Milei redobla la apuesta: privatización del CONICET y dolarización con olor a Cavallo
Las sombras que ha dejado la elección PASO en la opinión pública argentina corrieron de eje a la discusión central que hoy se debería estar dando. Pasado el primer susto luego del triunfo de Javier Milei en las urnas vino la evaluación de daños y también la búsqueda de justificaciones acerca del voto en apoyo al libertario. Después del primer cimbronazo es útil y necesario volver sobre la figura de Milei, cuáles son sus propuestas y cómo se construyó su poder.
Una de las dudas que quedaron latentes y que se han prestado a debate en los círculos más politizados es si realmente las propuestas del candidato a presidente de La Libertad Avanza tienen raíz en el pensamiento de sus seguidores o son solo consignas propias del marketing. Por supuesto que para dilucidar esta pregunta habría que cuestionar a los votantes del candidato. Sin esa posibilidad nos queda la opción de revisar su discurso para desarmarlo y saber quién es realmente Milei.
En sus apariciones luego de las PASO del domingo el candidato ultraderechista bajó el tono que mantuvo durante toda la campaña. Con la holgura que da una sorpresiva victoria, Milei dejó ser aquel prepotente que levantaba el tono de voz ante cualquier pregunta que lo incomodara y se mostró como alguien razonable.
En las horas posteriores al cierre del escrutinio y con la victoria consumada de Milei en las primarias el intento para justificar la misma tuvo como ingrediente principal el descontento general. El castigo fue para el oficialismo y para Juntos por el Cambio, en igual proporción. De esta manera el bipartidismo en la política argentina dejó der ser tal y se coló por la hendija de la frustración la opción de ultra derecha.
La duda que queda latente es si los votantes de La Libertad Avanza son realmente conscientes de lo que propone su candidato o solo se sienten imantados ante una figura que promete terminar con “la casta” política y “dinamitar el Banco Central”. Estas medidas efectistas son de por si atractivas para el votante que ha perdido la ilusión en los políticos y en la política como herramienta necesaria para el cambio.
Milei propone la dolarización. A simple vista el impacto de esta medida resulta sumamente atractiva en una economía bimonetaria con precios que crecen a la par que se devalúa el peso con respecto al dólar. Lo que no dice el libertario es que pasados a dólares los haberes de los asalariados serían pulverizados. No es la propuesta de Milei la misma que tuvo Cavallo con el uno a uno.
La polémica que desató la idea de privatizar el Conicet en un hipotético gobierno libertario puso en alerta a la comunidad científica. El impacto de la idea de privatizar la usina de pensamiento fue tal que hasta Sandra Pita, referente de JxC se opuso a la iniciativa.
Ayer en el programa “A Dos Voces”, Milei hizo una comparación que dio cuenta de su poco o nulo conocimiento del estado. Fue al comparar al CONICET con la NASA de Estados Unidos. El argumento que adujo para confirmar su idea de que hay que privatizar al organismo es que allí trabaja más gente que en la NASA. “35 mil contra 17mil”, según el libertario. Cuando en realidad, como dijo luego Sergio Massa en el mismo espacio, “lo comparable de la NASA es la CONAE, que es la que hizo el SAOCOM, que tiene 300 empleados”.
Es cierto que la polémica por el CONICET no es representativa para la mayoría de los votantes pero si es una muestra de las falacias con las que Milei ha impregnado los oídos de ese 30% que lo acompaño en las PASO. Desarmar su discurso es una tarea fundamental del oficialismo si quiere mantener chances para octubre y eso se hace con convicciones.