Sergio Palazzo: “Me resisto a hablar de reforma laboral asociada a flexibilidad”

  • Imagen
    Sergio Palazzo
APU EN GELATINA

Sergio Palazzo: “Me resisto a hablar de reforma laboral asociada a flexibilidad”

09 Octubre 2024

APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Sergio Palazzo, diputado nacional y secretario general de la Asociación Bancaria, quien analizó la política de Javier Milei en relación al Banco Nación y la situación de los trabajadores.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo ve el momento actual?

Sergio Palazzo: Está claro que el modelo económico se sostiene para una pequeña minoría, que ha sido la histórica clase reaccionaria de Argentina que obtiene sus beneficios hoy. Quizá lo que tendríamos que replantearnos y discutir es porqué cuando accedemos al poder político no tenemos las mismas conductas. Ellos asumieron y, conforme su ideología y sus mandantes, cumplieron a raja tabla lo que venían a hacer: quitarle derechos a los trabajadores, bajar el nivel de ingresos, que mejore la tasa de rentabilidad de los sectores más reaccionarios y concentrados de la economía, blanquear la plata que durante años escondieron y que es la que le falta a los hospitales, escuelas y jubilados. No tuvieron ningún problema en hacerlo pagando todos los costos políticos y si había reacción represión. 

Nosotros, más allá de la justificación de pandemia, guerra y sequía mediante, no tuvimos la misma decisión política de ir por el respaldo de quienes nos habían votado y a quienes habíamos comprometido un ideario, no distinto, pero sí mucho mejor del que fue. Este modelo, bajo estas condiciones para muy pocos, se sostiene muy poco tiempo. El problema es el daño social que hace desde el punto de vista de las leyes que se cambian y de la acumulación de la riqueza. Un dato significativo: la pérdida del poder de ingreso de los argentinos hoy, y lo que ha perdido el sistema de la seguridad social por la misma, ya alcanza casi los 17 billones de pesos. Salieron del bolsillo del laburante, y de las arcas del Estado que no percibió, y pasan a engrosar el capital.

APU: ¿Considera que había consenso en las elecciones de que había que implementar un ajuste y que, al menos una parte, debían pagarlo los trabajadores?

SP: Primero, creo que la gente fue con desencanto y bronca a votar. Milei logró sintetizarla en un discurso, sumamente agresivo, contra la clase política dirigencial de todo tipo, no sólo la política. A partir de ahí, logró consolidar la grieta de su lado, pero pensando en que la misma no se resuelve por el consenso de ideas o la tolerancia a interpretar al otro distinto, sino por la eliminación. La grieta que él propone saldar es eliminando al otro, lo cual es muy peligroso. Ese fue el condimento con el que fue a votar la gente. 

Ahora, de ahí en más, creo que, encandilados por propuestas de que el ajuste lo paga la casta, muchos de los que lo fueron a votar no pensaron que les iba a recaer directamente sobre el bolsillo. Uno puede decir que fueron ingenuos, no sé. A veces cuando estás enojado, te va mal, querés que te vaya mejor por una cuestión aspiracional y alguien te propone vergel delante, terminas yendo detrás de eso prometido. No creo que, en su mayoría, lo hayan votado pensando que el ajuste tenía que ser tan brutal como está siendo, en particular, con los sectores que menos tienen.

APU: ¿El peronismo termina de tener claro cuál es su proyecto o programa?

SP: Creo que tenemos que tener un programa que encamine las ideas. Hoy hay una gran discusión de nombres y no me interesa. En lugar de estar discutiendo ideas y propuestas para atrapar otra vez el consenso de la sociedad hacia un programa nuestro de los sectores populares y nacionales, independientemente de nuestros orígenes partidarios, estamos discutiendo candidaturas y quién tiene o no la lapicera. 

