De qué hablamos cuando hablamos de Boleta Única
Por Manuela Bares Peralta
Con 58 votos a favor, el dictamen toma como ejemplo el modelo cordobés –recordemos que en nuestro país existen dos provincias, Córdoba y Santa Fe, que implementaron este instrumento para sus elecciones locales- que consta de una única boleta donde estarán incorporadas todas las categorías. Además, en caso de que se aplique la simultaneidad, es decir que las provincias no desdoblen sus elecciones, coexistirán dos sistemas diferentes.
Otro de los debates centrales en torno a su posible implementación es la opción del voto por lista completa. El dictamen de mayoría incorpora esta opción únicamente para las elecciones generales y no para las PASO, representando un desincentivo a las agrupaciones y alianzas a competir en esta instancia.
Argentina y Uruguay son los dos únicos países de América Latina que no incorporaron a nivel nacional el sistema de Boleta Única en sus diversas variantes, papel o electrónica. Pero, lejos de ser un dato preocupante o una desventaja para la democracia argentina, nuestro país tiene un sistema electoral que funciona y con un sistema de partidos institucionalizado. Es decir, desde las elecciones celebradas del 83 en adelante y con la reforma electoral del 94 a cuestas, nuestro sistema electoral se las ingenió para prevalecer sin sobresaltos.
Más allá de los debates técnicos en torno a la implementación de la Boleta Única como la asignación de recursos y los problemas logísticos, hay un debate político de fondo de si esta herramienta podría pulverizar la diversidad de partidos políticos y un escenario de mayor fragmentación que, en otros países de la región como Ecuador, Perú y Costa Rica, dio como resultado gobiernos nacionales con minorías parlamentarias y un contexto de gobernabilidad muy compleja.
¿Cuáles son los problemas que podría generar la implementación de la Boleta Única?
Charlamos con el politólogo Andy Tow y con Dolores Gandulfo, Directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe y miembro del Observatorio de Reformas Políticas de América Latina, sobre el debate en torno a la Boleta Única que tuvo lugar en el Plenario de Comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto de la Cámara de Diputados.
Agencia Paco Urondo: ¿Cuáles son sus principales críticas al dictamen de Boleta Única Papel (BUP) que se aprobó en el Congreso y que, posiblemente, pase al recinto? ¿Podría generar un escenario de mayor fragmentación en caso de implementarse?
Andy Tow: Mi principal crítica es que se está forzando la adopción de un sistema nuevo sin ningún acuerdo del gobierno que lo debería implementar. Siempre escuchamos, de parte de referentes que hoy impulsan la Boleta Única, que las reformas políticas requieren amplios consensos, que no se pueden realizar cambios sin el apoyo general de las fuerzas políticas principales y, en este caso, se está pasando por alto la postura del actor más importante, que es el oficialismo. Por otro lado, el modelo de Boleta Unificada tiende a un alto voto en blanco. Pero por un problema de diseño, el dictamen dispone que no haya casilla de voto de lista completa en las primarias, entonces, en esas instancias, la probabilidad de mayor voto en blanco se incrementa. El problema es que, en las primarias, los votos en blanco cuentan para el mínimo porcentaje que necesitan los partidos para pasar a la elección general, entonces si el cambio de instrumento induce mayor voto en blanco, estamos alterando de hecho las chances de clasificación. Esto podría contrapesar la tendencia a la fragmentación atribuida a la Boleta Única, pero sigue siendo un cambio implícito de reglas, de modo similar a como la inflación vuelve obsoletos los valores nominales contenidos en las leyes y obliga a cambiarlos regularmente.
Dolores Gandulfo: Me parece importante aclarar dos cosas. La primera es que, en mi opinión, jamás se debería legislar para un proceso electoral próximo, es decir, lo ideal es poder legislar para procesos electorales que no sean inmediatos a la sanción de la ley y en contextos tan polarizados como el que estamos atravesando a nivel regional y mundial. Creo que es conveniente implementar este tipo de cambios, si los hubiese, en elecciones legislativas. Pero, al mismo tiempo, considero que nuestro instrumento de votación y nuestro sistema electoral han sido continuamente legitimados desde el retorno de la democracia, no sólo porque ha sido legitimado y reconocido por las ciudadanas y ciudadanos sino porque tampoco ha habido denuncias de fraude documentadas y ha garantizado la alternancia partidaria. Es importante destacar que estamos hablando de un sistema que funciona y que permite la fiscalización cruzada. Si bien, muchas veces este tema ha generado cuestionamientos, yo creo que la fiscalización es la garantía que tienen nuestro sistema electoral, de partidos y nuestro sistema democrático. Por eso creo que es un sinsentido pensar que un proceso de elección con Boleta Única no requiera de la fiscalización, que es otra de las cosas que plantean quienes están a favor de esta opción. Sin ir más lejos, en la región hay más países que tienen este sistema que países que tienen Boleta Partidaria y, sin embargo, la fiscalización es crucial y central para todos los partidos políticos de la región aun teniendo Boleta Única. Además, este sistema puede generar mayores niveles de impugnación porque sabemos que cuando la Cámara Nacional Electoral revisa aquellos votos impugnados por algún fiscal en una mesa de elección siempre termina cediendo en favor de la vocación o de la voluntad del elector de haber optado por una Boleta Partidaria y, en este caso, cualquier marca fuera del recuadro puede ser impugnada por los fiscales presentes, por lo tanto, creo que este es otro factor a tener en cuenta. Obviamente que la fragmentación política es un riesgo por esta cuestión que planteaba de la incapacidad que, muchas veces, tiene la Boleta Única para promover la vocación al elector de poder votar por una elección partidaria en todas sus categorías. En definitiva, creo que cuando tenemos un sistema legitimado que está funcionando y muchísimos otros problemas vigentes en la Argentina, ponernos a pensar en una reforma electoral de un sistema que viene funcionando y, donde la Cámara Nacional Electoral plantea que entre el escrutinio definitivo y el escrutinio final no hay menos de 1% de diferencia, no es necesario ni prudente, sobretodo en un marco donde no hay creo que no es la necesidad que hoy la ciudadanía argentina nos plantea y no crea que sea algo prudente sobretodo en un tema que requiere un consenso más amplio de todas las fuerzas políticas.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué opinión tenés de la experiencia cordobesa y santafesina respecto a la BUP?
