Ricardo Alfonsín: "Desde 2015, de la UCR solo queda el nombre"
AGENCIA PACO URONDO (FM La Patriada, domingos de 10 a 12) dialogó con Ricardo Alfonsín, dirigente radical, quien analizó la situación democrática actual de nuestro país.
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo ve el escenario democrático actual con el gobierno de Javier Milei?
Ricardo Alfonsín: Yo lo decía en la campaña. Por primera vez, desde 1983, con la candidatura de La Libertad Avanza estaba en riesgo la democracia, por lo menos en un sentido fuerte. Podían producirse degradaciones y devaluaciones democráticas preocupantes. La característica, la personalidad e incluso las inspiraciones intelectuales de Milei generaban que no tenga demasiado compromiso con las instituciones democráticas y eso creo que está ocurriendo. Hay una deriva autoritaria que es evidente. Llama la atención que no la enfaticen más los partidos políticos y los medios de comunicación, aunque algunos sí. Es preocupante.
APU: ¿También desde el punto de vista económico y social?
RA: Desde el punto de vista económico y social está ocurriendo también lo que habíamos dicho. Los problemas, con estas recetas que está aplicando el gobierno, no sólo no se iban a resolver sino que se iban a complicar. No van a cambiar las cosas hasta que no cambien las políticas. No veo, lamentablemente, que tenga demasiadas intenciones en cambiar porque son dogmáticos y fundamentalistas. Se sienten dueños de la verdad y son fanáticos. Esas no son las mejores condiciones para resolver problemas tan difíciles como los que tenemos que enfrentar. En términos pedagógicos, no permite escuchar opiniones distintas que tal vez nos demuestran que estamos equivocados. Eso ni se le pasa por la cabeza a Milei.
APU: ¿Cómo analiza el rol de los otros poderes? ¿Hay mucha pasividad?
RA: Sí, creo que sí, más allá de algunos casos individuales o de ciertos partidos en la oposición. La mayoría de las decisiones que se han tomado, que han perjudicado tanto a los sectores populares, como por ejemplo la actualización de las fórmulas de los haberes jubilatorios, alquileres o prepagas, por mencionar sólo algunos casos, fueron aprobadas por el Congreso. Los DNU no fueron rechazados, siguen teniendo vigencia. La Ley Bases, que también tiene consecuencias malas para los sectores populares y para la estructura productiva del país, y para la recaudación fiscal, que necesitamos que aumente para poder destinarla a la prestación de servicios esenciales, que una porción importante de la sociedad no se los puede garantizar por sí mismos.
Todas esas decisiones, que en virtud de esas normas se han tomado, no hubieran podido ser sino fuera porque la oposición acompañó, porque no tienen mayoría en las cámaras. De manera que lo necesitamos es sumar fuerzas progresistas a partir del 2025 para ponerle un freno desde el parlamento. Quiero creer que los partidos que lo han acompañado hasta ahora lo pueden frenar.
APU: ¿Cómo ve a la Unión Cívica Radical (UCR) en esa oposición?
RA: No es una ocurrencia mía, yo vengo criticando al partido diciendo que de radicalismo sólo tiene el nombre. Por lo que ha hecho desde 2015 de UCR sólo tiene el nombre. Ha estado defendiendo posiciones que nada tienen que ver con la razón de ser de nuestro partido. Lo importante es el conjunto de ideas, principios y valores que se traducen en programas y determinan las representaciones sociales. Hemos estado definiendo programas y nos hemos convertido en representantes de sectores sociales que nada tienen que ver con nosotros.
Ahora pareciera que empiezan a darse cuenta, no sé si por razones electorales, es decir, les conviene diferenciarse un poco por eso y no por convicciones. Empiezan a registrarse algunos cambios pero no me hago demasiadas ilusiones por lo que el partido ha venido siendo los últimos años. Reitero, de radical no tiene mucho. Se corrió a la derecha, digámoslo con todas las letras. Es respetable la derecha, sólo que no es radical.
APU: ¿Se siente diferenciado de Rodrigo de Loredo?
RA: No sólo de él, yo no personalizaría. ¿Quiénes fueron los que no rechazaron el DNU 70/23? Fue todo el partido, salvo algunas excepciones. Celebro que Martín Lousteau lo haya hecho en el Senado, pero apenas uno más lo acompañó. Celebro, pero los dirigentes de Evolución en la Cámara de Diputados no lo rechazaron, sino que dejaron pasar el tiempo, con lo cual producía efectos. Muchos de ellos son los que estamos lamentando ahora, que son los responsables de tremenda recesión.
Yo no responsabilizo a uno solo, incluso de Loredo es de Evolución. Lo que ha pasado es porque el partido ha decidido que así sea. Nadie puede ir a hacer algo por si solo si el partido, mayoritariamente, no lo quiere. Si hay una parte que no está de acuerdo con lo que se ha hecho debería haberse manifestado con absoluta claridad, porque lo que estaba haciendo el partido no era radical. No se trata de ocurrencias o de lo que suponemos, se trata de nuestra historia y de lo que siempre hemos sostenido.
APU: ¿En qué sentido?
