"Mejor equipo en 50 años": el déficit financiero, en su nivel más alto desde 2001
Por Enrique de la Calle
Mientras el ministro de Economía, el ex columnista del Grupo Clarín Nicolás Dujovne, destila optimismo, siguen llegando las malas noticias. Por lo menos en el plano fiscal. Este año, el déficit fiscal total (primario, más el pago de intereses de deuda) rondará casi los 8 puntos del PBI. Debido a la bicicleta financiera y el endeudamiento voraz, el Estado argentino paga alrededor de 30 millones de pesos mensuales en concepto de intereses de deuda.
Según Dujovne, ahora más incómodo que cuando tiraba frases ingeniosas junto a Carlos Pagni, la administración nacional cumplirá con la promesa de llevar el déficit primario al 4,2% del PBI. Objetivo posible. Lo que no se dice es qué pasará con el rendimiento financiero: ¿Qué ocurrirá cuando a ese rojo se agreguen las erogaciones que provienen del pago de deuda?
Describe el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF): “Los intereses de deuda recuperaron participación en el gasto en el último bienio. Si nos retrotraemos a la historia reciente, los intereses de deuda lograron su máxima participación en el gasto total en 2001 (22,2% de todo el gasto), luego bajaron considerablemente su participación, que entre 2002 y 2009 fue del 10% en promedio, y entre 2010 y 2015 se redujo al 7% promedio. En los últimos años se aprecia que los intereses representaron un 7,8% del gasto total en 2015 y un 8,6% en 2016”. ¿Qué pasará en 2017? Los datos no son alentadores.
De fondo, está el modelo económico macrista, que no se basa en el crecimiento de la actividad. Dice la consultora Economía y Regiones, según reseña Ámbito: "La actual política fiscal no sólo estimula el aumento del desahorro público atentando contra la inversión, el empleo y el crecimiento, sino que genera expansión monetaria (por 'adelantos transitorios' y por la compra de los dólares de la deuda) que presiona sobre la inflación dificultando la política anti-inflacionaria del BCRA". Así las cosas, el Banco Central sale a "aspirar" los "pesos sobrantes" a través de la fenomenal bicicleta financiera de Lebacs y Pases. En lo que va del año, el Central ya pagó casi 4 mil millones de intereses por las Lebacs. Negocio redondo (para pocos).
El "mejor equipo en 50 años" está endeudando al Estado dos veces. Una lógica que no es sustentable en el mediano plazo. Al oscuro panorama se suma el reclamo de muchos sectores por un dólar que se entiende "retrasado". Una devaluación pegaría sobre varios elementos de la cadena: el Estado necesitaría más pesos para pagar intereses en dólares; el nuevo tipo de cambio impactaría sobre la inflación y a su vez, sobre la política del Banco Central. En ese contexto, la actividad volvería a resentirse (está estancada desde 2016).