Leer a Perón: la política no se aprende, se comprende
Por Aldo Duzdevich | Ilustración: Silvia Lucero
Recuerdo hace unos años, una compañerita de 25 años, me contaba de su enojo y frustración porque no la habían puesto de diputada nacional. La impaciencia es un mal de la juventud. Por eso a veces es bueno recordar. ¿Saben a qué edad Perón, se convirtió en Perón? Pues a los 50 años. El Coronel Perón tenía 50 años el 17 de Octubre de 1945.
El segundo punto es: ¿saben qué hizo Perón hasta sus 50 años?. No domaba reposeras, ni corría en Fórmula 1. Se estuvo formando en el arte de la conducción. Estudiaba, leía muchísimo, escribía y daba clases. La vida militar lo llevó a recorrer y conocer el país. El trato con los jóvenes conscriptos, le descubrió tempranamente la dimensión de la pobreza y la injusticia social. Ya convertido en oficial, fue destinado a la Europa de la pre-guerra a estudiar los fenómenos que se estaban dando. Pavón Pereyra lo llamó: “Perón el hombre del destino”. Pero, evidentemente no fué al azar ese destino. Perón se estuvo preparando durante años, para finalmente encontrarse con la historia.
Recomiendo escuchar la siguiente nota de mi amigo, el académico peronista, Juan Godoy, quien relata cómo fue la extensa formación de Juan Domingo Perón.
¿Qué decía Perón?
Veamos ahora qué decía Perón de la formación política. Los entrecomillados siguientes son parte del texto Conducción Política. Recordemos que eran clases que él personalmente daba en la Escuela Superior Peronista, donde asistían dirigentes (masculinos y femeninos) de todas la provincias. Debe ser de los pocos casos en la historia en que un líder, en ejercicio de la presidencia, dedique horas de su tiempo a la formación política de los dirigentes de su partido.
Perón acostumbraba a usar ejemplos tomados de los clásicos; pequeñas frases o anécdotas le servían para ilustrar sus charlas. Entre otros usaba este concepto de “el oleo sagrado de Samuel”.
Dice la Biblia: «Samuel tomó el cuerno del aceite, lo ungió en medio de sus hermanos, y desde aquel día el espíritu del Señor se apoderó de David”. La unción con aceite consagra a una persona, la transforma, la conecta con Dios. En este caso, Perón usaba la idea, para representar lo no se aprende ni adquiere; está o no está, es lo que habitualmente llamamos “genio”.
Dice Perón: “Conducir es un arte, como la pintura o como la escultura, que tiene su técnica y que tiene su teoría. Con la teoría y la técnica se puede hacer un buen cuadro, o una buena escultura. Indudablemente que si se quiere hacer una "cena de Leonardo" o una "Piedad" de Miguel Ángel sería necesario Leonardo o Miguel Ángel, porque la teoría y la técnica es la parte inerte del arte, la parte vital es el artista. (….) La inspiración es del artista. En esto todos tienen un poco de artista, según la cantidad de gotas de óleo sagrado de Samuel que Dios ha puesto en cada uno. (…) Los antiguos decían que al arte se llega por dos caminos por el genio o por el método. Los que no tengamos la suerte haber recibido mucho óleo sagrado, por lo menos tengamos la perseverancia de persistir en el método para arrimarnos al arte.”
Con falsa modestia o técnica de buen profesor, Perón dice de sí mismo: “Los que no tengamos la suerte haber recibido mucho óleo sagrado, por lo menos tengamos la perseverancia de persistir en el método para arrimarnos al arte” . O sea, se considera no tocado por la varita mágica del genio.
Es un cross a la mandíbula, para aquellos que creen, que como llegaron a concejal o jefe de unidad básica, “ya la saben toda” y no tienen necesidad de formarse. Perón, dice de sí mismo: “no recibí mucho oleo sagrado”, lo reemplacé con el estudio, con la formación.
Y para los que definitivamente creemos que no nos cayó ni una gotita del óleo ese, dice: “Por otra parte, la conducción no requiere solamente genios; necesita hombres medianos y de trabajo, que muchas veces son más eficaces”.
El Mariscal de Sajonia
También, estamos quienes hemos hecho política toda la vida y eso nos puede llevar a creer que ya dominamos el arte de la conducción.
Nos dice Perón: “La política no se aprende, la política se comprende, y solamente comprendiéndola es posible realizarla racionalmente. Decía el mariscal de Sajonia que él tenía una mula que lo había acompañado en más de diez campañas, pero decía que la mula no sabía nada de estrategia”. “Lo peor, es que él pensaba, que muchos de los generales, que también lo habían acompañado, sabían lo mismo; hay hombres que toda su vida han hecho política, pero nunca la han comprendido. El éxito será siempre para quien la haya comprendido, no para el otro que pretendió aprenderla”, aseguró Perón. “Porque la política es una sucesión de hechos concretos, en cada uno de los cuales las circunstancias varían diametralmente, hay cosas que son semejantes y que pueden dar inspiración, pero igual no hay nada”, resumió.
