las políticas neoliberales del Gobierno nacional, porque las mayores perjudicadas por el ajuste, somos las mujeres, lesbianas, travestis y trans. “El ajuste trae pobreza y ante esa situación siempre se produce la feminización de la pobreza”, expresó Cecilia Merchán en una entrevista con La Tinta.
Para poder llevar adelante estas políticas, para lograr pensar en soluciones hay que entender las agresiones. Al respecto Segato argumenta: "La agresión sexual no es una agresión del deseo sexual. El crimen sexual es un crimen por medio sexuales pero es un crimen aleccionador y también bélico. No es un crimen de la intimidad. El agresor y la víctima no tienen ni obtienen ninguna intimidad y no se trata de deseo sexual. El modus operandi es sexual pero no el móvil del crimen". Y así argumentó la respuesta perfecta para los misóginos como Bilardo que tienen minutos en la televisión para decir que las mujeres “no se pueden vestir como quieran porque incitan la violencia”.
El punitivismo no es la solución y nosotras queremos soluciones. También así lo expresó el comunicado del Colectivo Ni Una Menos: "No en nuestro nombre". En este sentido, la antropóloga concluyó su exposición al subrayar: “El agresor es un moralizador y los sujetos punitivistas también son moralizadores. Hay una gran convergencia”. Por esto, no pidan más penas en nombre de quienes luchamos contra el patriarcado. Nosotras y nosotros vamos a seguir pensando la raíz del problema, vamos a seguir cuestionando todo y sintiéndonos incómodos e incómodas pidiendo más cárcel como solución a nada.
*La responsable del área firma esta nota en nombre de la verdadera autora, quien no puede firmar por miedo a la persecución laboral