Cine: “Romper el círculo” o los círculos de la violencia de género

Romper el círculo, la película que dio mucho que hablar en este último tiempo por su aparición en el cine, ya está disponible también en varias plataformas digitales. Una invitación a hablar de la violencia doméstica y a vislumbrar los círculos en los que esta se encuentra inmersa. Si bien peca de ser algo individualista, logra poner sobre la mesa un tema complejo con un enfoque interesante.

Suele ser muy difícil contar una historia abordando un tema tan complejo y multifactorial como la violencia de género. Muchas son las veces en las que se cae en un abordaje superficial o hasta incluso de romantización. Por eso es tan delgada la línea entre algo bien contado y algo que no llega a cumplir con su cometido. En esta ocasión, Romper el círculo termina siendo un intento bastante exitoso, aunque con ciertas cuestiones no del todo pulidas.

Inspirada en el libro homónimo de la autora Colleen Hoover, reconocido best seller que alcanzó más de siete millones de ventas, llegó al cine para hacer historia. Hoover es una de las escritoras más influyentes en la literatura contemporánea, conocida por ser una de las personas que más libros vende a nivel mundial. 

Lily Bloom (Jake Lively) es una mujer que viene de atravesar una infancia traumática y busca embarcarse en una nueva aventura en Boston, apostando al sueño de toda su vida: abrir su propia florería. Hasta que un encuentro casual con un neurocirujano, Rike Kincaid (Justin Baldoni), cambia por completo el transcurso de la historia. Si bien inicialmente surge un vínculo muy intenso de atracción, a medida que va transcurriendo el tiempo, Lily empieza a notar ciertos comportamientos de él que le recuerdan a la violencia que ejercía su padre sobre su madre.

Cuando el primer amor de Lily, Atlas Corrigan (Brandon Sklenar), repentinamente vuelve a entrar en su vida, su relación con Ryle se ve alterada. De alguna forma la protagonista descubre que está inmersa en una relación que la opaca e identifica varias violencias a las que se encuentra sometida. Es en ese punto donde empieza a intentar “Romper el círculo”. A identificar patrones de la conducta de su pareja que se parecen a los que tenía su padre; y a intentar anteponerse, en medio de una situación en la que se encuentra vulnerada y violentada.

Quién rompe el círculo, si es que se rompe

Quizá un hallazgo del film es cómo muestra de manera concreta las maneras de accionar que usualmente tiene una persona violenta: cómo después del golpe vienen las flores y las disculpas. También el hecho de materializar, bastante sólidamente, las dificultades que afronta la víctima al intentar alejarse o “romper el círculo”, dejando en claro que la complejidad de la problemática es abrumadora.

Sin el afán de contar mucho más sobre la película, queda claro que el desafío de la violencia doméstica no deja de ser un problema que requerirá de un abordaje estatal, social y político, temas que no son mencionados en ningún momento en Romper el círculo.

Aunque esta sea la historia de una mujer que logra anteponerse a la violencia, de alguna manera sola, sin ningún tipo de ayuda más que la resiliencia, la realidad nos muestra que muy pocas veces es así. Por eso, en algún punto, termina siendo banal o poco profundo el abordaje, pero de todas formas logra emocionar, concientizar, y poner sobre la mesa una situación que, lamentablemente, es cotidiana en la vida de muchas mujeres y diversidades. Tema del que es necesario hablar y ocuparse, siempre.