"Indigna que Cavallo aún tenga el coraje de sentenciar sobre lo que hay que hacer con la deuda externa"
Por Comisión Memoria, Verdad y Justicia de Zona Norte
"¡Que se vayan todos/ que no quede ni uno solo!"
El neoliberalismo al palo que trajo el menemismo arrasó las conquistas que el primer peronismo estableció para los trabajadores, las mujeres y el país. Ese sicópata entronizado como un mesías de la economía, Domingo Felipe Cavallo, creó una realidad que licuó los bienes de los argentinos/as con la fantasía del 1 a 1. La historia de lucha del pueblo alimentó el estallido temprano del 19 y 20 de diciembre de 2001.
Decimos el estallido temprano porque se parece mucho al del Chile de hoy. La memoria celular nuestra, se podría decir, nos hizo salir como chicotazo ante el anuncio de De la Rúa decretando el Estado de Sitio.
Indudablemente muchos vivieron ese tiempo metiendo la cabeza en un agujero, viajando a Miami y comprando productos extranjeros sumándose a la fiesta de la pizza con champán y la Ferrari Testarrossa, el reino del deme dos.
Hoy recordamos con dolor esas jornadas por la larga treintena de víctimas de la represión violenta y letal, la orden era desalojar la Plaza de Mayo o cualquier lugar donde el pueblo reclamara y exigiera nunca más estado de sitio. También nos duele e indigna que Cavallo aún tenga el coraje de sentenciar sobre lo que hay que hacer respecto de la deuda externa enorme que contrajo el macrismo, como un deja vu nefasto del que no quieren que nos libremos, el día de la marmota autóctono. Nos enfurecen los medios que le den micrófono a quienes hambrearon al pueblo, a los que incitan a la violencia.
Pero a pesar de todo hay muchas cosas que han cambiado y debe hacerse carne en nosotros la defensa de lo conquistado y la lucha perseverante por lo que falta, que no es poco.
Nuestra Comisión, hoy integrante de la Mesa de Organismos de Derechos Humanos, ha de defender la unión que hace la fuerza, la crítica constructiva, el avance hacia mayores logros en busca de la igualdad en la diversidad, de la justicia social y el bien común, del proyecto soberano de autodeterminación, de integración de la Patria Grande, del cuidado del planeta, del reconocimiento y respeto a los pueblos indígenas, del desarrollo sustentable, el desafío de erradicar la violencia institucional, del aceleramiento de las causas a los genocidas, de la depuración y democratización del poder judicial y de toda otra causa que implique la vigencia plena de los derechos humanos para todas y todos.
¡Nunca más el odio, nunca más el silencio!