Suiza - Serbia, y la resistencia de la Gran Albania
Por Pablo Ayala
Suiza le ganó a Serbia 2 a 1 en tiempo de descuento con goles de Xhaca y Shaqiri y me hizo perder un punto al PRODE porque les había puesto empate. Las familias de ambos emigraron a Suiza y por eso juegan para la selección helvética y también por eso Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri festejaron sus goles ante la selección de Serbia en el Mundial Rusia 2018 haciendo un gesto propio de otro lugar: cruzaron sus manos para hacer el "águila bicéfala", un símbolo propio de los nacionalistas albaneses. Su forma de celebración levantó la ira de los serbios y trajo a la competencia deportiva las tensiones políticas que aún se viven en los Balcanes, al punto tal que la FIFA estudia sanciones y tanto en la prensa serbia como en la rusa (aliados historicos de los serbios) como en la prolija Suiza levantaron críticas.
El "águila bicéfala" es una imagen que aparece en la bandera nacional albanesa, por lo que los críticos del gesto de ambos jugadores señalan que podría avivar la animadversión entre los nacionalistas serbios. En Kosovo vive una mayoría albanesa que quedó dentro de Yugoslavia al terminar la 2da guerra mundial y en 2006 comenzó un conflicto que culminó con la nunca desinteresada intervención de la OTAN.
Mientras en Yugoslavia gobernó Tito que con sus partizanos liberó su país de los nazis sin ayuda soviética, con lo cual mantuvo su independencia ideológica y rompió rápido con el Pacto de Varsovia para adherir al movimiento de países del tercer mundo liderados por China y la India, en Albania otro partizano, Enver Hoxha asumió el gobierno y se asumió maoísta. Fue él quien dijo una frase que los peronistas le atribuimos a Mao Tse Tung.
Se dice que fueron a visitarlo dirigentes de Vanguardia Comunista organización que fue la primera en asumirse maoísta en la Argentina, aún antes que el PCR. Allí militó por ejemplo el Chino Zannini. También Arnaldo Arquez vicedirector del Nacional de Comercio N 2 de González Catán, desaparecido y torturado durante la dictadura cívico militar, a quien admiré siempre y cuyo corazón, afectado por la picana, le jugó una mala pasada hace unos 10 años. Fue Hoxha quién les preguntó a los dirigentes de Vanguardia Comunista que fueron a verlo como se podía ser maoísta en la Argentina.
-Si yo viviera en la Argentina sería peronista-. Le espetó a la delegación comandada por Roberto Cristina, luego asesinado en El Vesubio por la dictadura.
A veces se juega más que un partido de fútbol. ¡Roberto Cristina, presente! Viva Enver Hoxha y viva Perón.