“El mecanismo de fuga de capitales hoy en día está legalizado”
Por Jorge Giordano
En abril de este año, un informe del Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana de la Educación y el Trabajo (UMET), estimó que el 39,1% de la deuda en dólares emitida en 2017 fue destinada a financiar unos 7.820 millones de dólares que fueron fugados del sistema financiero formal.
“El mecanismo de fuga hoy en día está legalizado, no hay ningún inconveniente para hacerlo”, sentencia Guillermo Robledo, coordinador del Observatorio de la Riqueza Padre Pedro Arrupe, vinculado al Papa Francisco. “El gobierno liberó totalmente los controles del gobierno anterior. Este proceso está ahora agudizado por las tasas financieras, que en el mundo son del 0% y acá en Argentina están entre el 25 y el 30%. Este es el corazón de la bicicleta financiera”.
Robledo insiste en la diferencia respecto a la situación previa a diciembre del 2015: “Cuando estaba el cepo, no podían fugarlo y los gerentes se veían obligados al desarrollo inmobiliario, o financiaban cosechas. Hoy directamente ese dinero se va al exterior bajo el concepto de utilidad financiera”.
Matías Kulfas se desempeñó como director del Banco Nación y gerente general del Banco Central durante el gobierno del kirchnerismo. Según analiza, “el gobierno actual instrumentó una liberalización financiera fenomenal que no se veía desde la década del '90. Cuando se levanta el cepo, no se retrotrae todo a noviembre de 2011 sino algo mucho más fuerte. Eliminó el encaje del 30% para los movimientos especulativos, flexibilizó mucho los plazos para liquidar exportaciones. El mercado de cambios hoy es un mecanismo de uso optativo. Los inversores entran y salen cuando quieren, los exportadores liquidan cuando quieren”.
Kulfas, crítico respecto a la gestión económica del segundo mandato de CFK, marca que “había que flexibilizar el cepo cambiario o volver a la situación previa a 2011, pero esto fue mucho más allá. Deja al país en un alto grado de vulnerabilidad ante una crisis o una corrida a nivel regional o mundial, las reservas son dinero proveniente de la deuda.”
“En el blanqueo sólo se reconoció el 20% del dinero que está fugado, sólo está declarado y no significa que se vaya a invertir en el país”, afirma Kulfas. Robledo señala que la fuga de capitales ocurre “a través del sistema financiero oficial hacia paraísos fiscales y también a través de sobrefacturación y subfacturación entre filiales y casas centrales de multinacionales”.
Fuga y misterio
El secreto absoluto de los paraísos fiscales, también denominados “guaridas”, dificulta el análisis de quiénes son los que fugan y en qué cantidades, pero otros datos pueden ser rastreables. La lista difundida por Hervé Falciani, ex empleado del banco HSBC, expuso a muchas empresas alrededor del mundo que depositaban dinero en sus cuentas en Suiza. Entre ellas aparecían Cablevisión, Telecom, Mastellone (La Serenísima) y Edesur, entre otras.
Según Robledo, “en general quienes fugan son las empresas más monopólicas, porque son las que pueden acumular más pesos y enviarlos al exterior. Ahí están los grupos Molinos, Arcor y Ledesma, que manejan el 80% de la producción alimentaria argentina. Están en todos los listados de investigación de fuga de capitales. El complejo petrolero-energético-gasífero también, son básicamente diez empresas como Grupo Bridas, Bulgheroni, TotalGas, Shell. Se calcula que fugan unos cinco mil millones de dólares por año. Lo mismo Aluar y Techint”.
La Unidad de Información Financiera (UIF) es el organismo estatal que tiene como objetivo prevenir el lavado de activos. El macrismo designó en su conducción a Mariano Federici y María Eugenia Talerico, provenientes del FMI y el HSBC respectivamente. Este último banco fue denunciado a nivel internacional por fugar dinero a paraísos fiscales. Para Kulfas, estos nombramientos marcan que “como mínimo hay serios problemas de intereses y un desconocimiento de la dinámica del sector público”. Robledo es menos diplomático: “Hoy ya no es la UIF sino una gerencia de los bancos. En la práctica no se van a investigar a sí mismos”.
Desde el Observatorio de la Riqueza que coordina Robledo confeccionaron un ranking en el que la Argentina está primero: es el país del mundo con mayor fuga de capitales per cápita. “Es casi veinte veces lo que fuga Brasil. La razón es que el sistema financiero argentino es el más liberal de toda América Latina. Brasil tiene un esquema en que la economía no está totalmente dolarizada como en Argentina. El dólar no corre en Brasil como una moneda cotidiana ni en el ahorro. Tiene instituciones que no tenemos, como el Banco Nacional de Desarrollo, o el sistema de Cajas de Ahorro. En Argentina existía ese banco pero lo desmantela Cavallo durante el menemismo”, afirma Robledo.
Balance del kirchnerismo financiero
Ambos economistas realizan un análisis de las políticas financieras del kirchnerismo. Coinciden en que fue el único gobierno desde la vuelta de la democracia que revirtió la agudización del proceso de fuga. Según Kulfas, “se le pusieron bastantes frenos a la especulación financiera. El problema principal fue que las políticas productivas y energéticas tuvieron muchas limitaciones y deficiencias y continuamos con una fuerte dependencia de las divisas. No logramos avanzar en ampliar la capacidad exportadora e industrial. Hubo limitaciones de las propias políticas”.
Para Robledo, una de las claves fue no crear instrumentos que construyan otra política productiva, como un Banco Nacional de Desarrollo: “No responsabilizaría solamente al kirchnerismo, creo que los sindicatos y empresarios eran quienes debían presionar al gobierno y no tomaron conciencia de que el Banco Nacional de Desarrollo tiene que existir. Cada vez que aparecía la idea, aparecía también el complejo mediáticamente estimulado que dice que el Banco que tuvimos era corrupto. Brasil tuvo también problemas al respecto, pero no desarmaron el Banco de Desarrollo. La CGT debería tener al Banco como prioridad del programa, y en un próximo gobierno el Banco Central debe tener otra lógica de funcionamiento”.