El fútbol y la impotencia
Por Edgardo Nieva (*)
Cómo explicar lo que sentí en esta tarde de sábado. Al entrar al edificio donde vivo el encargado me dijo: “está por comenzar el partido de River”. Entré a mi departamento, y automáticamente prendí el televisor, empecé a cambiar los canales buscando el partido y no tardé mucho en darme cuenta que el fútbol había dejado de ser un derecho para los argentinos.
A partir de ese momento mi estado de ánimo comenzó a cambiar a una enorme velocidad. Bronca, impotencia y finalmente tristeza, una profunda tristeza. Porque, para mí, a partir de ahora, el fútbol ha muerto, porque se ha transformado en otro símbolo del atropello al Pueblo.
Podría pagar lo que el monopolio cobra para seguir viendo fútbol. Pero elijo no pagarlo por un principio básico de solidaridad con los que no podrán pagarlo nunca. Con los que deben elegir entre pagarlo o comer un par de días más al mes. Por mi filosofía de vida, profundamente cristiana y peronista. Por mi identificación con las carencias y los sueños del Pueblo.
Aclaro que digo Pueblo y no gente, porque el Pueblo está compuesto por ciudadanos, la gente está integrada por consumidores. Los ciudadanos conforman una República, los consumidores conforman el mercado. Los ciudadanos tienen derechos plenos, los consumidores tienen derechos restringidos a su capacidad económica.
Confío en que todos aquellos que hoy sintieron lo mismo no terminen claudicando, contratando finalmente el servicio. Si no lo hacemos quizás los números no les cierren o el negocio no les resulte tan redondo como imaginaron. Si esto se da, habremos logrado ganar una pequeña batalla. Pero muy importante, porque significará que no aceptamos retroceder ante un derecho adquirido, otorgado por un gobierno que gobernaba para el Pueblo.
(*) Actor, de gran trayectoria en cine y teatro. Entre muchos trabajos, uno de los principales lo vincula profundamente con la cultura popular y el deporte: fue el boxeador José María Gatica de la excepcional película de Leonardo Favio.