Carlos Raimundi: "Argentina está viviendo una experiencia demencial con Milei"
APU: ¿Qué situación política local encontró Ud., a su regreso al país, luego de su gestión como Embajador argentino en OEA?
Carlos Raimundi: El hecho de estar fuera del país, cumpliendo una representación política en OEA, indudablemente nos aparta de la posibilidad de respirar el clima diario, de convivir con las tensiones, las angustias cotidianas. Pero al mismo tiempo nos da una visión más general, y también de comparar con experiencias regionales e internacionales. Lo que si vi es una pérdida de autoridad política ante los factores de poder, renunciando a las grandes batallas. En el Banco Central, en las góndolas de los comercios, contra las remarcaciones descomunales, por ejemplo. Quitando del centro la cuestión del acuerdo con el FMI, lo cual hubiera implicado grandes manifestaciones populares en las calles. Se utilizó a la pandemia como excusa para decir que cosas no se hicieron, en lugar de aprovechar aquel momento disruptivo, para ordenar ciertos paradigmas básicos en la organización política y económica del país, generando leyes necesarias.
Estando fuera del país, vi también el avance en Occidente de las ultraderechas más radicalizadas, que se sirvieron del sistema de redes para ese avance. Con ellas, ciertos sectores marginales pudieron capitalizar algunos valores, como el de la libertad.
La libertad como contracara del aislamiento, capitalizándola como un valor político. Para los sectores sin posibilidad de preservar sus recursos, que además se encontraban en situación de hacinamiento inclusive, la libertad de convirtió en un valor. También se incrementó la economía informal, por necesidades temporales, de manera precarizada. Y todo eso se convirtió en un sujeto político capitalizado por una personalidad como la de Milei, que con su gesto de enojo permanente, logro una potente identificación en sectores de nuestra sociedad.
Además cuando durante un gobierno peronista poder cubrir las necesidades básicas de una familia tipo se convierte en una odisea, y los jefes de hogar sienten impotencia, desazón y ganas de gritar cuando vuelven de comprar el pan o la carne, es muy difícil ganar una elección. Y se renunció a dar la batalla cultural.
APU: ¿Cómo analiza el “fenómeno Milei”, y donde cree que este fundó sus bases electorales?
En la respuesta anterior referí a que ese fenómeno del avance de las ultraderechas, eran propios de occidente, no de algo universal. Que es consecuencia de los grandes cambios en las formas de vida de nuestras sociedades, junto al proceso de terciarización de actividades que antes estaban concentradas en la misma rama de la actividad industrial, también la robotización, fueron fragmentando esas sociedades. Debilitando la posibilidad de que se fortalecieran sujetos sociales como la clase trabajadora. A esto le debemos sumar el fenómeno de las redes (anti) sociales, que contribuyen a acentuar el fenómeno de la fragmentación social. Estas nos estimulan a la posibilidad de exponernos ante los grandes servidores, dejando la posibilidad que tengan un perfil de cada uno de nosotros y nosotras quizás más precisos del que cada uno tiene de sí mismo.
En las elecciones del 2023 hubo tres grandes fenómenos. El primero el de la pandemia, que ya señalé anteriormente. El segundo es el de la juventud, dado que el grueso de la población habilitada para sufragar no había nacido en el año 1983, cuando recuperamos la institucionalidad, no la democracia plena claramente. Por lo tanto, en los últimos ocho años, ese electorado se fue empobreciendo, precarizando, fue ganando en incertidumbre, desesperanza, respecto de su futuro. Entonces la democracia ya no era una conquista que le permitía salir del terrorismo de Estado, como a generaciones anteriores. Sino que era solo una palabra (democracia) que los había abandonado a su suerte. Y nosotros no construimos las herramientas pedagógicas para dar cuenta de esa nueva actitud de los jóvenes.
Y el tercer punto es el del trabajo informal, que se rige por reglas diferentes que las del trabajo organizado. Mucho más individualistas y desapegadas del Estado. Todo esto no se hubiera convertido en mayoritario, si algunas de las cosas que defendíamos, lo hubiésemos hecho con mayor humildad. Además, hoy el Estado no atrae a los mayores talentos, no paga como para atraer a los jóvenes y a los cerebros más pujantes de la sociedad. Respecto de la corrupción en el Estado, por ejemplo, hay que acabar con la corrupción, no con el Estado. A veces cuando escucho las razones por las que los electores de Milei justifican su voto, pienso en que deberíamos revisar la falta de eficacia de la educación pública a la hora de sembrar pensamiento crítico, una actitud más contextualizada y esclarecedora del escenario político, social y económico de nuestro país.
APU: ¿Cómo está viendo al campo nacional y popular en este contexto de crisis, y hasta cuándo puede soportar la ciudadanía este ajuste salvaje de Milei?
C.R: La derrota ha sido muy profunda, probablemente más que en el 2015. Y seguramente la derrota tiene una tendencia a la dispersión, al pase de facturas. No creo sea correcta esa actitud. Creo que debemos buscar la unidad del espacio, intentar abrazar, a reconquistar esa porción del voto a Milei, esa masa electoral compuesta por jóvenes y por trabajadores y trabajadoras informales, que son una base electoral que pertenece al campo popular. “Argentina está viviendo una experiencia demencial con Milei”, así que hay que convocar a esa unidad. Tratar de comprender y darnos cuenta de cuáles fueron nuestros propios errores, para no repetir. Tratar de innovar a partir de estas nuevas características de la sociedad.
