Cros y Ancalao: la empatía y el convite de la poesía patagónica
Por Álvaro Urrutia
Cuando logramos correr el velo turístico y extractivista con el que, comúnmente, se considera a la Patagonia, reconocemos que la característica principal de este territorio son los largos viajes, el pueblo mapuche y tehuelche, las migraciones incesantes, las grandes luchas contra el despojo y el saqueo, el condicionante vínculo con el clima y una gran dinámica social receptiva. La poesía que se escribe desde Patagonia ha tenido su mejor y más noble expresión en la Colectiva de Escritoras Patagónicas. Un grupo de poetas de estas latitudes, desde un impulso político-afectivo a partir de las redes sociales, comenzaron a publicar videos de poemas de autoras de nuestro sur. Esta acción en que lectoras, docentes y escritoras ponen voz desde múltiples puntos de la vasta Patagonia, es el fruto que visibilizó un modo de diálogos, lectura y escritura vivida desde las necesarias visitas lejanas, la afinidad y la hospitalidad. Este sistema de genuina reciprocidad trascendió por su propia dinámica los márgenes de la Patagonia e incluyó a voces del sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
El 20 de junio, en la víspera de la noche más larga que simboliza el cambio del ciclo anual para los pueblos originarios del hemisferio sur, conversamos con Graciela Cros y Liliana Ancalao en el marco del ciclo Cuatro de Copas (que hace cinco años organiza el Espacio Cultural Pez Dorado) y las escuchamos leer sus poemas. Graciela y Liliana son dos poetas, a pesar de su diferencias, emblemáticas del dialogo virtuoso que desde hace décadas sucede en la Patagonia. Las historias de ambas tienen recorridos y amplitudes temporales diferentes. Graciela es oriunda de Carlos Casares, pueblo bonaerense fundado en 1909 cuando ya se habían repartido las tierras arrebatadas a Ranqueles, Mapuches y Tehuelches, a unos kilómetros del Fortín Paz, parte de la frontera oeste del estado argentino con Wall Mapu. Estudió letras algunos años en la Capital antes de instalarse en la ciudad de Bariloche, donde hoy reside.
Liliana es oriunda de Diadema, un pueblo pequeño ubicado a 20 kilómetros de Comodoro Rivadavia, ciudad en la que reside hace décadas. Parte de su familia se encuentra en una comunidad mapuche de Cushamen, sitio tristemente conocido por la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado y la resistencia de las comunidades ante la impúdica ambición de terratenientes extranjeros que buscan despojarnos de sus tierras. Desde chica visitó a las hermanas de su madre y esto marcó el camino de su reencuentro con sus raíces mapuches. En Comodoro, allá por el año 94, fundó junto a los suyos la comunidad Ñamkulawen. Liliana es descendiente del cacique Ancalao quien eligió, en la segunda mitad del siglo XIX, no confrontar con el Estado argentino. La comunidad de los Ancalao estaba asentada cerca de Bahía Blanca, donde hoy está la Base Naval Puerto Belgrano y la ciudad de Punta Alta. A pesar de que el Estado argentino les reconoció la propiedad sobre esas tierras, el mismo Estado los despojó de ellas, y parte de la comunidad migró hacia el sur del río Colorado.
Hay una tendencia en ambas a la primera persona, pero lejos están sus poéticas de ser autobiográfica. El yo femenino de sus poéticas no es ególatra, naif o nihilista, sino que es un yo disruptivo y empoderado que provoca un dialogo que sacude a los lectores y del que nadie sale del mismo modo que llegó.
En Ancalao el yo poético se despliega desde un tono dialogal, cotidiano y certero, coronado con metáforas que nos convidan con el universo simbólico mapuche. Los poemas nos cuentan historias de experiencias femeninas. El tono es cadencioso. La sinestesia es la principal consecuencia de las vivencias que nos muestra. Por un lado, las historias de mujeres nos acercan a vivencias que pueden ubicarse en un espacio y en un tiempo determinado, pero por otro, las metáforas siempre justas, nos llevan a un tiempo cíclico y a un modo de estar que no tolera los márgenes de una historia como sucesión de experiencias individuales. Su poética se hace certera con la empatía que despierta al mismo tiempo que comienza a expandirse, desbordando los márgenes del yo poético, llevándonos a las voces de la gran historia de todas las mujeres: niñas, tías, madres y abuelas. Si logramos despojarnos del dato biográfico al acercarnos a sus poemas, gracias a la riqueza estética y la genuinidad con que están forjados, podemos escuchar a millones de mujeres de nuestro continente. Su obra, escrita en mapudungun y español, surge de una experiencia de Wall Mapu deudora de la memoria oral que antecede y subyace a la cultura escrita.
