Entre Ríos: fue señalizado otro Centro Clandestino de Detención

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Entre Ríos: fue señalizado otro Centro Clandestino de Detención

16 Noviembre 2011

Este martes en Concepción del Uruguay, la jefatura de la Policía Federal fue escenario de un emotivo acto en el cual se descubrió una placa que indica al edificio como Centro Clandestino de Detención durante la última dictadura militar. Los distintos oradores, entre ellos personas que fueron detenidas en el lugar, coincidieron en rescatar la figura de Néstor Kirchner y Cristina Fernadez en el apoyo estatal a la causa de los Derechos Humanos. El subsecretario de Derechos Humanos, Roque Minatta, relató su experiencia en el lugar cuando apenas era un joven estudiante que pertenecía a la Unión de estudiantes Secundarios.

La placa, ubicada a un costado de la puerta de ingreso, dice: “Aquí funcionó el Centro Clandestino de Detención delegación Concepción del Uruguay de la Policía Federal Argentina. Memoria, Verdad y Justicia”, entre otros datos y frases.

Además de autoridades de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación , del Archivo Nacional de la Memoria , funcionarios de la provincia de Entre Ríos y organismos de Derechos Humanos de La Histórica y ciudades vecinas, militantes y un importante número de estudiantes de colegios secundarios; estuvieron presentes en la ceremonia varias de las personas que padecieron la detención y tortura en ese lugar.

El descubrimiento de la placa estuvo cargado de un fuerte simbolismo, ya que la elección recayó en una joven estudiante, presidenta del Centro de Estudiantes de la escuela Normal Mariano Moreno y el comisario Mayor de la Policía Federal Argentina, dependencia Uruguay. Hace 35 años, estos mismos actores de la sociedad se encontraban en ese lugar, uno como torturador y otro como víctima, por lo cual no representa un dato menor que ambos revelaran junto el contenido de la placa.

 

Guardado en la memoria

El reconocimiento a Néstor Kirchner y Cristina Fernández, por convertir la política de Derechos Humanos en una política de Estado fue el denominador común de los discursos. Al dirigirse al auditorio, el director de Información Pública, Pedro Baez, quien resaltó la decisión de señalar estos lugares como centros clandestinos, “manteniendo viva la memoria en el pueblo”. Solicitó a los vecinos y vecinas que tengan algún tipo de información de lo sucedido durante los años de dictadura, que acerquen esos datos. “Madres, hermanos, hijos, amigos esperan poder cerrar esa herida abierta y hacer el duelo”, indicó.

Haciéndose eco de la canción de León Gieco que se escuchó en la oportunidad el funcionario acotó que “todo está guardado en la memoria de hombres y mujeres de Concepción del Uruguay y de otros lugares, que indefectiblemente saben, qué es lo que pasó, lo que hicieron, dónde se los llevaron, quiénes participaron”. Recalcó la necesidad de contar con esas “verdades y datos” que permitirían avanzar en investigaciones para echar luz sobre el pasado. “Esto permitiría a la justicia hacer su trabajo”, indicó.

Por otra parte, rescató “el proceso de justicia que se da hoy en la Argentina , señalado como un ejemplo en el mundo, que demuestra que nunca fue, ni es necesario, hacer justicia por mano propia”. Sobre el particular señaló que si bien los dictadores “no les permitieron a nuestros compañeros un juicio justo, nosotros lo hacemos, la democracia lo hace”. En ese sentido, agregó que “los juicios que hoy se llevan adelante son ejemplares en base a las normas y las garantías que establece la Constitución y aunque a veces den por resultado condenas que no nos satisfagan, hay que aceptarlas y son un avance”.

Saldando una deuda con el pasado

El funcionario rescató la gran cantidad chicos presentes en el acto: “Había delegaciones entras de chicos de escuelas secundarias”, cuya presencia es “consecuencia de la persistencia y la constancia de los organismos de Derechos Humanos, que durante años pelearon solos, hasta que llegó Néstor Kirchner, hizo propias esas luchas e impulsó los juicios”.

Tras recordar a Carlos “Chupete” Valente “que murió hace poco y estuvo aquí”, sostuvo que “estamos saldando una deuda con el pasado porque es nuestra responsabilidad en este momento histórico y también lo hacemos con el futuro, porque no es posible pensar en el futuro de un país sobre bases de inequidad e injusticia”.

Un miembro del Archivo Nacional de la Memoria , dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Gonzalo Vázquez, comentó que ya son 25 los centros clandestinos de detención que se vienen señalizando en el país. “Esta placa tiene un objetivo político y pedagógico”, mencionó. Resaltó que es importante que en cada uno de los lugares en donde funcionaron estos centros, “sus vecinos y los funcionarios que trabajan en la dependencia policial o militar, tengan conocimiento de los hechos que ocurrieron durante el terrorismo de Estado”.

Las víctimas

Por su parte, el subsecretario de Derechos Humanos, Roque Minatta, uno de los uruguayenes que padeció secuestro y tortura en ese centro clandestino, recordó el triste paso por ese lugar junto a sus compañeros de militancia. En ese marco, brindó detalles de las actividades que se desarrollaban en el lugar, hablando de la “tortura psicológica” que se les impartía, dándoles a conocer que sabían todo sobre sus familiares y seres queridos. También hizo referencia al garaje dónde se les aplicaba “tortura física”, mediante “golpes, picana eléctrica, submarino seco y mojado”. Comentó además que, en pleno invierno, los sacaban al patio y los hacían desnudar para permanecer por horas parados a la intemperie parados, adosando en algunas oportunidades simulacros de fusilamientos.

Minatta era apenas un adolescente cuando fue víctima de estos delitos. Fue presidente de la Unión de Estudiantes Secundarios y estudiante de la Escuela Normal. Indicó que en los años posteriores a su detención ilegal, le era “muy difícil pasar por delante del edificio policial”. Mencionó a su vez, las amenazas que recibieron al momento de quedar en libertad y concluyó su discurso visiblemente emocionado y satisfecho por la reinvindicación de la militancia y la justicia que implicaba el acto.

Acto seguido, Carlos Martínez Paiva, otra de las personas que fuera secuestrada y torturada en el lugar, recordó su cautiverio y el inicio de un trayecto por distintos centros clandestinos de detención de la provincia y de Santa Fe. Remarcó que José Darío Mazzaferri, actualmente prófugo de la Justicia , era el amo total de la Federal uruguayense en esa época. Destacó luego la figura de la actual Presidenta y su esposo, como quienes impulsaron el inicio de decenas de causas judiciales contra los represores y dieron cabal importancia a los organismos de Derechos Humanos.