11 de marzo de 1973: democracia y elecciones como valor
Por Judith Said
Quienes iniciamos la militancia en la dictadura de Juan Carlos Onganía, instaurada en 1966, no habíamos tenido prácticas democráticas y por supuesto tampoco participación electoral. Desde el bombardeo del 55 y el derrocamiento del gobierno de Perón, el peronismo estuvo proscripto, lo cual dio lugar a la aparición de agrupaciones peronistas de la resistencia a la que nos fuimos sumando quienes veníamos de distintas experiencias.
Sin duda, el peronismo fue central en el escenario político y la convocatoria a elecciones para el 11 de marzo del 73 con la consigna “Cámpora al gobierno, Perón al poder” fue una sensación reparatoria y efectiva para los proscritos, los presos y presas políticos, para quienes vivíamos en la clandestinidad y para todo el pueblo peronista al que los gobiernos posteriores al golpe del 55 le habían arrebatado tantos derechos.
En lo personal lo viví con mucho entusiasmo y la militancia me daba la alegría de ser partícipe de un momento histórico para la vida política de mi país. No fui a votar porque no tenía documentos y estaba clandestina, pero también fue un momento de mucha alegría por el nacimiento de mi hija María, el 8 de marzo, día en que se hizo el cierre de la campaña.
Compartí la plaza el 25 de mayo, en un clima de algarabía popular. "Se van, se van y nunca volverán”, "Libertad a los presos políticos", cantábamos masivamente. La noche ante las puertas de la cárcel de Devoto donde la consigna era "Abran carajo o la tiramos abajo".
En definitiva fue el resultado de la lucha de los trabajadores, de una movilización política y social sin precedentes sembrada por la Resistencia Peronista y que siguió germinando con más potencia desde el Cordobazo y los estallidos populares que le siguieron en muchos puntos del país, la Juventud Peronista (JP) en barrios, universidades, villas.
(Fotos: Mientras dos presas políticas se asoman por las rejas de un pabellón de la cárcel de Villa Devoto, otras cosen banderas partidarias, horas antes de recuperar su libertad el 25 de mayo de 1973. Foto de la querida compañera Alicia Sanguinetti)
Sin duda, fue un hito en nuestras militancias, aprendimos de las victorias y también de aquellas en las que fracasamos, aprendimos a revisar las metodologías de lucha revolucionaria y fuimos resistentes a la dictadura cívico-militar del 24 de marzo de 1976, defendiendo a la Patria frente al opresor.
Compañeras y compañeros de esas resistencias nos convocan a seguir luchando por una Patria Justa, Libre, Soberana y con plena vigencia de los Derechos Humanos. Ese 11 de marzo de 1973 fue la fiesta de un pueblo que se identificó con las luchas de las organizaciones revolucionarias.