¿Vuelve la hiperinflación a la Argentina?
Por Rodolfo Pablo Treber*
La inflación es el método universal para despojar a las masas del poder adquisitivo de su salario. No se trata de errores en el manejo económico o monetario, es política de clase dominante.
El único perjudicado es el Pueblo, que vive al día, sin poder ahorrar en dólares ni especular con las tasas de interés, y no puede defender su salario de la inflación en los precios de la comida, alquiler, transporte, luz, gas, agua. Recién dentro de un tiempo, después de mucho pelear, tarde y mal, se acordarán de él. Así, en resumidas cuentas, el sistema capitalista disminuye progresivamente la participación popular en la riqueza.
Gremios, consultoras, oficialismo y oposición admiten una inflación de entre 6% y 7% para el pasado septiembre y anuncian que hay alrededor de 45% interanual. Esta información es sobre lo que ya pagó el Pueblo trabajador con su bolsillo, pero esconde una realidad aún peor. En la estrategia de enmascarar las consecuencias de su política, los economistas del sistema evitan las series estadísticas de largo plazo y, más aún, los pronósticos.
Como es de nuestro interés desenmascarar causas y consecuencias de la política implementada, proyectamos la tasa inflacionaria, mediante cálculo compuesto, de 6% y 7% a 12 meses resultando entre un 101% y 125%. Teniendo en cuenta que por encima del 100% es considerada hiper, Argentina entra en un proceso de hiperinflación luego de 18 años.
Lógicamente, este análisis no será reconocido por el oficialismo. Pero el silencio de la oposición, y los agentes de prensa y propaganda de los grandes medios, deja visible el pacto de gobernabilidad que existe en la partidocracia demoliberal argentina.
La prolongada recesión económica que vivimos genera la pérdida de miles de puestos de trabajo en los magros sectores industriales del país y el proceso de hiperinflación, en el cual entramos, merma el poder adquisitivo del salario transfiriendo riquezas a la clase dominante. A esto se le debe sumar que solo el 42% de la población en condiciones de trabajar lo está haciendo en blanco, como la ley manda, como debe ser, mientras el 58% naufraga entre trabajo en negro, planes sociales y desocupación.
El tamaño del conflicto es coincidente con la revolución a emprender. El problema de la Argentina no se resuelve con asistencialismo, medidas paliativas, se resuelve con trabajo. 42 años sin volver a nuestras raíces, anti imperialistas, industrialistas, nos hace dar vuelta como mosca sin culo repitiendo errores y cayendo en las crisis planificadas del capitalismo, una y otra vez. La opción verdadera es la Patria y no la colonia, hay que volver a la línea nacional, San Martín – Rosas – Yrigoyen – Perón. Para que la Patria Argentina recupere su destino de grandeza y su Pueblo, la felicidad.
*Candidato a Jefe de Gobierno C.A.B.A, Social 21, La Tendencia