Lucía De Leone: "Nuestra apuesta es la de una gran alianza feminista"
Por Carolina Selicki Acevedo | Foto: Daniel Merle
Por decisión de la autora y la entrevistada el artículo contiene lenguaje inclusivo.
Días antes de la flamante presentación del V tomo de la Historia Feminista de la Literatura Argentina conversamos con Lucía De Leone, Doctora en Letras (UBA), Investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género (UBA) y del CONICET y docente de Teoría y análisis Literario (UBA y UNA), quien integra el equipo de investigadoras y escritoras que llevan adelante el ambicioso proyecto.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo surge la idea de escribir una Historia Feminista de la Literatura Argentina?
Lucía De Leone: La iniciativa nace luego de un Workshop que realizamos un grupo de investigadoras del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género, donde coincidimos en que hasta el momento no había precedentes en la crítica literaria de un enfoque feminista global sobre la Literatura Argentina (desde el S. XVIII al XXI). La impulsora, en primer lugar, fue María José Punte, decidimos avanzar en la idea y comenzamos a reunirnos colegas especialistas en género y literatura para delinear el proyecto en conjunto, bajo el ala de Nora Domínguez que fue la maestra de la mayoría de quienes coordinamos los tomos. Nuestra apuesta es la de una gran alianza feminista. En mi caso, me sumé desde el primer momento, teniendo en cuenta la experiencia y el lazo afectivo e intelectual que tengo con ellas desde el Instituto. Esto, además, coincide con dar visibilidad a otras autoras y especialistas, lo cual me motivó doblemente. Fue maravilloso no sólo poder plantear un corpus literario y enfoques teórico-críticos novedosos sino poder leernos, comparar perspectivas de análisis o repensar las disciplinas mismas en nuestro país.
APU: Es decir, que además del desafío que implicaba la investigación planteada sumaron la complejidad de la escritura colectiva.
L. de L.: Eso es una parte enorme de lo valioso y productivo de la experiencia. Ya que fueron varias reuniones bajo la modalidad del brainstorming, con debates entre nosotras, con armados de listados de qué autoras no podían faltar, con punteos para organizar el modo de trabajo, con la identificación de ejes que pudieran permitirnos abordar críticamente el mismo presente que habitamos. Así definimos tópicos, recortes temporales, territorios, categorías, acontecimientos, retóricas, intervenciones que estarían delineando la sensibilidad del siglo XXI. En este mismo sentido, las directoras pensaron que cada tomo tenía que tener sus propias coordinadoras que realizaran un trabajo autónomo para luego ser puesto en consideración grupal. El desafío de la escritura colectiva fue doble, ya que además de que teníamos que cumplir con plazos cortos de entrega del tomo para la editorial cordobesa (Eduvim), se sumó la pandemia mundial y la imposibilidad de juntarnos a dar cierre al tomo pero supimos no dejarnos paralizar por el contexto. Convencidas de que un proyecto feminista y colectivo como este valía la pena pese a todo, pudimos capitalizar la experiencia y ver el aislamiento y la incertidumbre como un momento más que propicio para el lanzamiento del primer volumen que problematiza ni más ni menos que la intemperie a la que nos enfrentamos los sujetos en el siglo que corre.
APU: ¿Cómo está organizada la estructura de la publicación?
L. de L.: La Historia se compone de seis volúmenes: Mujeres en revolución. Otros comienzos (Volúmenes I y II), Mujeres de letras. Entre la rebeldía y la institución, Escritoras en movimiento. Itinerarios y resistencias, En la intemperie. Poéticas de la fragilidad y la revuelta y Fronteras de la literatura. Artistas, géneros e intermedialidad. Las directoras generales de la colección son Laura A. Arnés, Nora Domínguez y María José Punte. Además, también se le pidió a Guadalupe Maradei y Josefina Itoiz la confección de un diccionario de autoras como colofón de la colección. Por lo demás, este tomo que sale en primer lugar no es el primero en orden cronológico, sino que arrancamos por el quinto volumen que corresponde al siglo XXI. Con esto quiero decir, que la salida del tomo último en primer lugar da cuenta del concepto que pretende también mostrar la colección: ¿cómo pensamos la temporalidad hoy? ¿Por qué no empezar a revisar la historia crítica feminista desde el siglo XXI? ¿Cómo no leer el siglo XIX si no es pensando en la contemporaneidad?
APU: Es muy interesante que comiencen por el quinto tomo, ¿qué otro criterio las motivó a esa decisión?