Son importantes, sí, pero es más fácil ser o elegir candidatos a partir de que tengas un programa. Cuando logremos condensar en un programa económico, social y político ahí va a cambiar y la sociedad puede tener una mirada favorable, entre que tenés un programa, sabes para dónde vas y tenés las personas. Si tenés programa, tenés que buscar las personas que lo lleven adelante. Ahora, si no lo tienen, es una rosca política de quién va primero, segundo o tercero o quién tiene más o menos votos, lo cual es relevante pero lo importante es tener un programa.

APU: ¿Cuál es su reflexión sobre el proceso, hasta ahora pero de cara al futuro, por el cual representantes de los trabajadores pasan a integrar listas legislativas?

SP: Soy de los que cree, aún a costa de pagar costos políticos con mis afiliados, que el sindicalismo nunca tiene que estar escindido de la política. Cuando discutís en una organización sindical una paritaria o aumento salarial estás discutiendo a veces lo que el poder político no se anima, no sabe o no puede discutir, que es la distribución del ingreso. Que nosotros le saquemos al sector empresario un punto más o uno menos significa, si es un punto menos, mayor acumulación de capital y, si es un punto más, mejor distribución. Creo que está atada y vinculada la decisión de ser dirigente sindical a la discusión política. 

No entiendo ni a mi organización, que me toca representar, ni a ninguna otra escindida del contexto. Si nos va bien a los bancarios y al resto de la sociedad le va mal, es cuestión de tiempo que les vaya mal a todos, incluido a nosotros. Quizás seremos el último eslabón de la cadena, o el penúltimo, pero nos va a terminar yendo mal. Tiene que haber una interrelación y ocupar el sindicalismo lugares de decisión en el Parlamento. Cuando le toque ser políticamente gobierno al espacio donde militas tiene que tener lugares en el Poder Ejecutivo en cuestiones vinculadas a lo laboral, ingreso y lo social. 

APU: En relación a su rol como diputado, y también como representante de la Asociación Bancaria, ¿cuál es la situación actual ante el avance del gobierno sobre el Banco Nación? ¿Cómo se vincula la estrategia sindical con su rol legislativo? 

SP: En algún caso sirve para buscar consensos y tratar de salvaguardar derechos. Las empresas del Estado, lamentablemente, varias fueron puestas en el listado, aunque bajaron bastantes de lo que era la Ley 27.742 original. No Ley Bases, porque si no tengo que aceptar que se llama Ley de Bases y Puntos de partida para la Libertad de los Argentinos. Yo he sido siempre libre, salvo en proceso militar. Empecemos a llamar las cosas por su nombre. En otros casos sirve para convencer con argumentos y en otros para dar la discusión política y poner en evidencia lo que significa lo que están haciendo. Creo que esta es una tarea que uno lleva adelante ahí. 

APU: ¿Y con respecto al Banco Nación?

SP: Está claro que el gran laburo militante de todas nuestras compañeras y compañeros bancarios, con gran apoyo de la sociedad, logró instalar que el banco no tenía que ser privatizado. Se juntaron un millón de firmas en tiempo récord que fueron llevadas al Congreso y el Banco Nación y sus empresas vinculadas salieron del proceso de privatización. No obstante, la Ley 27.742 establece en uno de sus artículos la posibilidad de transformación jurídica de los entes y en otro de las sociedades del Estado, con lo cual la dejan comprendida dentro de lo que el Estado podría avanzar en su transformación jurídica. 

Ahí, inexorablemente, van a tener que pasar por el Congreso porque la carta orgánica del Banco, que es la que establece que es un ente autárquico del Estado, es una ley nacional. Sin embargo, queda claro que dan pasos hacia la privatización y tenemos que estar muy atentos. Por ejemplo, el banco acaba de resolver ahora cerrar una cantidad de sucursales en La Pampa porque el gobierno provincial subió impuestos. El gobierno nacional decidió secar a las provincias de recursos a través de no enviarles partidas que son de coparticipación no automática, Fondo de Incentivo Docente y de Transporte, entre otras. Caída de recaudación e ingreso de las provincias, por lo que equipararlos empiezan a generar alguna carga impositiva. 

