"Los gremios viven su propio cimbronazo por la marea feminista"
Por Enrique de la Calle
APU: Acaba de publicar el libro "La marea sindical. Mujeres y gremios en la era feminista". Para romper el hielo: ¿Qué podría decirnos de ese trabajo?
Tali Goldman: Son 12 historias, crónicas, de mujeres sindicalistas de gremios masculinizados. Se trata de sindicatos con mayoría de varones. Son relatos periodísticos, no es una investigación académica. En su mayoría, son mujeres que tienen cargos directivos pero no ocupan la secretaría de género, que es el lugar que suele estar destinado para la mujer en un gremio. Me interesaba ver qué pasaba con esas mujeres que disputan el poder en un ambiente tan machista. Son mujeres de la UOM, Camioneros, Gráficos, Curtidores, entre otros. Además, una de las historias es la de María Roldán, la primer delegada de Latinoamérica (fue delegada en los años 40, participó del 17 de octubre de 1945).
APU: Decía: son mujeres disputando poder en gremios muy masculinizados. Hay muchos estereotipos en torno al gremio repleto de varones. ¿Cuánto de ese estereotipo es verdad? ¿Cómo les va a esas mujeres en esos sindicatos?
TG: Siempre me interesó el sindicalismo, reivindico su lucha, más allá de las críticas particulares que puede haber. Por supuesto, existen esos estereotipos sobre el "macho sindical". Estereotipo que tiene muchas cosas verdaderas, por supuesto. Me interesaba ver dónde entraban esas mujeres en ese estereotipo tan masculino de cómo funcionan determinados gremios. Me interesó el rol de esas mujeres al interior del gremio, en las negociaciones paritarias y también en la calle, tocando el bombo y poniendo el cuerpo. Si hay que buscar un punto en común en las historias, a todas les costó el doble llegar a donde llegaron. Desde cuestiones estructurales hasta los pequeños detalles: hablar más fuerte para ser escuchadas, bancarse chistes machistas o no tener baño de mujeres en el gremio. Las mujeres enfrentan muchos obstáculos para hacerse de un lugar.
APU: ¿Cómo llegaron esas mujeres al sindicalismo?
TG: Ese es un punto interesante. La mayoría llegó por necesidad, no sabían qué era un sindicato hasta que se encontraron con el sindicato por algún problema personal (fueron despedidas o tuvieron algun inconveniente laboral). No sé qué pasa con los varones, pero para las mujeres el sindicato llega como solución inmediata de un problema. Otro tema en común tiene que ver con la solidaridad entre las mujeres: para ellas es más fácil encontrar espacios de unidad con otras mujeres, lo cual no es igual entre varones. Hoy, por ejemplo, tenés un espacio de unidad formado por mujeres de todas las centrales, de la CTA y los distintos sectores de la CGT.
APU: Uno de los ejes tiene que ver con el cupo femenino de representación sindical. ¿Qué pasa en gremios (como Camioneros, UOM o Curtidores) con tan pocas mujeres trabajadoras?
TG: Es un tema que me gustaría deconstruir, entre comillas. Siempre se pone el acento en el sindicato, de si cumple o no cumple con ese cupo femenino. Pero me parece que hay que mirar qué pasa en esos sectores laborales, mirar la cantidad de trabajadoras. La ley de cupo se sancionó en 2002, donde la ola feminista no estaba ni cerca. Es una ley que sirvió, porque muchas mujeres pudieron ingresar a los gremios. Creo que hoy, más de 10 años después, hay que repensar el tema. Hay que ir al fondo de la cuestión. Creo que las mujeres debemos ocupar trabajos a los que no podemos llegar sólo por ser mujeres. No hay otro motivo. Y muchas veces, los sectores donde hay solo varones son los de mejores salarios. ¿Por qué no hay pocas mujeres camioneras o en Mastellone, para citar ejemplos que trabajé?
APU: Habló recién de la ola feminista: ¿Cómo impacta en los gremios con mayor presencia de varones? ¿Las estructuras sindicales son receptivas de los nuevos tiempos?
TG: Hay de todo, como en todos los espacios que están viviendo su propio cimbronazo por la marea feminista. Hay gremios que ponen resistencia y hay otros que entienden que el sindicalismo es con las mujeres y con el feminismo adentro. De cualquier modo, lo que ningún gremio puede hacer es mirar para el costado, el tema está instalado. Las mujeres están creciendo y pidiendo pista. No quieren estar sólo en la secretaria de género, están disputando otros espacios de poder. Todavía hay pocas mujeres discutiendo en las mesas paritarias. Son los varones los que discuten nuestros salarios.