Horacio Bustingorry: "Hay en el kirchnerismo una mayor aceptación de la figura de Rucci"
El sábado 25 de septiembre pasado se cumplieron 49 años del asesinato del dirigente gremial José Ignacio Rucci. Su figura sigue generando discusiones dentro del campo popular. AGENCIA PACO URONDO ha abordado la cuestión en múltiples ocasiones. En esta ocasión, el historiador Horacio Bustingorry dialogó con APU y realizo aportes reflexivos sobre el debate.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuál es la herencia legada al movimiento obrero organizado de José Ignacio Rucci?
Horacio Bustingorry: Podemos pensar cuatro tipos de legados por José Ignacio Rucci; en primer lugar, podemos mencionar el legado de la lealtad, sus debates y posicionamientos en la década del 70 lo llevo a apostar de lleno al regreso de Juan Domingo Perón. A su compromiso con el movimiento obrero y la búsqueda de soluciones a los problemas de los trabajadores y de la nación. Su figura es recordada en este momento de manera icónica como la constante lealtad a Perón. En ese sentido su figura su figura contrasta con la del dirigente sindical Augusto Timoteo Vandor quien proponía un peronismo sin Perón.
En segundo lugar y muy relacionado con lo anterior es la posibilidad planteada por Rucci de pensar a la CGT como parte de un proyecto político más general y dentro del proyecto peronista. Si bien la relación entre sindicalismo y peronismo ha sido muy estrecha desde el surgimiento de este movimiento y por ende también ha sido así la relación de la CGT y el peronismo, hubo momentos en que la central obrera osciló en una tendencia hacia el corporativismo. Es decir hacia fortalecer las organizaciones sindicales dejando en segundo lugar al proyecto político más general.
La conducción de Rucci al frente de la CGT desde 1970 tuvo como objetivo claro el retorno de Perón y garantizar que el peronismo fuera gobierno en la Argentina. Este se relaciona con un tercer legado de Rucci que tiene que ver con el programa socioeconómico de 1973 ,en el cual el movimiento obrero fue una pata fundamental al firmar y acordar de manera conjunta con la Confederación General económica (CGE) el denominado Pacto Social.
Uno ve el rol fundamental que cumplió Rucci en la firma del acta que se firmó en junio de 1973 y que implicaba una serie de transformaciones y de medidas socioeconómicas que fueron el último intento profundo de transformar el país en la senda de la soberanía política, la justicia social y la independencia económica. Obviamente, en los años kirchneristas hubo un intento en ese sentido pero no se alcanzó la dimensión que estaba contemplada en el proyecto del gobierno de 1973.
Finalmente hay un aspecto desconocido y que tal vez ameritaría una investigación por parte de los historiadores y es el vínculo que existió entre Rucci y la Ley de contrato de trabajo que sería sancionada en septiembre de 1974. El proyecto legislativo comenzó a discutirse bajo el mandato de Rucci al frente de la CGT ya que fue impulsada por el FREJULI en mayo de 1973 y después tomaría estado parlamentario durante el gobierno de Perón. Sería aprobada durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Hoy en día se recuerda el rol cumplido por el abogado laboralista Norberto Centeno en el impulso y redacción de la Ley. En la CGT también se ha puesto una placa por reconocimiento a Isabel porque fue muy importante porque en su gobierno se aprobó este proyecto pero a veces queda en el olvido.
APU: ¿El asesinato de Rucci marcó un quiebre en la unidad del peronismo en aquella etapa?
H.B.: Sin dudas aquel episodio fue un hito que terminó de profundizar la ruptura al interior del movimiento peronista y es probable que marcase un punto sin retorno en la relación entre el sindicalismo y el peronismo revolucionario, específicamente Montoneros. Es difícil determinar si aquí se produjo el quiebre definitivo entre Perón y el peronismo revolucionario. Fue un proceso. Hubo otros momentos donde el asesinato de Rucci fue central pero hubo otros que marcaron ese camino sin retorno. Por ejemplo la caída de los gobernadores alineados con la tendencia revolucionaria del peronismo o posteriormente el acto del 1ero de mayo de 1974. Mas allá de todos esos hitos que llevaron a una situación sin retorno me queda la impresión de que la ruptura definitiva ya ocurre durante el gobierno de Isabel. Tal vez en algún momento previo en vida de Perón pero posteriormente se ve con mayor nitidez.
APU: ¿Considera que aquellos debates que atravesaban al movimiento en aquel entonces siguen vigentes?
H.B.: Cuando uno ve aquellos debates parece que fuera una Argentina que ya no existe. El país era de carácter industrial con pleno empleo y donde los índices de pobreza y desocupación eran bajísimos, si pensamos a nivel mundial todavía el mundo estaba dividido entre dos polos; la hegemonía de Estados Unidos y por otro lado un sector comunista dentro de la órbita de la Unión Sovietica. Eso implicaba que tuviera más fuerza la consigna y el lema de la tercera posición esgrimido por el peronismo. En ese sentido parece un mundo muy diferente al actual.
Justamente por esa distancia la figura de Rucci puede encarnar un faro para apuntar hacia una Argentina con independencia económica ,soberanía política y justicia social. Tal vez retomando algunos puntos del proyecto sindical y global del año 1973. Tomemos por ejemplo los debates en torno a la reforma laboral que se discute hoy. El movimiento obrero organizado está constantemente a la defensiva ante los embates de las patronales que quieren impulsar esas reformas y sus posturas siempre son de que sean lo menos costosa para los trabajadores y trabajadoras. Pero nunca surge una propuesta desde el seno del movimiento obrero, todas son iniciativa de la patronal. Eso es muy diferente a lo que sucedía en épocas de Rucci cuando desde el seno del movimiento obrero se impulsaban leyes a favor de ese mismo sector con un planteamiento integral de las relaciones entre el capital y el trabajo. Hay debates de aquel momento que ya carecen de sentido porque el país y el mundo cambiaron bastante, pero otros problemas de aquel entonces siguen vigentes y sería bueno retomarlos.
APU: ¿Considera que hay una reinterpretación de la figura de José Ignacio Rucci desde el campo popular en la actualidad?
H.B.: No estoy muy seguro que haya una reinterpretación de la figura de Rucci desde el campo popular. Sí diría que desde el kirchnerismo observo una mayor aceptación por incluir a su figura dentro del panteón de las figuras que deben ser reivindicadas. La resistencia de algunos sectores kirchneristas ha tenido que ver con un equívoco histórico relacionado a creerse herederos en algunos casos del eslogan de la patria socialista que encarnaba la JP y el peronismo revolucionario. Y contraponer ese proyecto con el de la patria peronista que encarnaba Rucci. Ese antagonismo tan duro que llevó a episodios que llevaron a varias muertes.
Ese debate de los años 70 entre esas dos vertientes no tiene ningún tipo de vigencia en la actualidad. Es importante entender que el kirchnerismo ha sido un proyecto pensado desde el rol del Estado en el impulso al desarrollo económico y en garantizar la justicia social y que se ha pensado desde una relación entre el capital y el trabajo que garantice el bienestar de la población. En ese sentido eso no se aparta de lo que encarnó Rucci en el denominado Pacto Social. A partir de ese equivoco histórico, Rucci no ha sido considerado en términos generales dentro de las figuras reivindicadas por el kirchnerismo pero me queda la situaciónde que en el último tiempo eso está cambiando.