APU: ¿Cuál fue la secuencia?

SP: La Pampa decidió ir por el juego y por los bancos y subió una tasa de ingresos brutos de 7% según el Banco, 9% según el Gobierno, al 15,5% hasta diciembre. Tiene un impacto fuerte. La reacción del Banco primero fue sacar la gerencia nacional y después cerrar una cantidad de sucursales. Por un lado, presionó para que no tuvieran recursos y, por otro, por subir impuestos. En primer lugar, es una asfixia a la provincia. Luego, es una decisión que debería discutirse más si hoy tenes que cargar un impuesto sobre las entidades financieras, que han bajado su nivel de spread producto de la caída de tasas y que lo necesitaba el sistema financiero para dinamizar la economía a través del crédito, porque lo va a terminar pagando, seguramente, una pyme a ese costo o quizás no haya suficiente crédito. 

Lo que hace el Banco está absolutamente mal. Lo hemos rechazado, lo repudiamos y lo hemos denunciado ante la Secretaría de Trabajo. No vamos a permitir que ellos avancen en un proceso de cierre sucursales por falta de rentabilidad porque es un banco público. Ellos dicen que no es rentable la sucursal y la cierran, pero dejan comunidades enteras sin posibilidades, ya sea a los jubilados o a los clientes de crédito. El banco tiene el doble de crédito que de depósito, por lo que tiene una presencia importante para la comunidad económica de La Pampa. La decisión que se toma es casi una venganza en función de lo que hizo el gobierno provincial pero en el medio están los trabajadores y la comunidad que recibe el servicio del banco. 

APU: ¿Cuál fue la respuesta de la Asociación Bancaria?

SP: Nosotros lo rechazamos. El viernes pararon los compañeros de La Pampa. Hemos hecho la denuncia, el martes hemos sido convocados a la Secretaría de Trabajo el banco y nosotros para empezar una discusión sobre este tema. Si el banco no lo resuelve garantizando los puestos de trabajo, salarios, condiciones laborales y permanencia de sucursales, y la quiere extender, está claro que va a tener un conflicto de orden nacional con la Asociación Bancaria porque no nos va a temblar el pulso de establecerlo si estos temas no se resuelven. 

APU: Por otro lado, hoy todavía parece que cuando hablamos de reforma laboral sólo se abordan las del tipo que propuso el gobierno. ¿Falta debate alrededor de la misma?

SP: Me resisto a decir reforma laboral asociada a flexibilidad. “Reforma”, agarren cualquier diccionario de la Real Academia, significa mejoras y acá no hay un solo artículo propuesto por ellos que lo sea. Mal llamada reforma, porque es un proceso de precarización, flexibilización y tercerización del trabajo. Es llevar a los trabajadores a situación de indignidad laboral. Ahora bien, creo que la posición de Cristina Fernández que molestó es porque malinterpretaron que estaba planteando la representatividad de los dirigentes sindicales o de las organizaciones. No, está planteando la representatividad de un sector que existe. 

Muchos lo denunciamos anterioridad y otros, bastantes, se enteraron con la pandemia que había once millones de trabajadores que fueron a pedir el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) porque estaban en situación de informalidad, que tiene distintas características: aplicaciones, teletrabajo o home office, los que históricamente estuvieron lamentablemente precarizados, que vienen del monotributo social, y el grupo de emprendedores, esa figura que intentó crear Mauricio Macri que, en la medida en que deben ser muy poquitos, son aquellos que tuvieron que precarizarse a sí mismos porque era la única salida que tenían para alguna posibilidad de ingreso facturando, manteniendo un servicio de obra social o en el marco de la seguridad social. 

Todo ese mundo son once millones de personas, cuando el SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino) tiene un poco menos de siete declaradas y en el empleo público menos de cuatro. Es decir, tiene casi más cantidad de trabajadores por fuera del circuito formal que dentro del mismo de la economía o de los sistemas laborales. Creo que hay que dar esa discusión y por distintos lugares. 

APU: ¿Por ejemplo?