El camino de Cros es por una huella diferente. No hace pata ancha, como Liliana, en una vivencia ligada al derrotero y a los saberes de los pueblos originarios y sus herederos, sino que se sustenta en la tradición poética argentina y occidental. Sus temas por momentos parecen moverse en los vórtices de los grandes nombres que protagonizan la historia universal, pero esto no es tan así. Como la Bariloche cosmopolita en la que habita Graciela, sus poemas se abren y atrae a todos, pero no lo hace para ofrecer el producto Patagonia: por el contrario, con tono humorístico y festivo destruye esa máscara y nos lleva a la otra realidad. El yo poético de Graciela Cros es un gran anfitrión que, después de preparar la fiesta con mucha y amorosa delicadeza, nos convida sus inquietos versos. Su poética poblada de nombres propios, de personalidades históricas, atrae a lectores u oyentes para hacerlos parte de una genuina bacanal que acontece con todos. Sus poemas acaecen bailando y cantando. La erótica es el factum de su obra. Esta es un ritual pagano del que todos somos convidados a ser partícipes. La poeta anfitriona nos invita a ser parte de un universo estético en el que ya habitan las barriadas y tomas barilochenses, los migrantes y mapuches, Elvis, Newton, Eliot, Bignozzi, Viel Temperley, Cortazar y los Mansilla, entre muchos otros. Su poesía es una gran invitación a recorrer bailando y cantando la cruda e injusta realidad Patagonica.
Así como Graciela parte de la tradición occidental haciéndola dialogar con la Bariloche y la Patagonia real y Liliana lo hace desde el latinoamericanismo, la reivindicación y vivencias de los pueblos originarios del continente. Ambas poetas confluyen en la centralidad de una yo poético femenina que se refuerza en la oralidad y la inevitable sororidad.
Liliana Ancalao
Pu zomo engu mawun/las mujeres y la lluvia
pu zomo engu mawün
fey chi pichikezomongeiñ amuiñ
montulngeiñ lepün mew
antü inantükueiñ mew kawellutu
welu küyen elürpaeiñ mew ñi pu ko nepeiñ mew
tüfey pun peiñ kiñe lom metawe, llawe pelaiñ
pu machikimelpeyel
llegiñ, feley, mülum mew
pepikawküleiñ, pu wampu ñi leliael ñamkülelu
ngenoshumelkezomo chiway mew
mawünwünn mew tapülfüna iñ kug
witrañpramlu wenu mew
keipüleimew ayün püñeñaimi
trapelngelaimi, llowaimi,
nge treifunakümlu mew, ñuin ayen ñi llallitun
mülekayay chi fainu eimi mi putramew
llükaalu am ñukengealu
kom kizulenche ñi ñuke miawlu rupu mew
wau mangitripalu chafozüaeimew
pu ishim zungulalu mew
traigen mew chem pepi pilaymi
welu llowaimi ñi wütruael pichi ñochi
chaliaimi, piaimi nien mawün
alütripaimi alüpramülewe mew
lafken mew wenu mew
ka ngütrawtuay lafkenkachu pu lom mew
iñche kimün pu zomo turpu kamapukünuwlay
nülafingun chi wülngiñ ñi pu chirif
ka ngümaingün
ülpuingun chi fochon ekull
kütrüfingun, kafliftuyngün, katrüyngun pu cebolla
ngütantuyngün , lepüyngun, runkayngun pichikeche mew
küchayngun
chew kimüyngun
ka zomo rulpayngun ñi mongen
ñomümishimüyngun
ayülayngun ñi weyun ñi eluzungunon
pütokoy chi kaiñe
elkayngun ñi mülenon ñi mollfun amulewelalu anümche mew
pu zomo külliyngün ailiñ nütram mew, likan nütram mew
katakonuyngun rangiñ kaiñe
iñche nütramrakizuamün
nütramwitranentun perkan mew
pepi montulün aimeñ nütamtakuñman
atahualpa ñi mamüll üikülelu
tüfa nütram eluafiñ tüfeichi zomo
wütrungentulu, tüfeichi zomo katrütufingun ñi pu ishim
kiñechi febrero mew, iñche mülen tüfey mew mapu mew
kom mawün müley
