Procesa Sarmiento: pintora y precursora del arte argentino
Por Gabriela Canteros | Ilustración: Gabriela Canteros
¿Sabían que Domingo Faustino Sarmiento tenía una hermana pintora? Su nombre era Procesa. Como otras grandes pintoras de la historia argentina quedó velada bajo la sombra de su hermano presidente, maestro y periodista. Ella era tan talentosa y segura de sí misma que firmó sus obras, no era común que las mujeres firmaran con su nombre y apellido, la mayoría prefería permanecer en el anonimato. Muchas veces una obra era despreciada al advertir que había sido pintada por una mujer. El olvido frente a su imagen de artista se equipara al de Norah Borges por ser también hermana del afamado escritor. Mujeres en contextos privilegiados pero a la sombra del patriarcado como tantas otras.
Su hermano le enseñó a leer y su madre Paula a realizar tejidos y manualidades. El pintor y retratista francés Amadeo Grass la inició en pintura durante su estadía en San Juan. Exiliada en Chile junto con Domingo Faustino recibió clases de Raymond Auguste Monvoisin, otro famoso artista francés; de ambos adquirió el estilo que destacaría en sus retratos, el claroscuro característico de la pintura romántica. Una vez casada en 1850 con Lenoir Benjamin dejó la pintura y la enseñanza para encargarse de la familia y el hogar, ¿les suena?
Luego de que su esposo sufriera una accidente Procesa volvió a las aulas y al arte para ser el sustento de su familia. En su producción se destacan los retratos y las naturalezas muertas o bodegones. No sólo se dedicó a la pintura, sino a la enseñanza del arte a otras mujeres, a las que promovió exponiendo sus obras, así su figura no sólo se reivindica en la soledad de una artista sino en la sororidad con otras que también tenían interés en el arte. Desde un lugar absolutamente alejado del centro hegemónico del arte en Argentina, lejos de Buenos Aires, en su provincia natal marcó una influencia cultural destacada.
Logró hacerse un nombre en medio de un área donde predominaba la presencia masculina. Aunque es considerada la primera pintora argentina no podemos afirmar ese punto, debido a la falta de información sobre muchas mujeres que en silencio y sin reconocimiento, prensa, difusión, alejadas del poder, practicaban la pintura y cuyas obras no han terminado de rescatarse, o probablemente ya no existen debido a la total falta de conservación y restauración de producciones de artistas mujeres. Por considerarlas de menor grado de belleza o capacidad, como lo señala numerosas veces la Doctora y curadora feminista Georgina Gluzman en sus investigaciones acerca de las artistas mujeres en Argentina.
Procesa utilizaba preferentemente el óleo, el dibujo a tinta y lápiz pero también se han encontrado técnicas tan modernas como el collage, lo que denota claramente su espíritu creativo y libre; sin someterse a las técnicas habituales y académicas del arte, como lo destaca en su obra: collage de paisaje sanjuanino. El retrato fue su especialidad, entre los más reconocidos se encuentran el del presidente Manuel Montt, el escritor Juan María Gutiérrez, el General Juan Gregorio de Las Heras, Raymond Monvoisin y el de Vicente Fidel López. También el de Mauricio Rugendas, su hermano Domingo y de su hija Victorina. La captación de las características fisonómícas y psicológicas de sus personajes nos permiten aún hoy disfrutar de la maestría y calidad de sus óleos, en especial las cualidades colorísticas sobre el dibujo.
En 2018 se cumplió el bicentenario de su nacimiento, su figura fue recuperada en la provincia de San Juan y en el vecino país de Chile, con numerosos homenajes, promoviendo la recuperación de su vida y su obra. Fue maestra, pintora y escritora, propulsora del arte. Su figura sufrió un triple ocultamiento: bajo la sombra de Sarmiento, marginada del “centro del Arte hegemónico argentino, Buenos Aires", y el hecho de ser mujer artista en el siglo XIX. Falleció a los 81 años, el 15 de septiembre de 1899.