Hölderlin: La torre del Neckar

Por Ezequiel Palacio

¿Es posible acaso revivir el encierro, la locura, la malformación de una máscara ocultando las voces de la realidad?

Hölderlin: La torre del Neckar es una invitación momentánea a dejarse empapar por todo ese universo oscuro donde la locura, la poesía y una visión del mundo son vistas a través del encierro y una ventana. El unipersonal de Alejandro Spangaro nos abre por momentos esa ventana para que la asfixia no sea en tanto verdadera.

Los últimos 36 años de la vida de uno de los poetas más relevantes del siglo XIX pasados por el filtro emocional de un guía que transmite las vivencias de ese encierro, los dolores de la ausencia y la muerte, las desesperadas agonías del amor, mediante esa locura poética que conserva la habitación donde el guía nos introduce.

Sobre la obra
Un guía de turismo nos muestra la torre del Neckar, en Tübingen, Alemania. Allí, Friedrich Hölderlin, el poeta de poetas según Martín Heidegger, pasó sus últimos 36 años de vida sumergido en la locura. Ese recorrido conlleva a la mimetización del guía, haciéndonos creer por momentos que es Hölderlin, recitándonos algunos de sus poemas y pensamientos como él lo solía hacer, ahí, en la torre.

Sobre el proceso creativo

¡Hölderlin!… ¿Por qué elegí escribir un monólogo de este poeta y actuarlo?

La verdad, no lo sé. Siento defraudarlos con esta respuesta. Quizás suene fantasioso lo que diga, pero creo que él me eligió. Igual esa sensación va a quedar en mi imaginación.
Como me dedico a la actuación y quería experimentar enfrentarme solo con mi alma al público, decidí hacer un unipersonal, pero no sabía qué.
Una mañana, un amigo me muestra unos folletos sobre un seminario sobre filosofía que él estaba haciendo y entre esas hojas leo la siguiente frase: “El lenguaje es el bien más precioso y a la vez el más peligroso que se ha dado al hombre”, Hölderlin.
A partir de ese día empecé a investigar sobre su vida. Su nombre completo que es Johann Christian Friedrich Hölderlin, nació en Lauffen Alemania el 20 de marzo de 1770, y falleció en Tubinga, Württemberg, el 7 de junio de 1843. 
Ahí rápidamente encontré que a mitad de su vida, es decir sus 33 años aproximadamente, empezó con unos desequilibrios mentales llevándolo a perder la razón y pasar su otra mitad de vida en una torre a orillas del río Nekar, a cuidados de un ebanista llamado Zimmer, dueño de esa propiedad.
Sin dudas era él, sobre quién tenía que decir algo. Empecé a meterme de lleno en su vida y obra, y decidí decir algunos de sus poemas. Tenía que contarlos de manera que teatralmente lleve a los espectadores a ver qué le pasó a Hölderlin en esos años en la torre. La idea era tratar de contar brevemente su vida y aquellas personas que no lo conocían sepan que hubo un zuavo que decía: “El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona”.
Espero que puedan entran en la torre, disfrutar de algunos de sus poemas, sentir de cerca a Hölderlin, y mirar a través de su ventana el paisaje que solía contemplar día tras día.

¡¡¡Muchas gracias su majestad!!!... ¡¡Muchas gracias señor Barón!!...
¡Kalamarata ara capa awara capa ca parara kawa malarata…..!