kiñeazngefuy kai kai ñi illku wente iñchiñ
wutrengey ko
pu kushe petulüyngün chi ngillatun
mülen ñi femagel
chumül müten yeiñ
trañmaleufü katrütufinge rume mawün
mapu ptokolay mapu rulmelay
chem no rume ngelaiñ
tiza wiri ñamümlu ko mew
pu pataka tripantü mew
chi antü nülakünuy pu tromu
meridiana epulef ñi füchazüngun
witrañpramuy kawellu taüll
rakizuamün kallfuwenu pepingeafuy
tüfa relmu kallfuwenu pepingeafuy
pu kawellu witrünkülelu
moro zaino pangare tostado bayo
chalifingun afmapu küme nümüi mapu rupan füchamawün
las mujeres y la lluvia
cuando niñas vamos sueltas por el patio
y el sol nos persigue de a caballo
pero la luna implacable nos va dejando sus mareas
hasta que nos desvela
y esa noche encontramos
un cántaro
en lugar de la cintura
aprendices de machi las mujeres
nacemos así al rocío
listas para mirar los barcos que se pierden
descalzas a la neblina antes de que amanezca
nervaduras de lluvia nuestras manos
levantadas al cielo
te salpicará el amor
parirás sin amarras
y recibirás con ojos arrasados
la visita intermitente de la risa
permanecerá la llovizna en tu vientre
porque no te atreverás a ser la madre
de todos los desamparos
que andan por la calle
caudal desubicado te desarmará
en pájaros que no saben hablar
a borbotones no podrás decir
lo que quisieras
mejor dejarlo que se derrame despacio
decir
permiso tengo lluvia y alejarse
a una altura al mar al cielo
hasta que vuelvan a apretarse los musgos
en las profundidades
yo conozco mujeres que nunca se alejan
le abren la compuerta a sus gorriones
y lloran
enjuagan el trapo mojado lo estrujan
limpian con él la tabla
pican cebollas
igual hacen las camas
barren la casa peinan a los chicos
igual lavan
dónde aprendieron
hay otras que se pasan la vida domesticando
a sus pájaros
porque no quieren que irrumpan sin aviso
y los beba el enemigo
guardan su sangre su ausencia quietos en el fondo
y apuntan con palabras nítidas de cuarzo
que van a dar al blanco
yo a las palabras las pienso
y las rescato del moho que me enturbia
cada vez puedo salvar menos
y las protejo
son la leña prendida de atahualpa
que quisiera entregar a esas mujeres
las derramadas las que atajan sus pájaros
una vez en febrero yo estaba ahí
en el campo
y se llovía todo
parecía la furia de cai cai sobre nosotros
el agua estaba helada
las ancianas prosiguieron el ritual
y tuve que quedarme
hasta cuándo aguantaremos
pará la lluvia dios es demasiada
no la bebe la tierra se atraganta
y somos casi nada
trazos de tiza borrados por el agua
después de unos siglos el sol abrió las nubes
la voz gastada de meridiana epulef
levantó el taill del cauelo
pensé que dios podía ser ese arco iris
o los caballos en fila
moro zaino pangaré tostado bayo
saludando al horizonte despejado
huele tan bien la tierra después del aguacero
kiñeke pewma
nielan pu pewma
amulechi mapu mew
tüfachi pewmangelay iñche mew
mongeli waria mew
pewmalan pu piuke winüngküleyngün
trananakümküleyngün kuyüm mew
kam pu choique kallfükepichun mew
mañumtufalin pulaberinto müten
pu mapa
pu rüpüwaria ngeno üy
llükan iñche ñi trenlan
kiñe rupa iñche nampülkali
ka kiñe pewma nürüftükuenew
ngüñun rüpüwaria mew
ngeno tripan
kimelenew ñi kamapukünulan
zuamkünufuiñ
mülekafun
wallotiyawüam kom mapu
wütalu iñche ñi püñeñ ñi putra mew
fey mew pepi mülen
feichi wülngiñ afmatuam nülawfuy
rakizuamn tufachi pewma kimeleyew kewan mew
apon testikungefun
feichi moyolpüñeñ mew
we müchaike mew
wekelleglu ñi epu tren mew