SP: Primero, tenemos que hacer una gran tarea. Los compañeros y compañeras laburantes de las plataformas muchas veces ven al trabajador con derechos como su enemigo porque interpretan que por un lado se sienten libres de que tener o no laburo en función de que lo llaman. Eso no es mucha libertad porque a veces son catorce y eso es muy crudo. ¿Cómo le generas derechos a ese grupo que hoy está en la antípoda del pensamiento del derecho en muchos casos? Después, tenés otro grupo al que la comodidad lo lleva a decir que no se metan, es otra discusión. Por último, cómo empezas a generar mecanismos de trabajo registrado para ese gran número que son los monotributistas sociales. 

No hay que caer en que quitándoles derechos a los trabajadores vas a generarlo porque es el primer discurso en el que te enganchan. Entre una PyME y una multinacional son trabajadores iguales, lo que tiene que haber es mayor presencia del Estado en políticas para facilitar la comercialización de los productos, exportarlo o lo que tengas que hacer, o mayor dinamización del consumo interno para que los ciudadanos puedan comprar esos productos. Tiene que haber una mayor intervención del Estado, hay que discutirlo. Lo otro, sin duda, a discutir es el impacto tecnológico y la acumulación de datos, que se disparó en pandemia en Argentina y en el mundo. Tendría que haber códigos éticos de utilización de algoritmos para que no haya parcialidad en quien lo diseña y que algún laburante de las aplicaciones tenga más o menos trabajo que otro.

APU: En ese sentido, en la discusión sobre plataformas, ¿en qué estado está la disputa de los bancos con Mercado Libre, como principal representante de las fintech?

SP: Hemos presentado en el Congreso junto con Carlos Cisneros, que es mi compañero de Bancaria, diputado nacional por Tucumán, Miguel Pichetto, Juan Brügge, de Córdoba, y Julia Strada, un proyecto para regular los servicios los proveedores de servicio de pago y transferencia, que son las fintech y billeteras virtuales. Si son liberales, es igualdad de condiciones en el mercado, o son de la boca para afuera pero después reciben 150 millones de dólares a en exenciones impositivas, como Marcos Galperin. Tenemos problemas en jubilaciones y todo el mundo habla, pero vayan a preguntarse cuánto le eximieron de pagar de cargas sociales por la industria del conocimiento a Mercado Libre.

Creo que hay que poner en un pie de igualdad la competencia el ecosistema financiero, para lo cual el proyecto tiene cinco directrices importantes: la primera, requisitos de capital, son empresas que están cobrando una magnitud importante entonces no abras una empresita con no sé cuánto capital social; segundo, requisitos de gobernanza, que el Banco Central (BCRA) establece para quienes participan como idoneidad para ejercer el cargo, que no hagan demasiadas macanas y termine todo en una crisis; Tercero, por lo menos garantías de depósito en el BCRA, que es lo que te aclara que no tiene la publicidad de Mercado Pago porque están tomando dinero de alguien, y en particular cuando habilitaron el cobro de asignaciones familiares y jubilaciones, y lo estás teniendo en depósitos hasta que lo utilice. Si quebraste la empresa o te fuiste no tiene ninguna posibilidad de recupero eso, entonces tenés que tener garantía de depósito. 

Cuarto, requisitos de lavado de dinero, igual que tienen los bancos. Circula una cantidad de dinero impresionante por ese ecosistema que, sumada a las pequeñas, medianas o grandes cantidades, hace que haya un circuito de dinero que no está teniendo los controles que tiene un banco. Por último, creo que eso se corrige estableciendo cuál es el límite. Tampoco se trata de afectar mucho a quien utilice una billetera electrónica, sino de establecer una cantidad en UVAS (Unidad de Valor Adquisitivo) que puedas transferir en esas cuentas CVU que no implique una cifra sideral. Nosotros establecimos creo que cuatro mil UVAS mensuales, estamos hablando de seis o siete millones de pesos más o menos. Lo que exceda va a una cuenta bancaria para tener reaseguro. Lo otro lo dejas, no te metes con los pequeños usuarios o empresas. Quien tiene más de cinco millones de cuentas tiene que ser banco porque eso es sistémico, te mandas una metida de pata y te llevas puesto a más del 10% de la población argentina. 

