Nuestro lugar en el mundo: el fracaso de la socialdemocracia, por Guillermo Moreno

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Nuestro lugar en el mundo: el fracaso de la socialdemocracia, por Guillermo Moreno

06 Junio 2022
Por Guillermo Moreno, Pablo Challú, Walter Romero y Marcos von Ifflinger | Foto: Carlos Perez
 
En la Conferencia de Yalta (Febrero de 1945, Ucrania), en las postrimerías de la II Guerra Mundial, y la de Potsdam (Julio de 1945, Alemania) a posteriori, se configuraron las zonas de influencia y las relaciones inter-países, entre el polo occidental, encabezado por Estados Unidos (EEUU), y el del “mundo socialista” por la Unión Soviética (URSS). 
 
Como correlato de tal partición, dos doctrinas de aspiración universalista marcaron su impronta: el Liberalismo y el Marxismo. Y, aunque con representaciones sociales (la burguesía y la clase obrera) aparentemente opuestas, en la “Economía Política” ambas expresiones convergen en la Teoría Objetiva del Valor -o Teoría del Valor Trabajo-, considerando que “el valor” de un bien o servicio está determinado por la cantidad de trabajo “socialmente necesario” para producirlo.
 
La “Guerra Fría”, entre ambos bandos, que caracterizó al mundo de aquellas décadas, tuvo un desenlace rotundo y contundente: la caída del muro de Berlín. 
 
En este marco, liderado por los EEUU, el conjunto victorioso impuso su supremacía en las relaciones internacionales, dando origen a un orbe “unipolar” (salvo excepciones), al que conocimos como “globalización”, definiendo sus “teas votivas” en las premisas del decálogo del “Consenso de Washington”.
 
Las cosmovisiones que suplantaron las dominancias del anterior ordenamiento fueron: la Neoliberal y la Socialdemócrata, que sustentaban sus postulados económicos en la “Escuela Austríaca” con su núcleo duro conceptual, la Teoría Subjetiva del Valor, donde ahora “el precio” de los bienes o servicios, considerado aceptable por los usuarios y consumidores, resulta su medida de “valor”. En este entorno, el mundo cambió, y por añadidura, también lo hizo “la acumulación de capital”. El “precio” del dinero (la tasa de interés) se convierte en el nuevo ordenador y vertebrador de la actividad económica.
 
El modelo “especulativo-rentístico” se impuso sobre el de “la producción y el trabajo”. Los “lobos de Wall Street” reemplazaron a los “dueños” o al “patrón” en el control de las empresas.  Esta nueva realidad, anclada en viejas ideas europeístas (de finales del Siglo XIX y principios del XX), poco podían aportar a la resolución de los problemas en Hispanoamérica. La década de los ’90, la crisis de 2001, la gestión Cambiemos, y la actual administración gubernamental, son una demostración palmaria de ello, en estos lares.
 
El Presente Fracaso
 
Al arribo de la actual administración, se caracterizaba la situación que estaba atravesando la Argentina como una: “Supercrisis”. Ya que convergían los desequilibrios fiscales que hicieran colapsar al gobierno de R. Alfonsín, con el externo que signó la caída del gobierno de F. de la Rúa. A esta situación, se le sumaba la imperiosa necesidad de evitar el aditamento de un agravante proceso anómico, que escale hacia una “Hipercrisis”.
 
Por ello, en “La socialdemocracia no es solución” (BAE Negocios, 24/07/2020), se señaló que los marcos conceptuales utilizados por el gobierno no eran los adecuados, urgiendo a corregirlos y a considerar, entre otros, los siguientes principios rectores:
 
• los Precios de Venta de los Bienes y Servicios deben estar en función de sus Costos Totales,
• la competencia no es un principio ordenador del mercado, y 
• los acuerdos de libre comercio deben subordinarse al interés nacional.
 
Asimismo, en “Teoría Monetaria Moderna: ni Teoría ni Moderna” (BAE Negocios, 17/08/2020), se reforzaron las aseveraciones sobre el equivocado rumbo tomado, dado que la expansión irresponsable de la Base Monetaria, tensionaba al límite los desequilibrios imperantes.
 
