Paraná: la policía provincial reprimió un comedor en la villa 351
Por Mariano Osuna*
La realización de un locro, también un guiso, una olla popular, los días 1 de mayo, como otras fechas en Argentina, es tradición en muchos lugares del país. La situación de la cuarentena extremó los esfuerzos de organizaciones comunitarias, barriales, sociales y territoriales en las realizaciones de comedores o merenderos ante las dificultades que el contexto social implicó. Durante la jornada del viernes, el Merendero, ubicado en la Villa 351, de la capital entrerriana, se encontraba haciendo un locro comunitario para entregar viandas en los alrededores del barrio. Minutos después de finalizada la tarea, integrantes de la Comisaría Sexta y de la Sección Guardia Especial, de la policía provincial, reprimió en el lugar ante un operativo en la búsqueda de miembros de dos familias de otra parte del barrio. El violento accionar utilizó balas de goma e hirió a vecinas y vecinos del Merendero y alrededores..
La represión de las fuerzas de seguridad fue constante y masiva, registrada en diversos celulares de personas del barrio, donde se visualizan las presencias de niñas y niños en el medio del accionar. La departamental de policía emitió un comunicado donde se refirió a conflictos entre dos familias y un recibimiento generalizado con distintos tipos de elementos que desencadenó el uso de las balas de goma. Por su parte, los vecinos confirman que fue una represión de cacería a todas las personas que estaban en su radar.
Agencia Paco Urondo habló con integrantes heridos del Merendero. Negaron que haya sido por un encontronazo entre dos familias. “La verdad es que es un atropello. Es aberrante lo que hicieron aquí”, denunció Sandra. “Desde el 2015 damos la comida aquí. Estábamos repartiendo viandas de locro”, relató sobre el contexto donde intervino la policía provincial. “Todo estaba dándose en plena paz. No hubo enfrentamientos entre bandas ni mucho menos”, desmintió la vecina.
“Ellos nos agredieron, nosotros tenemos los videos. Nadie se ha acercado de salud ni criminalística, no hay hecho ningún peritaje pero le echan la culpa a la gente”, detalló Sandra. Pidieron la intervención del Ministerio de Gobierno de la provincia y reiteraron que “la justicia está mal inclinada hacia los pobres. Solamente queríamos comer un locro un 1 de Mayo”.
“Hay chicos que están detenidos injustamente”, exclamó la integrante del Merendero, donde la Municipalidad y la organización solidaria Suma de Voluntades ayudan con los insumos. Seis personas fueron detenidas, cuatro de ellas mayores de edad. Uno de los detenidos, según fuentes oficiales, era buscado por tentativa de homicidio. Luego del procedimiento represivo y los múltiples heridos de vecinos del barrio, Fiscalía, a cargo de Juan Francisco Ramirez Montrull, abrió una investigación separada por el abuso policial. "No convalidamos ningún abuso de autoridad. Debe saberse claramente lo ocurrido y ello surgirá de las investigaciones y los testimonios. Tenemos respeto absoluto por el proceder de Fiscalía y el Juzgado de Garantías en cuyas manos está", manifestó la ministra de gobierno, Rosario Romero, luego del proceder policial, que tuvo, según afirmación oficial de la Departamental, dos efectivos con heridas leves.
La villa 351 es un barrio atravesado por la falta de urbanización, agua, cloacas, soluciones habitacionales, infraestructuras adecuadas y trabajo. Es uno de los lugares que requiere la urgente intervención oficial, mediante políticas públicas, como deudas estructurales. El merendero, como se replica en distintas partes de la ciudad, la provincia y el país, es una red que transcurre en el acompañamiento cotidiano en la asistencia inmediata y también en la construcción de lazos comunitarios, fundamentales aún más en estos tiempos.
Una forma de colaborar, en una jornada significativa para la memoria histórica, terminó de la peor manera. La represión y la violencia institucional es otra pandemia general que requiere perspectivas de análisis que superen la esfera de la seguridad, desde un punto de vista criminal. La investigación abierta, muchas veces con los obstáculos prácticos de la corporación policial y judicial, es una buena noticia para visibilizar el abuso represivo y las necesidades históricas que piden estar en agenda.
* Corresponsal de Agencia Paco Urondo en Entre Ríos