Concepto de la universalidad
Es común en estos tiempos que quien está en un área específica del estudio y/o de gobierno, crea que lo suyo domina el mundo. Entonces el economista choca con el del de previsión social; el de ecología choca con el de energía y producción. Y así podríamos seguir con los ejemplos. Pero el conductor político tiene obligación de ver el conjunto, no solo una de las partes.
Esto dice Perón:
“Es necesario que el hombre tenga el concepto de la universalidad de la acción política. Esta no se puede dividir: la política forma un campo indivisible e integral. El que no llegue a comprender eso no podrá jamás actuar bien en política. Vale decir que la política no se aprende por especialidades y por compartimientos: la política se comprende.”
“El error de enfoque (…) está en no mirar en grande la política; ella no se puede mirar en pequeño. Porque es una actividad integral, todo está comprendido por la política; y quien no abarque el panorama y mire sólo un sector, por un pequeño agujerito no podrá hacer nada en política.”
“¿Por qué? Porque las grandes causas están en los fenómenos integrales, no en las pequeñas partes que componen ese fenómeno de conjunto. De manera que para ser conductor político, lo que hay que estudiar es esta política integral. No pequeños sectores de especialización en la política, porque aunque tenga a su lado a técnicos, no le servirán; ésos son asesores y no conductores.”
“En otras palabras: no se comprende la política si no se tiene un panorama de la unidad integral de la política, que es universal e indivisible, pero que uno la puede penetrar y comprender. La política no se aprende; se comprende.”
Perón tenía un estilo de discurso muy didáctico, enfocado en llegar a las mentes más sencillas. Usaba el formato “digo”, “desarrollo” y “vuelvo a decir”. Por eso, algunas veces puede sonar repetitivo, entendamos que estamos ante un gran docente, tratando de hacernos comprender.
La experiencia propia llega tarde y cuesta cara
Por tomar solo la experiencia del peronismo, en 75 años hemos acumulado, avances y derrotas; aciertos y errores. Quienes estudiamos historia a veces nos sorprende con qué habitualidad se repiten errores. Pasa que a los nuevos protagonistas muchas veces o le contaron mal la historia o directamente nunca se ocuparon de conocerla. Perón, que era un estudioso de la historia universal, dice:
“La experiencia propia en la conducción es difícil. Generalmente llega tarde y cuesta cara, porque se aprende sobre los errores, y la experiencia en carne propia es, en política, maestra de los tontos: hay que tratar de aprender en los errores que cometen los demás.”
“De manera que en esta gimnasia espiritual permanente, que es el estudio de todos los hechos, de todos los casos y su análisis, se van acopiando, en todas las situaciones, los conocimientos necesarios. No se estudian los casos concretos ocurridos en la historia de la conducción política del mundo para volverlos a aplicar por si el caso se repite; no, se estudian para ser más sabios en todas las ocasiones, para entrenamiento pura y exclusivamente, para hacer una gimnasia de la conducción. Ese es el valor de los ejemplos.”
Bueno, hasta aquí suficiente Perón por hoy. De estas notas suelo recibir comentarios como: “Si pero hoy Perón no está; y eso lo podía hacer él”, “explicame qué pasa hoy en el gobierno”.
Y la verdad no me parece necesario escribir mi opinión sobre el hoy, que no sé a quién le puede interesar. Justamente preocupado y ocupado por el presente y el futuro de nuestra patria, creo más importante usar esta pequeña trinchera de la escritura para divulgar las enseñanzas de Perón. Que como dije en mi primer nota, fue un tipo que hizo una revolución del 45 al 55 y creó un movimiento único en latinoamerica que ya tiene 75 años de vida, tres cuartos de siglo. Y sus consejos y enseñanzas seguramente nos van a ayudar a discernir el presente.
Pertenezco a esa generación de la “gloriosa JP” de los 70. Yo y muchos, muchos de nosotros, no leímos a Perón sino largo tiempo después de su muerte. Mi ejemplar de Conducción Política, este subrayado con regla y birome azul, lo conseguí allá por los años 79/80, cuando todavía no podíamos hacer política, nos reuníamos cinco o seis compañeros en la casa del viejo Lessinger, a leerlo. Y decíamos “que bol…. como no lo leímos y entendimos antes...”.
También recibo comentarios de “gracias compañero, no conocía eso que dijo Perón”. Y eso me alimenta el ánimo de seguir.
Y voy a seguir jodiendo y pinchando para que en las 53 universidades nacionales (salvo la UNLA que ya lo hace) los jóvenes estudiantes puedan leer a Perón como parte de su formación académica.
Les dejo dos videos de Peron, muy cortos (2 minutos) sobre el sectarismo y la amplitud del peronismo que se me paso subirlos en la nota anterior.
El peronismo no es sectario ni excluyente:
La amplitud del Movimiento Peronista:
* Autor de Salvados por Francisco y La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Perón www.aldoduzdevich.com