"¿Cambiemos puede gobernar la protesta social que ya sacó a la calle?"
Por Enrique de la Calle
APU: ¿Cómo analiza la marcha del gobierno de Mauricio Macri que parece haber concluido su luna de miel y está afrontando su primera turbulencia con los temas de empleo e inflación?
Ricardo Tasquer: Viendo sus políticas y los resultados que van generando, la luna de miel debiera haber concluido mucho antes, pero los medios le transfundieron solución glucosada para endulzar el caramelo y el sistema político también jugó a sustentarlo, por motivos de autopreservación, casi. Esto último porque la agenda del macrismo es inconveniente para su propio desarrollo político: las mentadas inversiones sólo llegarán cuando el oficialismo genere “certidumbre”, tanto política como económica.
Las certezas económicas son las que va entregando: devaluación, tasas altas, apertura económica y eso que mencionás como turbulencias pero que, para el gobierno, forman parte del plan. El desempleo es una de las anclas seleccionadas para moderar la inflación. Esta última podrá bajar, pero el salario real, el poder adquisitivo, no se recuperarán. Pero para que la “esperanza” con que “el mundo” mira a la Argentina se traduzca en dólares contantes y sonantes, el gobierno necesita de sustentabilidad política en el tiempo, y ese es el verdadero desafío de Cambiemos: ¿puede gobernar la protesta social que ya sacó a la calle?, ¿puede gobernar con el Congreso? Las recientes advertencias sobre la “mala comunicación” oficialista no eran materia para el análisis semiótico sino político: claramente le decían al oficialismo “no se encierren en el PRO y hagan política, no garrote, con el peronismo”. No son giles Pagni, Carrió o Silvia Mercado, están mirando lo que ocurre afuera: en Brasil, por ejemplo. Lamentablemente para el gobierno, la pregunta fundalmental no puede ser respondida aún, y es ¿pueden ganar las elecciones de medio término?
APU: ¿Cómo ve al peronismo en este nuevo escenario?
RT: En proceso de reorganización, lamiendo las heridas. Existen, además, distintas realidades: tenés al peronismo territorial que necesita negociar con Macri, al peronismo que coquetea con Macri y Massa, y al kirchnerismo que defiende su legado. ¿Cuántas de estas expresiones podrán arribar juntas a 2019? Es temprano para decirlo, a uno le gustaría que todas. De todos modos, las elecciones legislativas sólo son nacionales para los oficialismos de turno. 2017, para el peronismo, es una suma de muchas elecciones locales. Y allí se darán las disputas, sólo será nacional, como siempre, la pelea por la PBA.
APU: ¿Qué implica la reaparición de CFK? ¿Cómo analiza el lanzamiento del Frente Ciudadano?
RT: El oficialismo forzó la reaparición de CFK, vía Bonadío, para tomar oxígeno, pero Cristina supo aprovechar la ocasión, planteando el debate en términos más económicos que ideológicos. Ello implica una bajada de línea importante, cuando algunos referentes kirchneristas continúan descansando en la defensa del legado o, como suelo decir en el blog, haciendo la del FpV en CABA, que tan buenos resultados le trajo al… PRO. ¿Eso debería traducirse en un Frente Ciudadano? Es, por ahora, una idea. Veo difícil llevarla a la práctica porque implicaría debatir algo que la realidad no puede aún imponer, que es la cuestión del liderazgo. Pretender que 2017 zanje esa cuestión implica ganar en PBA, pero el riesgo es alto cuando considerás el número de variables en la ecuación: Cristina, Scioli, los intendentes, Massa, Macri y Vidal, ¿Carrió? Mi impresión es que pretender imponer un liderazgo antes de 2019 no es sólo utópico, sino que resultaría contraproducente.
APU: En relación al proyecto económico de Macri hay diferentes debates sobre el perfil de ese programa. ¿Es el Rodrigazo, es Menem o es De la Rúa?
RT: Es un proyecto neoliberal sin una crisis que lo justifique y sostenga. Cuando, a pesar de lo brutal del ajuste y los despidos, los tipos dicen que están siendo gradualistas, yo les creo, porque con una explosión que los precediera hubieran demostrado grados de salvajismo mayor, no tengo dudas. Son así. Ahora, los tiempos cambiaron y es difícil decir Rodrigazo, menemismo o delarruísmo. Macri no tiene el contexto favorable y los activos para regalar con los que contó Menem, pero sí todo el apoyo que al riojano le retaceaban por ser malo, feo y no gente “bian” como De la Rúa, al que habían soñado como el Menem blanco. Quizás Macri sea lo más parecido a ese sueño que el establishment podría haber conseguido. Huelga decir que los peronistas menemistas están ahora con el gobierno y los sushi boys son los que volvieron luego de 2001.
APU: Lo llevo a la realidad local, de su provincia natal, Tucumán: ¿Cómo ve la situación social en torno a la inflación, el parate de la actividad o el tarifazo? En una reciente entrevista el bloguero Manolo Barge nos decía que como ocurrió en el 89 o en 2001 la situación social iba a estallar antes en el interior que en PBA.
RT: Es cierto que en el '89 y 2001 explotó antes en el interior que en PBA. Tucumán también supo ser punta de lanza de muchos acontecimientos nacionales, como los cierres de ingenios, el Tucumanazo o el horror del Operativo Independencia. De todos modos, tengo dudas y pienso si no se dará, acaso, esta vez en PBA el inicio de una protesta social de escala. Por caso, la caída de la actividad es palpable en mi provincia (carezco de cifras pero amigos comerciantes, fleteros en corralones o los mismos taxistas me cuentan de un descenso, a ojímetro, de un 40% o mayor aun de la actividad, recaudación y/o clientes), pero no existen acá protestas como la del personal de salud al gobierno de Vidal o un clima enrarecido como al interior de la Policía Bonaerense.
Sí hubieron protestas de taxistas por el incremento del GNC y de trabajadores del Ingenio San Juan por deudas, pero creo que si el macrismo decide seguir golpeando el bolsillo (una nueva devaluación, otro ajuste tarifario), las condiciones de un estallido podrían generarse antes en PBA debido a la sinergia que su gobierno debería realizar con la Nación para que Macri tuviera éxito en su plan constrictivo. ¿Puede Macri ahogar más a las provincias peronistas del NOA/NEA que a PBA para salvar a Vidal? Podría, pero sólo si consiguiera un triunfo plebiscitario a nivel nacional en 2017 de modo tal que alterara las relaciones de fuerza en el Congreso. Por ahora, no parece el caso.
Manolo Barge: "El macrismo necesita generar un enfrentamiento de clases"