Visita al Museo Leonardo Favio: una invitación a soñar, soñar

Una de las cosas que más me impresionó fue poder sentarme unos segundos en la que fue la cama de una plaza en la que dormía este símbolo cultural peronista. Sin dudas uno puede percibir la misma sencillez con la que vivió y desplegó su arte.

Estar allí en el año homenaje a su persona es un verdadero must. Háganme caso y vayan. El edificio es una belleza y el guión museístico es impecable. Quiero acotar que en mi visita a Avellaneda pude constatar la transformación en la que está inmerso el municipio, que se llenó de espacios culturales de lo más interesantes como el CMA, en pleno corazón de Avellaneda. Eso de “Vivamos Mejor” no es solo un slogan. Tuve la oportunidad de caminar y conversar con los vecinos de la ciudad y están todos más que felices con las últimas gestiones en la ciudad y no hablo solo del Centro. El barrio de Sarandí me pareció precioso y mágico. Sin dudas, Favio estaba orgulloso de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner. Logró decir que no podía creer haber vuelto a vivir años felices como los del primer peronismo.

Estar y sentir a flor de piel la magia detrás de la sencillez de sus canciones, ese espíritu popular que vemos también en películas que van desde Fuiste mía un verano, pasando por verdaderas joyas del cine argentino tales como Nazareno Cruz y el Lobo, Juan Moreira, Aniceto o Gatica, El Mono (por citar algunas que dejan boquiabierto a cualquiera) hasta la inmensa Perón, sinfonía del sentimiento. Además, el director del museo te cuenta algunas mañas poco conocidas de nuestro héroe y de cómo construyó su poética a partir de ciertas picardías de las que no voy a hacerles spoiler.

Juan Jorge Jury Olivera​ supo arrancar suspiros y sonrisas. Confieso verme cantando en mi adolescencia canciones de él, en el patio de mi casa mientras comía mandarinas, alguna tarde de invierno. También haber descubierto el lado más tierno de Carlos Monzón a través Soñar Soñar, junto a un amigo que adora esa peli porque, como artista, uno ve ese tipo de cosas y se conmueve. Uno cuando crea arte lo hace para invitar a la emoción y la reflexión. Creo no equivocarme en ese sentido al decir que una visita a este museo puede ser una llave que sensibilice algo en lo profundo de nosotrxs y nos lleve a imaginar que todo es posible, que podemos triunfar y ser artistas al servicio del pueblo, como Eva Duarte o el propio Leonardo Favio. ¿No?

*Por decisión del autor, el artículo contiene lenguaje inclusivo.