Todo ello, en un entorno de constante improvisación que alcanzó su paroxismo en la negociación con los acreedores internacionales.
 
Este modus operandi concluyó con un “mal” acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde se destacan, entre otros aspectos: 
 
• la “tolerancia” de un Déficit Fiscal Primario durante el próximo trienio; a cambio de,
• “ceder” el manejo de la Política Monetaria, detrás de las metas y objetivos consensuados, que conducen, irremediablemente, hacia...
 
La Hiperinflación o la Hiperrecesión
 
Uno u otro “delicado” final, está directamente relacionado con el cumplimiento, o no, del acuerdo con el FMI. 
 
En su momento, en “FMI: al final, llegó el final” (BAE Negocios, 27/02/2022), se destacaron cuales eran los elementos que expanden la Base Monetaria (BM): 
 
• el Sector Externo (SE) superavitario,
• el Crecimiento de la Economía, o
• el Financiamiento del Déficit Fiscal.
 
Ahora bien, dado el “estado del arte”, la probabilidad de cumplimiento de los dos primeros acápites tiende a cero (el SE, en el mejor de los escenarios, estará equilibrado y el crecimiento, si lo hubiere, sería solo “arrastre estadístico”), y el tercero está limitado al 1% del Producto Bruto Interno. 
 
Por lo tanto, si se cumple lo acordado, la no convalidación, vía emisión, de los actuales índices inflacionarios, con una intensa disminución de los Saldos Monetarios Reales, traerá aparejado una brutal recesión, que podría incluso, en el último bimestre del año en curso, con deflación mediante, transformarse en depresión. 
 
Por el contrario, de no cumplirse lo pactado con el FMI, la convalidación de los actuales índices inflacionarios, vía expansión de la BM, acompañada por una caída en la Demanda de Dinero (a partir de un incremento en su velocidad de circulación), acelerará exponencialmente las tasas inflacionarias, hasta el límite de anular la circulación de bienes y servicios (desabastecimiento agravado), por la imposibilidad de realizar el cálculo de costos y la futura determinación de los precios de venta.
 
La correcta técnica de la disciplina económica debe aportar, a los “decisores políticos”, los elementos para discernir en rededor de las mejores opciones que se les presentan en el entorno temático, como así también guiar a las familias y a las empresas, hacia el mejor cuidado de sus patrimonios, en la certeza de que, finalmente, solo un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y  Sustentable (MoDEPyS), con orientación a la producción, satisfacerá las necesidades materiales del conjunto de la sociedad. 
 
Fuentes
1 La caída del Muro de Berlín se dio a partir de una revuelta popular en la capital de Alemania Oriental, el 9 de noviembre de 1989. Se derribaron las fortificaciones defensivas de ese país que evitaban la libre circulación hacia el Oeste. Fue un acontecimiento trascendente en la historia mundial que puso punto final a la “Guerra Fría”. 
2 Se conoce como Escuela Austriaca, al pensamiento económico, basado principalmente en el individualismo metodológico (que implica que los procesos colectivos parten de los procesos individuales) y en el subjetivismo (siendo su postulado más destacado: la teoría subjetiva del valor -los bienes y servicios 
“cuestan lo que valen”-). Descreen del concepto del “bien común” y de que el “todo es superior a la suma de las partes”. Sus recomendaciones para el “quehacer económico” (al rechazar la planificación) perturban todo aquello que se articule “sistémicamente”.
3 En la arquitectura de este orden, hegemónico y excluyente, dos de las instituciones nacidas en los Acuerdos de Bretton Woods (todas las resoluciones de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas realizada en esta localidad durante julio de 1944) , fungieron como pilares fundamentales: el Fondo Monetario Internacional (FMI) como regulador del sistema financiero internacional y, principalmente, la Organización Mundial de Comercio (OMC) como custodio de los flujos comerciales inter países y regiones. 
4 El arrastre estadístico es el resultado de comparar distintos períodos utilizando las tasas de variación promedio. La comparación entre promedios lleva a que, en momentos en que la variable crece se “arrastre” una parte del aumento al período siguiente. 
5 La Velocidad de Circulación del Dinero es la frecuencia con la que el dinero disponible en una economía se gasta en bienes y servicios, durante un determinado período de tiempo.