Palazzo: “El movimiento obrero debería tener un programa que los partidos políticos hagan propio”
Por Álvaro Erices
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué le diría a la juventud inmersa en la actividad sindical y cómo la prepararía desde la idea de “trasvasamiento generacional” teniendo en cuenta el actual contexto social?
Sergio Palazzo: Lo primero que les diría es que conserven siempre la capacidad de indignarse ante la injusticia, eso es lo que hace que un ciudadano común se convierta en un dirigente político sindical. Y que a partir de conservar esa llama que es indignarse ante la injusticia, transiten un camino de relación con los compañeros y compañeras que pretenden representar para interpretar lo que piensan, lo que necesitan y el motivo por el que luchan. A su vez, en lo personal, que busquen capacitarse permanentemente para ejercer dignamente y cada vez mejor esa representación que es un orgullo que los compañeros y compañeras les dan para que lleven adelante.
APU: ¿Qué postura toma desde lo sindical en relación a cuestiones de género, discriminación y violencia laboral?
SP: Si hay algo que tiene cara de mujer en la Argentina es la discriminación, es la precariedad, es la violencia laboral. En nuestro caso, entre los 50 principales sueldos en el sistema financiero, solamente el 17% son mujeres, siendo que son el 42% de la planta de dotación del grupo de trabajadores. Y no es porque les paguen menos de lo que dice el convenio, es porque no tienen la posibilidad de crecimiento para que su standard laboral llegue al de los hombres. Estos temas los llevaremos como capítulo a nuestra próxima discusión paritaria.
APU: ¿De qué manera se puede dar un espacio sindical en una plataforma electoral?
SP: Primero, yo creo que limitar a que en una plataforma electoral haya un capítulo dedicado al sindicalismo sería un reduccionismo de los partidos políticos. En todo caso el movimiento obrero debería tener un programa que los partidos políticos hagan propio y le incorporen cosas desde la política. Lo segundo, creo que la fuerza que puede desarrollar un sindicalismo con presencia, reconocido y legitimado por el voto de los trabajadores, puede coadyuvar a una decisión electoral de los trabajadores a favor o en contra de algo o de alguien. Por eso es una fuerza electoral importantísima y que tiene que tener una incidencia fuerte en un proceso electoral.
APU: ¿Qué le diría al resto de los sindicatos que están lejos de acceder a un acuerdo salarial como el de los trabajadores bancarios, pero que también tienen derecho a obtener reivindicaciones?
SP: Cada sindicato tiene su dinámica y dentro de su actividad cada uno sabe qué temas tiene que poner delante y discutir. No todas las actividades son iguales, entonces vos tenés por ahí que nosotros podemos discutir mejores salarios y condiciones porque es un sector de la economía al que le va bien y otros compañeros tienen que discutir empleo porque el impacto de importaciones les provoca despidos. Es difícil ponerse a decirle a las demás organizaciones o compañeros de otras actividades qué tienen que hacer. Sí diría dos puntos en referencia al caso de los bancarios: que los trabajadores asuman el compromiso y el protagonismo de ir adelante por lo que creen que es justo y que los dirigentes no traicionen sus convicciones.
APU: ¿Qué cree que hace falta para lograr la unidad de cara a las elecciones legislativas de este año?
SP: Se hace necesario que quienes integramos un espacio de pensamiento distinto al gobierno actual y a las políticas del gobierno actual tengamos la sabiduría de encontrar una síntesis a través de una propuesta, y no solamente en la discusión de candidaturas, porque acá lo que hay que discutir es poder. Es pensar cómo volvemos al equilibrio la balanza de empoderamiento que tuvimos los sectores populares en este último tiempo porque hay un trasvasamiento de ese poder a los sectores más concentrados de la economía. Éste es el punto principal que vino a cambiar el gobierno de Macrì en la Argentina. Vino a redistribuir el poder de un modo tal que los ricos sean más ricos y los pobres sean más pobres y en ese espacio político tenemos que converger todos y todas independientemente de nuestro origen partidario. Porque la irrupción de Macrì y del Pro en la política argentina cambió la lógica del bipartidismo que ya estaba en vías de extinción. Por eso la respuesta, además de sindical y en la calle con las organizaciones movilizadas, tiene que ser política.