RA: No es que yo esté desnaturalizando o atribuyéndole significados que no tenía históricamente, sino que le han cambiado el alma a la UCR los que han venido conduciéndola. Hay muchísimos que están enojados y nos van a acompañar el año que viene en la provincia de Buenos Aires, donde vamos a dar pelea, para poder ampliar el número de legisladores que vayan allí a defender valores que tengan que ver con las instituciones, república y democracia pero también con la justicia social, la construcción de sociedades más justas y la politización de la economía.
APU: ¿Qué opinión le merece el gobernador Axel Kicillof?
RA: Soy amigo de él. Si me preguntas qué gobierno me parece mejor, si este o el de María Eugenia Vidal, lo digo con todo respeto. Es natural que piense así porque no lo hago como el PRO. Es infinitamente mejor. Creo que en 2025, y me parece que la derecha está pensando lo mismo, tenemos que ir las distintas fuerzas políticas que estamos comprometidas con un proyecto muy diferente al de Milei, porque estamos convencidos además de que va a ser muy dañino para el país desde el punto de vista social e institucional, si queremos sumar muchos votos que puedan poner equilibrio en el Congreso frenando, y sumar progresismo por varios lados.
Después en 2027 habrá que ver qué es lo que se hace, si es necesario algo como lo que proponíamos en 2023, que se reunieran todas las fuerzas para evitar que se produjera un choque como el de Milei porque sabíamos que iba a generar problemas no sólo económica y socialmente sino también desde el punto de vista democrático. Si Milei avanza sobre lo que se llama democracia liberal en sentido político, que reconoce el derecho a la libertad de expresión y todos los derechos necesarios para elegir y ser elegido, hacia lo que se conoce como democracia iliberal…
APU: ¿Qué régimen es ese?
RA: Es el que tiene una pata en la democracia y otra en el autoritarismo y en la autocracia. Si no avanzan más es porque todavía la sociedad no se los permite, pero pueden darse ciertas circunstancias que, objetiva y subjetivamente, más que nada lo último, hagan que el gobierno considere que puede avanzar con mayor profundidad en esa dirección. Cuidado que nos vamos a arrepentir.
APU: Van a realizar un acto el próximo jueves 29.
RA: Sí, en San Martín, vamos a hacer una especie de presentación en el Gran Buenos Aires. Estamos recorriendo todos los distritos donde vamos a anunciar la construcción de una nueva alternativa de centro izquierda, o como quieran llamarla, muy democrática y republicana, y comprometida con la construcción de sociedades más justas y con ponerle límites a las iniciativas del gobierno porque son muy dañinas para el conjunto. Ya nos vamos a dar cuenta de esto.
Obvio que no se va a poder limitar esa tarea si los que suman votos son los partidos que hoy tienen representación porque con esos ha logrado suficiente. Me refiero al PRO, a Cambio Federal, o no sé cómo se llaman ahora, porque se cambian los nombres cada tres meses, y a la UCR. Estos partidos le han dado el acompañamiento al gobierno para que pueda aprobar leyes como la Ley Bases, que es muy mala, o la reducción del impuesto a los bienes personales y la restitución del impuesto a las ganancias a los trabajadores.
APU: Por otro lado, ¿considera que los diputados que visitaron genocidas detenidos deben ser expulsados de la Cámara?
RA: Sí, creo que sí. Si está dentro de lo que dispone la legislación del reglamento, y si hubieran incurrido en actos que los transforman en inhabilitados moralmente para seguir ejerciendo, claro que sí. Se ha hecho en otras oportunidades. En lugar de discutir el fondo de la cuestión estamos discutiendo la pelea entre ellos. A veces me da la impresión de que somos tontos, nos enganchamos en esa en lugar de poner el acento en el fondo.
Tiene que ver con el deseo de resignificar todo lo que ocurrió con la dictadura militar, y posterior a la misma, haciéndole creer a los argentinos que no existieron asesinatos, torturas, desapariciones y encarcelamientos, y que, en consecuencia, todo lo que se hizo durante la transición democrática con el juicio a los militares fue una falsificación. Es lo que están intentando de instalar, incluso para modificar la Ley de Seguridad Interior. Es una barbaridad.
APU: Usted recomendó un artículo publicado por Luciano Anzelini y Sergio Eissa en Perfil sobre dicha propuesta de modificación.
RA: Sí, lo recomiendo a todos, en especial a radicales comprometidos con las ideas radicales. Es muy claro y queda claro el despropósito que supone la iniciativa que está planteando el gobierno. Además, cómo está vinculada a otras cuestiones que han venido haciendo, como la Secretaría de Inteligencia y el desmantelamiento de organismos que tienen que investigar violaciones de derechos humanos durante la dictadura. Todo tiene que ver con esta idea de resignificar y negar todo lo ocurrido para hacerlo aparecer como una falsificación democrática lo que pasó en estos cuarenta años. Hay que tener mucho cuidado.
APU: Por último, ¿alguna otra reflexión?
RA: Mauricio Macri, que había aconsejado que votaran la ley de movilidad jubilatoria, luego se sumó al veto del presidente. Además, hizo una referencia a las universidades, acusando a los gobiernos que las crearon de populistas y demagogos irracionales, sobre todo las del Gran Buenos Aires. Lo hace, justamente, cuando el Senado está por tratar una ley de financiamiento universitario. Hay que tener cuidado, porque quizás esta posición del expresidente Macri nos está adelantando que también tienen pensado vetarla. Hay que estar atentos todos los que están comprometidos con una educación pública y gratuita, y además sostenible.