Desiderio
umañmalu ñi wariaruka mew
pewmawi
wechimapu mew
kawelltuy
kümezuamküley
püntülenew engün pu nofillo
inafel leufü mew
welu kay
nütramenew
tüfachi pewma mew:
-kiñe ñarki lefkontuenew
nüwfuy pu wili mew ñi putra mew
nüfiñ newentu
püntünentufiñ
ütrüfiñ
müte kamapu-
pifiñ zichoyum
kiñe chingküz züwen pültrükünuley
rakizuamn tufachi pewma kimeleyew kewan mew
apon testikungefun
feichi moyolpüñeñ mew
we müchaike mew
wekelleglu ñi epu tren mew
Desiderio
umañmalu ñi wariaruka mew
pewmawi
wechimapu mew
kawelltuy
kümezuamküley
püntülenew engün pu nofillo
inafel leufü mew
welu kay
nütramenew
tüfachi pewma mew:
-kiñe ñarki lefkontuenew
nüwfuy pu wili mew ñi putra mew
nüfiñ newentu
püntünentufiñ
ütrüfiñ
müte kamapu-
pifiñ zichoyum
kiñe chingküz züwen pültrükünuley
wenuruka mew
-chau
¿pefimi? tüfachi lefnüpewmangey
cherokeeche mew
kiñe ñeweñ rupafemlafi wezañmakepewma-
-welu tufachi mew lefnülafi
rupafemüy- pienew
zichoyum rakash ruka mew
-trürkechi
kruszewman epu alpargata mew
femngekile.
casos de pewma
no me tocan los pewma
venidos de la tierra
es que no soy correspondida
porque vivo en la ciudad
ni corazones que palpitan
tirados en la arena
ni choikes de plumas azules
sólo merezco laberintos
mapas
calles sin nombre
y miedo de no llegar a tiempo
como esa vez que iba a viajar
y el pewma me encerró
en una esquina sin salida
fue su modo de avisar
que no me aleje
le hice caso
y me quedé
rondando el mundo
que latía en el vientre de mi hija
y entonces pude estar
presente
cuando se abrió la puerta del asombro
y fui testigo
plena
de ese niño de los minutos nuevos
de los recién nacidos padres
Desiderio
alojado en mi casa de pueblera
se sueña
en el campo
anda sereno a caballo
aparta unos novillos
muy cerca del río
pero también
me cuenta de este sueño:
-un gato me atacó
se me prendió con las uñas al estómago
y lo agarré con fuerza
lo desprendí
y lo tiré
bien lejos-
pienso que el pewma le avisa de peleas
y le digo señalando
el tejido circular
que colgué del cielo raso
-papá
¿ves? este es un atrapasueños
de la gente cherokee
una red que no deja pasar los malos sueños-
-pero a éste no lo atrapó!
siguió de largo! - me dice
mientras señala el piso
-igual
crucé las alpargatas
para que no se cumpla.
Graciela Cros
Pampa de Huenuleo
¿Hay sol ahí en Pampa de Huenuleo?
¿Hay sol ahí en Pampa de Huenuleo
o sólo hay frío, hielo y muerte?
¿Hay sol ahí
o hay mujeres arrojadas al descampado,
asesinadas, violadas, comidas por los perros?
Desaparecen mujeres
cerca de uno.
En Arrayanes, Frutillar, Malvinas,
San Francisco, Omega, Pilar,
en Nahuel Hue, Mutisias,
El Maitén,
en los barrios,
diagnostican.
¿Y más allá de Pampa de Huenuleo,
en Jacobacci, Lipetrén, La Lipela,
en Mamuel Choique, Pichi Leufu, Comallo,
en Cuesta del Ternero, Somuncura,
Ñorquinco?
¿Más allá de Pampa de Huenuleo,
también
diagnostican?
¿En Maquinchao, El Foyel, Los Repollos,
Blancura Centro, Los Menucos,
lejos de Pampa de Huenuleo,
diagnostican?
Y desaparecen, igual
desaparecen cerca de uno.
¿Los niños
que también desaparecen
duermen
en panteones del cementerio?
¿En garitas oscuras?
¿Ahí sueñan?
¿Ahí hay que buscarlos
vivos o muertos?
¿Hay sol en Pampa de Huenuleo
o sólo hay panteones,
garitas, frío, hielo y muerte?
¿Hay sol
o hay panteones para dormir
morir en el cementerio?
Micaela, Natalia, Ruth,
mujeres madres de Agustín,
Braian, Matías, Gilda, David, Lucía,
hijas de Ramón, Carmen, José, Teresa.
Hijos que ya no verán crecer.
