El paradigma de la “apoliticidad”
Resulta sorprendente ver como el neoliberalismo hace política desde una supuesta “apoliticidad” sin embargo, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, vivimos en un entorno de interacción política.
Por ejemplo, cuando usted ve en la TV, una serie o una película de acción, generalmente los buenos son agentes de la CIA o del FBI, que “salvan” al mundo y los malos son “dictadores” del tercer mundo, terroristas árabes musulmanes o narcotraficantes latinoamericanos, solo para citar algunos ejemplos.
Pero sin embargo, junto con el pasatiempo televisivo, los espectadores consumen diariamente como “arte” vinculado a una ficción policial televisiva, un conjunto de ideas, una representación “construida” del mundo, es lo que generalmente llamamos como “ideología” y esta es una forma de hacer política disfrazada de arte.
El televidente incauto mientras se divierte, está siendo condicionado mentalmente y no se le ocurrirá pensar que el terrorista en realidad, es el imperio invasor que destruye cientos de miles de vidas humanas en guerras genocidas, cuyo único fin es apropiarse de sus recursos naturales del país que ocupa, por el contrario, si por ejemplo, llega a conocer a algún árabe musulmán en la triple frontera, lo primero que se le ocurrirá pensar, es si no estará vinculado a alguna célula terrorista de Al Qaeda, la industria cultural funciona con los mismos principios con que operan los spots publicitarios, una mescla de marketing y arte creativo, para seducir al televidente e inducirlo a consumir algún producto, en este caso, a consumir un conjuntos de ideas y miradas y concepciones acerca de cómo funciona el mundo, mirada por demás, favorable a los intereses del poder económico mundial.
En esta matriz ideológica, no solo trabajan los medios televisivos, también la desinformación del periodismo escrito le mostrará a diario como los buenos del norte atrapan a los malos del sur, y si por ejemplo, nuestro país tiene algún conflicto con algún país poderoso del norte, la prensa cipaya le dedicará gran parte de su espacio, a mostrar los argumentos de quienes quieren avasallarnos y determinará como “torpeza” toda acción que el país haga en defensa de sus intereses.
Cuando un país empieza a ser atacado por la red mediática neoliberal global, es porque ya está en la lista negra del “eje del mal” y ya tienen preparado un plan conspirativo para destruirlo y ocuparlo.
Otro ejemplo de política disfrazada de “apoliticidad” la encontramos en muchas instituciones religiosas, recuerdo por ejemplo, la lucha anticomunista del arzobispo Karol Wajtyla en Polonia, quien fuertemente apoyado por la CIA y el lobby de obispos norteamericanos, es impuesto como el Papa Juan Pablo II en el año 1978, inmediatamente, desde la iglesia católica polaca y teniendo como foco inicial al astillero Gdansk bajo el liderato de Lech Walesa, los trabajadores organizaron un sindicato libre llamado Solidarność (“Solidaridad”) con fuerte apoyo de la iglesia.
El sindicato solidaridad logró desestabilizar el comunismo en dicho país y posteriormente en el año 1990, y bajo el liderazgo de Lech Walesa, éste gana las elecciones y llega al poder, en su gestión demostró un altísimo grado de corrupción en su seno.
El mismo Papa, que toda su vida mescló religión con acción política, desde el Vaticano, se dedicó a perseguir, castigar y excluir a los sacerdotes del tercer mundo que habían asumido un compromiso con los pobres y desheredados de la tierra “porque hacían política”
Lo paradójico del caso, es que mientras perseguía a los curas de los pobres en latinoamérica, entronizaba al Opus Dei en europa, como la orden religiosa privilegiada del Vaticano, orden compuesta fundamentalmente por grandes empresarios que, mientras realizaba retiros espirituales, simultáneamente conspiraba aliada a la CIA y participó en la mayoría de los golpes de Estado o intentos de golpes en Latinoamérica, entronizando dictaduras de derecha que mientras asesinaba militantes populares, entregaba la economía de los países conquistados a los intereses de Estados Unidos y con una participación menor por parte de los estados vasallos de Europa, en España podemos mencionar a los dirigentes José Maria Aznar y Mariano Rajoy como representantes de esta concepción de la política.
Mientras monseñor Romero o Angelelli o los padres Mujica o Ernesto Cardenal eran sermoneados o vistos como heterodoxos o apartados de la verdadera doctrina, al cura de las corporaciones: Escrivá de Balaguer se lo canoniza y se lo declara santo (¿?)
En realidad, diariamente hacemos política, aunque no lo percibamos así, cuando los padres reciben el boletín de su hijo o hija con una sanción disciplinaria y los padres discuten si lo mejor es dejarlo sin salir el fin de semana o discutir en profundidad acerca del error cometido, están discutiendo acerca de cuál es la mejor política para que su hijo(a) entienda que debe corregir su conducta.
No solo el arte y la religión están impregnados de la política, la ciencia también lo está, cuando los economistas del CEMA, cuando Broda o Roque Fernandez o Jorge Avila, en nombre de los grandes principios de la economía proponen privatizar o dolarizar la economía, en realidad están haciendo política, es decir, política neoliberal.
Cuando desde la medicina se defiende la medicina pública o la privada, se está discutiendo política, ya sea porque se está a favor a una medicina pública gratuita y de calidad o porque se considere que la medicina debe ser un servicio privado que debe funcionar de acuerdo a las reglas del mercado.
Generalmente, los grandes centros de poder y las oligarquías locales prefieren hacer política desde la “no política” con las ONG´s por ejemplo, se compran, rentan y financian organizaciones de militantes que actúan como operadores subsidiarios de los partidos políticos de derecha, ya sea como “fiscales” de la “transparencia” en la gestión pública (todo funcionario es sospechoso, hasta que se demuestre lo contrario), o como jueces electorales alternativos que cantan “fraude” cuando pierde la derecha, o como custodios de los derechos humanos que, en realidad operan como custodios de los abusos cometidos por los grandes jeques del neoliberalismo, si estos mienten y son sancionados, saltan indignadas las ONG´s y recoge el guante la SIP (sociedad interamericana de propietarios de medios escritos).
Con estas mismas ONG´s penetran e infiltran los barrios carenciados, y por pequeñas obras de caridad, se granjean la simpatía de algunos inocentes que terminan entrampados en el “relato” de la derecha y terminan realizando una militancia territorial muy sutil en la que se demoniza a los políticos y los políticos de derecha, se presentan como no políticos, sino como eficientes y honestos gestores al servicio de la sociedad civil (este relato, como vemos, es heredero directo del construido por las usinas de acción psicológica de la última dictadura)
Por último, quisiera hacer una reflexión acerca de algunos personajes que dicen: “lo que yo digo es objetivo, yo no me muevo por ideología”, si nos atenemos a la definición del diccionario de la Real Academia Española, ideología es: “Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.”. o sea que el tipo se define a si mismo como un burro apartado de la sociedad, ya que no tiene ideas y carece de la capacidad de manejarse con el lenguaje simbólico, necesario para vivir en sociedad.