CABA: apoyo masivo a Sergio Massa en el Festival por la democracia
El festival por la democracia. memoria y futuro, que se llevó a cabo este sábado 11 de noviembre en el Parque de la Estación, fue mucho más que un festival. Dicho de esta manera, en su acepción más corta, festival remitiría solo a un espacio lúdico de música, con varietés, algo así como una kermesse atravesada por la transmodernidad que asola a las grandes ciudades del eje Sur-Sur. En cambio, en su alcance de mayor potencia semántica, festival remite casi al sentido coloquial que, al menos, se da en el AMBA. Si alguien come algo rico, fue un festival de sabores; si un equipo golea a otro, para el goleador es un festival, aunque para el contrincante sea un hecho henchido de pesadumbre. Por eso, lo que ocurrió en ese Parque fue un festival, y ese parque, además, no es un parque más, sino que es el corolario de 20 años de lucha de vecina/os por tener un parque en la intersección de las dos comunas (3 y 5) con menor cantidad de metros cuadrados de espacio verde por habitante, y en donde el gobierno de la ciudad, vaya novedad, quería encarar un proyecto inmobiliario de negocios; por el contrario, lo que terminó sucediendo es que hay un parque con una mesa de trabajo y consenso colmado de interacción comunitaria. Cuando los pueblos intervienen directamente en la cosa pública y la articulación entre sociedad civil y poder político se aúnan, no hay poder empresarial que se lo pueda fumar en pipa.
En el Festival además de la feria del libro, de comidas y de artesanías y de talleres con actividades que habitualmente se hacen los días sábados, contó con cuatro ágoras abiertas de debate con cuatro ejes: Educación, Trabajo, Ambiente y Cultura, todos ellos atravesado por una perspectiva en Derechos Humanos y bajo un paraguas de condiciones de debate democrático; algo tan sencillo como el respeto por las opiniones de los demás y profundizando una racionalidad que no obedece a la cartesiana, la ilustrada o la positivista, sino que adquiere una mistura fina entre la argumentación racional y una puesta en valor de los valores espirituales, morales y éticos que tiene a la persona en la centralidad de una comunidad de destino.
Al atravesar esos foros casi como un paseante parando la oreja pero tratando de no abandonar mi tarea principal en esa actividad en la que se involucraron gran parte de las agrupaciones sociales, políticas, culturales de las comunas 3 y 5, experimenté una sensación indescriptible que solo podría ser transferida si las condiciones tecnológicas pudiesen desarrollar una máquina que transforme el pensamiento y la reflexión en un color que flotase como un gas inerte en el aire, y ayer, mientras vagaba por entre el inmenso bullir de pensamiento que casi que hacía ruido, podía ver flotar una inmensa neblina multicolor que otorgaba un aire fauvista a esos viejos galpones del ferrocarril Sarmiento y que ayer se transmutó en una usina de pensamiento con densidad democrática.
Ni bien terminaron las ágoras, comenzó el acto central en el que diferentes organismos de DDHH y autoridades electas hicieron una defensa argumentativa y emocional de la Democracia. Primero habló Mabel Careaga, integrante de “Familiares y amigos de los 12 de la Santa Cruz” e hija de Esther Ballestrino de Careaga, secuestrada de la Iglesia Santa Cruz junto a otras 11 personas, luego de la delación traidora y psicópata de Alias Gustavo Niño, el nombre que usó Astiz para infiltrarse entre los familiares que se reunían en la iglesia de la Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal, para organizarse y encontrar a sus familiares desaparecidos. Luego hablaron Lola Rosales y Vicente Reati, de Nietxs, una organización que, evidentemente, traza una continuidad de lucha entre abuelas y madres, e imagino, que, en unos treinta años, amanecerá una organización que se llame bisnietxs, la organización comunitaria es tanto un mandato familiar como un legado societario. Las palabras de estxs pibxs tuvieron la visceralidad, la frescura y la memoria amplificada por el lugar de enunciación -que es el de la juventud- y que nos marca la cancha en cuanto a nuestras responsabilidades del presente, de cada uno de lxs argentinxs. En tercer lugar, hizo uso de la palabra el turco Ernesto Gayá, quien le tocó hablar luego de, según sus propias palabras, la vara alta que dejaron lxs nietxs. También estuvo representando a Abuelas, el último nieto recuperado, el Tano Santucho. No hay nietes con mayor gravitación que otres, pero siempre, el último, es un escalón de esperanza en la prosecución de la búsqueda constante, hasta restituirle la identidad y la historia hasta el último hombre y mujer que fueron despojados de ser quienes son estando en el interior de su familia: nada menos democrático que obligar a alguien a ser quien no es. La familia Santucho es un ejemplo del vano intento de la dictadura por borrar una historia de lucha y sacrificio. Luego habló Agustín Di Toffino, también representante de Hijxs. Si bien arriba del escenario estaban Lorena Pokoik (Diputada nacional), Andrés La Blunda (Legislador por CABA), Magui Tiesso (Legisladora por CABA), Laura Velasco (Legisladora por CABA), y Vicky Montenegro (Legisladora por CABA), fue ella quien ofició de vocera del sector político; ese gesto de parte de las personalidades con cargo electivo, demuestra que no había en el lugar manifestación alguna de vanidad ni de vedetismo; todes eligieron aunar su voz en ese mezcla de cuerdas vocales y alma que le imprimió Vicky (también ella hija de desaparecidxs) al discurso de cierre. Luego, la holganza, el disfrute, el derecho al ocio, la libertad de escuchar música tomando algo y en contacto con el pasto, el derecho a un cielo abierto y a la reunión pensante, crítica y lúdica de una comunidad bajo el cielo bicomunal de la 3 y la 5.
En la fiesta en sí, tocaron Polak, a quien le tocó romper el hielo; DJ Set Club Arengue, quienes hicieron una presentación que puso a bailar a todo el parque; la Orquesta Popular San Bomba, con doce músiques en escena y con todo el ritmo de la música de Nuestra América; La murga que ensaya en el Parque, Los inconscientes de Almagro, quienes demostraron la evolución que el género ha tenido y presentó un set arrollador; Trap Pink, innovando siempre; Martein, llevando con su número hacia el final del evento artístico.
En cuanto a la organización del evento, decía que participaron muchas organizaciones, espacios, grupos, vecinas, pero de cualquier forma, todo lo que ocurrió desde un mes de anticipación, en las primeras reuniones, sumado a los varios encuentros organizativos y el trabajo in situ desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la mañana del otro día, da cuenta de que cualquier nombre propio huelga, y que solo resta alabar al gran vertebrador de la actividad, al verdadero hecho cultural de la jornada, al emergente de 40 años de democracia, y muchos más de lucha y de consolidación de un pueblo que le dice no a la irracionalidad y al thanatos que impera en la opción que encarna Milei; la individualidad se disolvió en un colectivo comunitario amplio, diverso y heterodoxo, pero que une sus voces en un solo clamor de altos decibeles que tronó teniendo como epicentro el Parque de la Estación, pero que se escuchó más fuerte que el rugido de un león, casi el bramido de un tigre bengalí vernáculo, del Delta, y que proclamó un apoyo incondicional a la opción de Sergio Tomás Massa como presidente de la Nación. Más comunidad, más democracia, siempre Derechos Humanos y siempre los barrios en comunión afectiva.
(La nota contiene lenguaje inclusivo por decisión del autor.)