APU: En esos debates, suele tildarse de que se busca prohibirle la tecnología a la gente.

SP: Claro, lo primero que van a decir es que afectamos la posibilidad de inclusión financiera. Ya lo sabíamos. Tenés casi un poco menos de cuarenta millones de titulares de cuenta en Argentina, entre cuentas bancarias, cuentas bancarias y cuentas de pago o sólo cuentas de pago, que serían las CVU. Hay un 1. 600.000 nada más que tienen únicamente cuenta de pago, no son tantos. No tendrían problema en que este dinero circule por el sistema. Hicimos un estudio a diciembre del 2023, que era la información cuando empezamos a trabajar el proyecto. El 98.5%, según el BCRA, de los adultos tiene una cuenta bancaria o cuenta bancaria y cuenta de pago, es decir, estás hablando de un grupo etario de edades inferiores a la mayoría. No es que está circulando en ese sector chiquito una gran cantidad de dinero, por eso establecemos el límite de los UVA. 

Esto lo ha hecho México, nada más que utiliza una unidad de medida fiscal o algo parecido, y también esto de que después de tantas cuentas tenés que ser banco, y ahí lo aceptan. En Brasil todo aquel que tiene una billetera virtual tiene que estar obligado a tener una cuenta bancaria, nada más que la administra el Banco Central y acá no habría una disposición tan grande como para hacerlo. La inclusión financiera no sería óbice para que avancemos en que estos muchachos estén regulados, particularmente las bigtech que se llevan hoy el casi el 80% del negocio. Estamos hablando de una sola empresa, no de las otras que son muy chicas en comparación.

APU: ¿Cuáles son las grandes peleas que se van a dar en el Congreso?

SP: Uno ya mismo, y espero que no haya sinvergüenzas y tránsfugas, que es el veto al presupuesto universitario. Sin eso, no pasa por el Congreso y deberíamos tenerlo, que me parece fundamental. La segunda es la apertura del proceso legislativo del año que viene. Va a ser electoral y creo que, conforme la plataforma política de los partidos, todos tendríamos que estar en una discusión superadora de lo que ha significado el ajuste de Milei. En ese interregno va a haber alianzas circunstanciales para victorias o derrotas por la fragmentación. Un día estaremos dos o tres bloques juntos peleando y otro quizás enfrentados. Después ojalá Argentina recobre normalidad porque de todas las derechas que andan por el mundo nos tocó la de más dislate mental.

APU: Por último, ¿cómo ve hacia adelante la organización del movimiento sindical y la estrategia del plan de lucha?

SP: Creo que viene un tiempo de mucha confrontación social con el gobierno, más allá de la organicidad y la organización que le tiene que dar el movimiento obrero a eso. Las políticas de Milei y su impacto ya están siendo muy cruentas. No solo atacó a los que no tenían sino a los que les quedaba un restito, que ya vendieron sus dólares para pagar la luz y el gas. Más aún con los propios anuncios que hace el gobierno. 

Si hay cortes de luz, sumados a los problemas económicos y sociales, creo que es un desgaste muy fuerte para con la clase media que lo acompañó mayoritariamente para que sea presidente y va a ocasionar una diversidad de conflictos sociales, que necesitan articulación para que puedan llegar a buen puerto en una solución y que no haya desmadres de otro tipo de órdenes. Me parece que va a ser un momento de muchísima fricción social a partir de la situación económica y creo que se necesita organización. En esa, uno tiene que ser, más allá de tener principios duros y convicciones fuertes, contemplativo en el sentido de sumar cada vez más masa crítica. Como dice el documento de La Bancaria en el último congreso, nos va la Argentina y nos va la vida en esta pelea.

URL de Video remoto