He escuchado decir que la política tiene que esperar a su turno, pero no puede estar ausente más tiempo. Debemos estar presentes en las multisectoriales, en los cacerolazos, en las manifestaciones, pero también en cada rincón del país, y en cada taller, en cada oficina, en cada aula. Algunos podrán decir que no surgen nuevos liderazgos, no estoy de acuerdo con ello. Creo que hay actores y liderazgos que se van renovando. Por ejemplo, la gobernación de la provincia de Buenos Aires, con Axel Kicillof, que se planta como la contrafigura del presidente. Si también creo que no debemos adelantarnos ni a los tiempos sociales ni a los macroeconómicos.
En estos primeros meses del año seguramente habrá una eclosión, a causa de los aumentos en obras sociales, en escuelas, en tarifas. Allí habrá una convergencia entre los sectores más vulnerados y los sectores medios, dado que la economía está haciendo estragos. Porque la reducción de la inflación por la recesión causa no solo consecuencias sociales, sino también fiscales. Tampoco habrá financiamiento internacional, porque los organismos internacionales del sistema capitalista financiero no dispondrán de esos recursos. Dado que deben soportar grandes conflictos bélicos, al soporte de las corrientes inmigratorias que están queriendo llegar a los EEUU. Entonces no es una prioridad en estos momentos para ellos financiar a la Argentina.
Cuando confluyan todos estos factores, la política deberá estar presente para organizar y conducir ese proceso de cambio de etapa. También la calle, la ocupación del espacio público, el hartazgo también son vías institucionales en el esquema del gobierno de un país. Debemos abandonar la búsqueda del centralismo en la confección de alianzas y en la confección de las listas. Porque sabemos que estas fueron parte fundamental de las razones que nos llevaron a la derrota.
APU: ¿Cuánto cree que ha cambiado la imagen argentina, dentro del panorama internacional? En cuanto a la región y a nivel global.
C.R: Argentina, bajo la presidencia de Milei ha abandonado la defensa universal de los derechos humanos, la defensa irrestricta a la soberanía sobre Malvinas, y a la posibilidad de comerciar con todo el mundo, más allá del color político de cada gobierno. En la Argentina no hay una administración de gobierno sino un plan de negocios, que tiene en espejo una serie de enunciados en su política internacional que se reproducen en la política doméstica. Y que podría resumir en la entrega de todo el poder y los recursos a las grandes corporaciones. Esto se manifestó de manera clara en Davos, aun cuando el presidente mostró en su discurso falencias expresivas y psicológicas.
También haber renunciado a los BRICS, que implican el grupo de poder mundial más importante y en desarrollo. No solo a nivel económico, sino también político y tecnológico. También haber renunciado a esta pertenencia por acentuar el alineamiento a EEUU, que está en absoluta decadencia. Y estar alineados con el Estado de Israel, que está representando la decadencia ética más inimaginable, que es el genocidio en la franja d Gaza. Esto nos perjudica inmensamente. Además, el alejamiento en las relaciones comerciales con Brasil, perjudica no solo a nuestro país, sino a toda la región. Geopolíticamente la unión con Brasil fortalecería la formación de un gran bloque latinoamericano, y esto no es posible por la distancia que el gobierno de Milei puso con el gobierno de Lula. Argentina está sin voz en el escenario mundial, al haber perdido esta oportunidad de crecimiento en conjunto en Sudamérica y Latinoamérica.
Milei se ha convertido en un personaje muy conocido a nivel mundial, siendo una voz a favor de los sectores más radicalizados de la ultraderecha, y no a favor de la dignidad, los DDHH. Sino de los negocios y las fortunas más estrepitosas del mundo. Una voz, la de Milei, a favor de las actitudes más violentas, misóginas, negacionistas.
Y las consecuencias son graves para nuestro país. Quiero hacer una salvedad respecto a Organismos internacionales alternativos, como CELAC o UNASUR, que presentan grandes dificultades cuando no hay homogeneidad ideológica. Esto se vio en la última reunión de la CELAC (América Latina y Caribe sin los EEUU y Canadá) que fue saboteada por los gobiernos de derecha. Creo en los grandes bloques que expresan valores que puedan ubicar a nuestro país en un lugar autónomo en el concierto mundial y con quienes tengamos una lectura común de la agenda global.
APU: ¿Estaría dispuesto a participar en las elecciones de medio término, del próximo año?
C.R: En estas próximas elecciones de medio término (el año que viene), todos y todas deberemos ser muy cuidadosos en la selección de nuestros candidatos, tanto a Legisladores como a Gobernadores. Asegurarnos que no se corran un milímetro de sus principios, y que no negocien prebendas personales ni provinciales, a cambio de entregar las bases de un gran proyecto de Nación. Para que no nos vuelva a ocurrir la debilidad y el ánimo de abdicación como hemos tenido y tenemos con algunos dirigentes. Y claro que, como siempre, uno debe estar dispuesto a formar parte de esa construcción. un proyecto nacional y popular que nos devuelva la alegría del pueblo, y el orgullo de sentirnos en comunidad como argentinos y argentinas.