Padres que ya no verán morir.
¿Hay sol ahí donde están
en el descampado?
Desaparecen cerca de uno.
¿Pueden desaparecer tantas mujeres cerca de uno?
¿Con el cuerpo molido a patadas,
ahorcadas y colgadas de una soga,
quemadas en el fuego de un incendio,
heridas de bala o arma blanca,
violadas, violentadas,
solas en Pampa de Huenuleo?
Oyarzo, Painefil, Muñoz, Bastidas,
Sepúlveda, Gatica, Cheuquepán,
Meliñanco, Huenchul,
¿ustedes también desaparecen cerca de uno?
¿Bajo el sol en Pampa de Huenuleo?
¿O bajo el frío, hielo y muerte en Pampa de Huenuleo?
A modo de diagnóstico del estado de la ciudad las autoridades hablan de violencia familiar, desprotección infantil, desempleo, subalimentación de las madres, embarazos adolescentes, chicos solos en sus hogares. Insisten hay violencia de género, falta de trabajo, ancianos solos; faltan servicios básicos, agua potable, cloacas, gas. Reiteran: violaciones en el seno familiar, abuso infantil, maltrato y muerte de mujeres y menores por golpes; niños y adultos mayores durmiendo en panteones del cementerio. Así se suman al diagnóstico, al diagnóstico del organismo, al diagnóstico del organismo en el marco del proceso, al diagnóstico del organismo en el marco del proceso de elaboración, al diagnóstico del organismo en el marco del proceso de elaboración del plan estratégico, al diagnóstico del organismo en el marco del proceso de elaboración del plan estratégico para el crecimiento, al diagnóstico del organismo en el marco del proceso de elaboración del plan estratégico para el crecimiento de la ciudad. Finalizan diciendo: No queremos crear falsas expectativas.
Bajo el sol desaparecen en Pampa de Huenuleo.
Bajo el frío, el hielo de la muerte
desaparecen
en Pampa de Huenuleo.
Movies
Lenin maniatado con sogas, cadenas, cabos,
digno en su traje, sus pedazos, a bordo
de la barcaza de Teo Angelopoulos.
Harvey Keitel desnudo en el piano.
John Cassavetes con una cabra en la lluvia.
François Truffaut y su cameo en La noche americana.
Tim Burton llevando de la mano a Chico Ostra.
Marosa en Rosario, descalza y con claveles.
Cortázar en París poniendo en el correo
una carta a mi nombre.
Noches en Arraial antes de que llegara
el cataclismo.
Días en Maicolpué después negados
hasta más de tres veces.
Tardes con Ezra Pound
y entre cortinados color océano.
Movies.
Caballos, caballos al galope, primos, chalas,
gallinas degolladas, torcazas, paraísos,
campos azules de eucaliptus, la infancia, las risas
en Casares, Villa Sanz, La Sofía,
al galope la infancia, al galope,
perdida en la llanura de los años.
Movies.
La sangre entre las piernas,
que pasa y pasa y un día ya no vuelve,
muchas veces se extraña,
era sangre, latía, estaba viva.
La piel, también pasando,
sus tatuajes de fuego,
sus arrugas y manchas,
agujeros y heridas,
sigue pasando ahora frágil, marchita,
como bandera en jirones,
en renuncias, olvidos.
Pasan los labios, lenguas, dientes, miradas,
manos, brazos, pechos y nalgas,
salivas pasan por el cuerpo,
el propio y el ajeno,
ardiendo pasan.
Pasan palabras,
siguen pasando esas benditas.
Pasan Tampa, Tacna, Atacama,
Alaska. Arkansas, Alabama.
Pasan lagartas bárbaras, campanas,
Pasan fantasmas llagas,
La Santa, Santa Nada.
Movies.
Pasan tragos, tucas, cigarros,
parches, bisturíes, pastillas,
agujas, cucharillas, espéculos, tijeras,
pinzas, algodones, apósitos, vendajes, anestesias,
tomografías, resonancias, isquemias, carcinomas,
borrascosos regresos de quirófanos,
hospitales, hospitales,
y drama, drama, drama.
Pasan padres, familia, almuerzos de domingo,
pasan bodas, cumpleaños, despedidas,
las hijas y los niños ahora con su luz.
Pasan mentira y verdad,
pasan traición y rabia,
la dicha y su contraria,
su afilada navaja.
Pasa la muerte
y sin decir ni pío
levanta la cosecha
y sigue su camino.