Dolores Gandulfo: Son dos experiencias bien distintas. Por un lado, el sistema de Boleta Única de la provincia de Santa Fe favorece la fragmentación partidaria porque no tiene la capacidad de permitirle al votante elegir una lista completa de forma automática ya que, cada una de las categorías tiene una boleta y una urna diferenciada, mientras que, en el caso de Córdoba, existe una categoría que permite elegir lista completa. En este sentido, en la primera elección que se llevó adelante en Córdoba con Boleta Única, la mayoría de las personas votó para la categoría de gobernador, pero no lo hizo para el resto de las categorías, por lo que, entre votos en blanco y votos nulos, se alcanzó un 20%. El dictamen de Boleta Única aprobado en Plenario de Comisiones en el Congreso Nacional es mucho más parecido al sistema utilizado en la provincia de Córdoba, pero, en este caso, la posibilidad de elegir lista completa se vuelve más difusa para las ciudadanas y ciudadanos.
Andy Tow: La experiencia santafesina y cordobesa de Boleta Única, al menos respecto a los efectos en la competencia electoral, han sido diferenciadas. En Santa Fe la Boleta Única separada por categoría favorece el gobierno dividido, que es cuando una o más de las cámaras legislativas tiene mayoría de un partido diferente al gobernador. En Córdoba como la Boleta Única está unificada y la legislatura es unicameral mixta con representación departamental, esto no sucede, pero hay un alto nivel de voto en blanco, probablemente porque los votantes dejan sin marcar, ya sea por error o pereza, los casilleros de las categorías que les resultan menos importantes, cosa que con la boleta partidaria sucede menos porque van todas adheridas.
Agencia Paco Urondo: Uno de los fundamentos que sostuvo Juntos por el Cambio es que su implementación permitirá que el Estado ahorre recursos ¿Esto es así?
Andy Tow: Sobre el ahorro de recursos, sin duda algo corresponde hacer con el problema -creado por vía judicial por algunos que ahora impulsan esta herramienta- de la cantidad de boletas que el Estado tiene que financiar para las elecciones primarias. Pero, si pensamos que la falta de un instrumento unificado para los distintos niveles de gobierno incentiva el desdoblamiento de las elecciones locales, porque las provincias, y en algunos casos los municipios, gozan de autonomía para definir sus fechas e instrumentos de votación, es probable que lo que se ahorre en impresión de boletas se gasté en elecciones. Siempre es más barato hacer las elecciones nacionales y locales el mismo día, con una misma urna, con un mismo escrutinio, además se evita un calendario electoral extenso y agotador y hay menos espacio para trampas porque hay distintos órdenes involucrados. Por otro lado, y de alguna manera previendo que el nuevo sistema pueda inducir a los electores a anular su voto por error o que haya en el conteo una tendencia a anular ante la duda, el Dictamen dispone que se podrá volver a contar las mesas con siete o más votos nulos, que sería un promedio de menos de 3% de los emitidos, entonces, si luego del conteo del día de la elección se tienen que abrir decenas de miles de urnas para asegurarse que esos votos fueron bien contados, no se ve que el cambio vaya a significar un gran ahorro de recursos, sino más bien todo lo contrario.
Agencia Paco Urondo: Mientras se debatieron los distintos proyectos en el Plenario de Comisiones en el Congreso se sostuvo que el proyecto desconoce la ley de paridad ¿por qué creés que pone en peligro la participación política de las mujeres?
Dolores Gandulfo: Si bien en la exposición que realicé en el Plenario de Comisiones mencioné esto, lo hice en referencia a uno de los proyectos particulares que se habían presentado donde se retrotraía a la Ley de Cupo que, en definitiva, es una ley anterior a la Ley de Paridad. Este artículo no fue incorporado en el Dictamen, pero da cuenta de los problemas que puede generar dar estos debates para modificar cuestiones relevantes a la hora de pensar nuestras democracias de forma exprés. ¿Qué quiero decir con esto? No es que genera un peligro a la participación política de las mujeres, sino que a veces este tipo de tratamientos tan acelerados nos hacen perder el foco real de lo que estamos queriendo promover que es la democracia.