¿Qué propone la agroecología? ¿Puede ser compatible con la producción a escala?
Por Juan Cruz Guido
El ambientólogo Julián Monkes dialogó con AGENCIA PACO URONDO sobre las propuestas de la agroecología. "Falta inversión, apuesta a ciencia, técnica y tecnología en agroecología para generar bioinsumos que permitan hacer esa producción a gran escala pero que también piensen el modelo agropecuario en su conjunto, no sólo que piensen en términos de qué divisa puede generar cada tipo de producción", describió.
APU: ¿Qué es la agroecología?
Julián Monkes: Tiene tres dimensiones, se dice que es ciencia, práctica y movimiento. En sus orígenes la definición venía del lado de la ciencia porque son principios de la ecología aplicados a la producción agropecuaria. A su vez, lo que busca es entender toda la producción desde un punto de vista holístico. Entender la totalidad de la producción tanto tranqueras adentro, es decir, lo que se produce, como tranqueras afuera, es decir, cómo se comercializa, qué tipo de alimentos se consumen y demás. Después práctica, porque son en concreto las prácticas que tienden a sustituir insumos de base química por insumos de base biológica y tender a tener prácticas que se adecuen mejor al medioambiente. Y movimiento porque es la dimensión más política de la agroecología. Es decir, no es simplemente una técnica o una ciencia que se aplica aisladamente sino que también discute el modelo agropecuario en función de construir un modelo más justo y más soberano.
APU: ¿A qué nos referimos cuando decimos producción orgánica?
JM: Cuando decimos producción orgánica, estamos planteando una producción que se atañe a la ley de producción orgánica. Hay una ley que regula la producción orgánica, que dice qué insumo se le puede poner, en qué cantidades y cómo tiene que ser la producción pero justamente no discute lo que habíamos comentado antes sobre la agroecología. Es decir, sólo se preocupa por tener una producción que no utilice insumos de base química pero después no se preocupa si es monocultivo esa producción, con un impacto ecológico, cómo se comercializa. De hecho, justamente lo que termina pasando es que la producción orgánica se termina exportando. No discute el modelo en clave de que sea un acceso más justo, más sano y más saludable a los alimentos por parte del pueblo argentino sino que simplemente se encarga de producir alimentos sin insumos químicos para quien ponga más plata para pagarlos.
APU: ¿La agroecología puede producir a gran escala?
JM: Sí, la agroecología puede producir a gran escala pero antes de eso me gustaría hacer una reflexión porque muchas veces se le piden respuestas a la agroecología y muchas veces se pierde que la agroecología nos trae preguntas, siembra preguntas que son muy interesantes también. Por ejemplo, cuando hablamos de producir a gran escala a veces se pregunta si la agroecología puede hacerlo, en vez de percatarse sobre lo que trae la agroecología a la discusión: ¿a qué escala se está produciendo? ¿es la mejor escala en la que podemos producir? ¿tenemos que producir en lotes de 10 mil hectáreas o se puede repartir y generar más producción atada a mayor cantidad de productores que viven en esos territorios?
La agroecología trae esas discusiones desde el punto de vista más político. Pero más allá de eso, la agroecología sí puede producir a gran escala. Capaz que con los cultivos de invierno como por ejemplo el trigo o con la ganadería es mucho más fácil. Con los cultivos de verano no todavía, pero se está empezando a hacer algo, hay una par de experiencias recientes. Lo cual es problemático, porque justamente los cultivos de verano son los que garantizan las divisas del país, pensando en la soja y el maíz. Y ahí es donde decimos que que lo que falta es inversión, apuesta a ciencia, técnica y tecnología en agroecología para generar bioinsumos que permitan hacer esa producción a gran escala pero que también piensen un modelo agropecuario en su conjunto, no sólo que piensen en términos de qué divisa puede generar cada tipo de producción.
APU: ¿Por qué se habla de la necesidad de transición hacia lo agroecológico? ¿Existen políticas públicas para su fomento?
JM: Muchas veces se habla de transición hacia la agroecología, pero a mí me gusta hablar más de transición agroecológica porque en realidad, creo yo, que la agroecología es más una herramienta y que el horizonte, en definitiva, es la soberanía alimentaria. Es la autodeterminación de los pueblos para decidir qué, cómo, cuándo y dónde producir y consumir. Me parece que ese es el fin último, generar un modelo agropecuario que sea justo y saludable en algún punto. Y ahí es donde se mete la agroecología porque lo que hace es no sólo producir alimentos más sanos y más saludables, atados a las propias oportunidades que nos da nuestro ecosistema porque no podemos producir cualquier cosa en cualquier momento del año.
Pero también lo que nos trae es mayor justicia para los y las productoras porque les genera mayor independencia al no depender de insumos químicos que están en dólares, no depende de la semilla que les vende la semillera. Es decir, genera un modelo que es más independiente para los propios productores. Y ahí es donde se tiene que meter el Estado, porque hay muchas experiencias agroecológicas, mucho desarrollo en toda la región pero en nuestro país en particular también, empujado por los propios movimientos a fuerza de voluntad, de desarrollo de la militancia. Recién ahora se está empezando a introducir el Estado en esta discusión, y más que generar algo nuevo lo que tiene que hacer es apoyarse sobre lo que ya existe. En la provincia de Buenos Aires hay un experiencia de sellos agroecológicos donde el Estado va a esos productores que ya están en transición hacia la agroecología y les da ese empujoncito que les falta porque la transición en sí es compleja, requiere muchos gastos y mucha inversión.