L. de L.: Este tomo si bien está centrado en la última década del siglo XX hasta la actualidad nos llevó a preguntarnos por la temporalidad en todos los tomos. Lo mismo nos sucedió con estos primeros 20 años del siglo XXI, que a su vez nos exige, por lo contemporáneo, el desafío de la lectura de la tradición en clave feminista. Asimismo, consideramos que era de vital importancia la publicación de este volumen lo más inmediatamente posible para que no quede desactualizado. Como dije, vivimos, reflexionamos y teorizamos al mismo tiempo en que suceden las cosas. ¿Quién diría diez años atrás que hoy íbamos a haber ganado las calles con nuestros reclamos por la ampliación de derechos? Por lo demás, tuvimos que ser coherentes con las formas en que la temporalidad se ha empezado a revisitar. Si el siglo XIX tuvo cautivas, el siglo XXI es quizá uno de los mejores prismas para analizar el fenómeno del cautiverio ya sea en puteríos semi rurales como nos propone Gaby Cabezón Cámara ya sea en el desierto como nos contó la tradición romántica. Digamos que venimos también muy inspiradas por los modos de pensar la temporalidad que nos legaron nuestros contemporáneos y no podíamos y no queríamos contar el cuento de principio a fin, a destapar temporalidades inscriptas y sucedáneas en los objetos artísticos. Insisto en que la salida de la Historia es una decisión política y la mayoría de quienes la hacemos somos docentes, investigadoras y feministas militantes.
APU: En el comienzo del libro aclaran que “ni la literatura argentina, ni el feminismo, entendidos como modo de leer, son totalidades cerradas sino espacios abiertos a sentidos aún en fase de reflexión y en conflicto… ¿cómo diagramaron los capítulos teniendo en cuenta esta postura y la diversidad de textos y enfoques a contemplar?
L. de L.: Dentro del libro organizamos series para dar cuenta de esta pluralidad de enfoques pero también de géneros: tenemos capítulos donde pasamos de la poesía a la narrativa, como del estudio de instalaciones artísticas a tener en cuenta los nuevos actores sociales y sujetos políticos de este siglo: les jóvenes y el reclamo por el aborto legal, seguro y gratuito, el lenguaje inclusivo (aunque dejamos a criterio de cada colaborador su uso, solo pedimos que optaran por la “e” dado que la “x” terminaba siendo discriminadora pues complicaba la traducción para los no videntes ), las narrativas trans, no binarias y disidentes, las eróticas festivas frente a las pasiones tristes y los dispositivos de vigilancia, la desheteronormatización de los territorios nacionales, horadando así el sistema capitalista heterocisexista que nos decía cómo teníamos que mirar, leer, actuar, vivir. Somos conscientes de que el nuestro es un aporte en la comunidad científica pero también intentó establecer vínculos con lo que rápidamente llamaríamos la comunidad. En este sentido, nos pareció fundamental probar nuevas formas de la crítica y combinar artículos más convencionales con intervenciones (en la forma de poemas, memorias, ensayos creativos) y dejar muchas problemáticas actuales en la voz de quienes las habitan y representan. También convocamos a investigadores de otros países o argentinos residentes en el exterior como Francine Masiello o Gabriel Giorgi, entre otres.
APU: ¿Por qué titularon este volumen como "Poéticas de la fragilidad y la revuelta"?
L. de L.: Ese título surgió del brainstorming. No queríamos utilizar categorías hiper transitadas para no ser reduccionistas ni dejar al tomo pegado a una moda terminológica. No queríamos que el tomo fuera subsidiario de palabras inventadas o utilizadas por otros de manera muy evidente. La idea es seguir replanteando las categorías, crear nuevas, trabajar con los desbordes. Y sobre todo, tener en cuenta que venimos de un neoliberalismo imperante que introduce políticas de la muerte, que domestica los cuerpos, y que estamos en un momento de lucha para lograr nuevas políticas públicas inclusivas y eso inevitablemente aparece en las narrativas y en las formas de leer esas narrativas. Pero ya más entrados en el siglo XXI encontramos que pese al duelo, la precariedad, la intemperie, la normalización o el padecimiento del silenciamiento hay cuerpos que toman las calles, voces que gritan, que no pueden no estar presentes también en el orden de las representaciones. Frente a lo ominoso y el control aparece la opción de la fiesta y de la alegría y voces en lucha que se enlazan en redes afectivas que no dejan de lado el disfrute, el baile, el glitter en les jóvenes. Lo colectivo y ese carácter festivo ya no es simple máscara de lo que se quiere tapar sino pura expresión y vitalidad. Una cosmética política que viene a gritar: ya nada será igual. Las mareas verdes y rojas no están dispuestas a hacer acallar sus olas. Entonces nos pareció que si bien estas poéticas nos interpelan desde la fragilidad que reconocen no lo hacen sin revuelta, sin bulla, sin torbellino inminente.
En la intemperie: poéticas de la fragilidad y la revuelta (Vol. 5) será presentado de modo virtual el miércoles 11 de noviembre a las 19 h, a través del Canal de YouTube del Museo del Libro y de la Lengua (Biblioteca Nacional), organizador junto a la editorial Eduvim. Referirán al volumen Francine Masiello, Gabriel Giorgi, las directoras y les editores.