Sindicato de Lecheros: por la memoria, la vida y la educación
Por Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina
En la mañana del jueves 14 de septiembre nuestro Secretario General, el compañero Héctor Luis Ponce, se hizo presente en la Escuela Nº 10 del Distrito 5º Dean Diego Estanislao de Zavaleta, Barrio Nueva Pompeya, Ciudad de Buenos Aires, para asistir a la inauguración del mural «Campo Marchito» del artista Santiago Canción, junto al poema «Cuando las tizas se manchan» de nuestro compañero Jacinto «Jashi» Velázquez.
Las dos obras comparten la particularidad de honrar la memoria del maestro Carlos Fuentealba, asesinado a quemarropa por un policía de la provincia del Neuquén el día 5 de abril de 2007.
El compañero Ponce trazó una semblanza de Jacinto Velázquez, en la que recordó que la presencia de Atilra en el Chaco impenetrable fue a instancias de la inquietud social de Jashi. Es así que Atilra mantiene hasta hoy, entre otras acciones solidarias, una intensa actividad en la zona a través de la ONG La Higuera. La Organización, dijo nuestro Secretario General, se siente gratificada cuando apoya y desarrolla proyectos culturales, educativos y deportivos para la comunidad toda.
Eduardo López, Secretario General de la Unión de los Trabajadores de la Educación y Gremial de CTERA, resaltó que la lucha, como lo era para Carlos Fuentealba, sigue siendo por la educación, ya que es la condición sine qua one para concretar la igualdad de oportunidades para todos. Daniel Ferro, director del establecimiento educativo, agradeció la presencia de Atilra en el acto y resaltó el diálogo que se establece entre las dos obras. Recordó expresiones recientes del compañero Ponce, en cuanto a que el arte y el pensamiento son rebeliones permanentes que sirven de poderosos antídotos para los deseos autoritarios que intentan precarizar la cultura y el trabajo.
En efecto, por ese modo misterioso que el arte posee para darse y darnos una conciencia que cuestiona criterios y prejuicios dominantes, tanto «Campo Marchito», una mancha de tierra humosa que se derrama a la vez que se afirma en el espacio, como «Cuando las tizas se manchan», una plegaria contra la oscuridad, parten de la irrevocabilidad de la muerte para confluir en la continuidad (una continuidad más justa, más auténtica) de la vida, enfrentando el sufrimiento para celebrar la posibilidad (y la necesidad) de la esperanza.
Como no podía de ser de otro modo, el acto también estuvo atravesado por el reclamo de la aparición con vida de Santiago Maldonado, desaparecido desde el 1º de agosto, y el esclarecimiento completo del hecho.
Atilra donó a la Escuela Nº 10 un cañón proyector HD 86 WIFI, además de libros de los artistas Juan Carlos Pallarols y Rodolfo Insaurralde.
Al final del acto el compañero Ponce fue invitado por las autoridades del establecimiento a visitar la Cooperativa Mika Gaona en el asentamiento 21-24.
Cuando las tizas se manchan con la sangre de un maestro, se callan los pizarrones y surgen los moños negros. Las aulas pierden bullicio, todo se vuelve silencio, los patios de las escuelas parecen un cementerio. Y en lugar de algarabía sólo escuchamos el viento corriendo como un fantasma con un quejido siniestro.
Cuando las tizas se manchan con la sangre de un maestro... ya no sirven los pupitres y se marchitan cuadernos. Y junto a Carlos Fuentealba hay miles de niños muertos.
Jacinto Velázquez