“Fantástica Violeta”: cuando el feminismo se enciende en historietas
Por Analía Ávila
Por decisión de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo.
A fines de 2019 el medio de comunicación feminista LatFem se unió a la editorial Maten al Mensajero para lanzar la Convocatoria de Historieta y Humor Gráfico Feminista 2020, que estuvo abierta hasta abril del año pasado. La consigna fue enviar una pieza sobre la identidad, el cuerpo y/o la sexualidad, con mirada feminista.
Un jurado integrado por la ilustradora Kiti Lopez, la escritora y editora de Maten al Mensajero Elizabeth Lerner y la ilustradora y tatuadora Jazmín Varela eligió 10 trabajos que forman parte de Fantástica Violeta, la antología de historieta y humor gráfico feminista publicada el año pasado. Este proyecto colectivo está nominado para los Premios Cinder 2020 en la categoría “Mejor antología”; se trata de los primeros premios de difusores, críticos y periodistas de historieta en Argentina para consagrar lo mejor del medio.
Los trabajos elegidos fueron: “Odisea en el orgasmo”, de Estrella Mergá; “Tatuaje”, de Paula Sosa Holt; “Las tetas de mamá vaca”, de Titihoon; “Soñar el género”, de Rouse; “ La entrega final”, de Juana de Marco; “La nona”, de Angie Cornejo; “Identidad baiamora”, de Julián Gabriel; “Afuera es carnaval”, de Paula Ferraro y Lucía Vera; “Felicidades señorita”, de María Eugenia Esquivel y “Gorda”, de Malena Guerrero y Alejandra Benz. Y también incluye una historieta corta de la artista Pepita Sanwich.
El Prólogo fue escrito por dos integrantes del colectivo Feminismo Gráfico: Mariela Acevedo (investigadora, editora de revista Clítoris) y Daniela Ruggeri (autora y editora de historietas, organizadora en Dibujadxs), ellas relatan que hace tiempo se viene desarrollando un movimiento en la historieta y aclaran que esta no es la primera antología feminista de historietas.
“Nos propusimos pensar la historieta y su cruce con el feminismo como un juego, como un lenguaje que cuestiona los binarismos, una apuesta transfronteriza entre lo visual/narrativo, donde esos aparentes dos órdenes –el dibujo y la palabra– se construyen de múltiples maneras y definen este ‘artefacto’ historieta, como un híbrido, un producto marginal, siempre precario e inestable. Esta característica convierte a este lenguaje/superficie en un patio de juegos de enorme riqueza para enunciar, denunciar, contar…dar sentido al mundo desde nuestra voz y mirada”, manifiestan.
Y concluyen: “Diríamos que el feminismo –como la belleza– no está en las cosas sino en la mirada que encuentra esos detalles que nos ayudan a pensar (…) Y la maravilla es que este ejercicio, el de observar el mundo, producir, leer –cualquier– historieta desde una perspectiva feminista, puede ser un acto tan diverso que podríamos decir que no hay recetas, pero sí hay estilos: sutiles, intensos, dramáticos, divertidos, oscuros, molestos”.
Damos una mirada sobre algunas de las historietas que integran la antología. En la historieta “Gorda”, Alejandra Benz y Malena Guerrero se enfocan en los cuerpos gordos, la gordofobia y los mandatos que bajan del mercado y la sociedad. Y también las injusticias, como el pagar más en una obra social por tener “sobrepeso”. “El cuerpo que habito sigue siendo una ofensa para otres” dispara la protagonista. Y hay un punto de inflexión: “Ese oscurantismo corporal se terminó”. El dolor deviene en aceptación, rebeldía y empoderamiento: “Les gordes vamos por todo y tenemos mucha hambre. Nos vamos a comer el deseo normado y el discurso patologizante sobre nuestros cuerpos”. Los dibujos son en blanco y negro y se destacan los primeros planos de las partes de ese cuerpo que empieza a empoderarse.
En “La entrega final”, Juana de Marco utiliza una técnica digital con colores vibrantes y en el guion hay un enfoque filosófico. El gesto de la autora fue darle voz a su creación, al cuerpo femenino que dibujó, que sufre por los cambios que fue teniendo su cuerpo a medida que se incrementaba la tristeza de su creadora: “Tengo los rasgos de un filtro de Instagram y el cuerpo de un personaje de animé” y a partir de ahí cuenta la historia de su transformación corporal debido a las presiones y demandas comerciales: “Mi cuerpo había cambiado. Ya no tenía pelos en las piernas y mi cintura era más chica”. Y la pérdida de la identidad cuando ya queda transformada con un cuerpo que no siente propio.
Fantástica Violeta se puede comprar en librerías y en la tienda virtual de editorial Maten al Mensajero