El problema no son los "K", son los "M"
Me produce algo de vergüenza y mucha tristeza titular así este artículo. La extrema simplificación y falta de fundamento en el título es producto de la profunda degradación y pobreza del debate económico y político en los últimos años.
Frases propias de ignorantes, mentirosos y/o cínicos como “se robaron un PBI...”, “las vacunas son veneno...”, “endeudarse en el exterior es un buen indicio económico...” (Cavallo), “tuvieron viento de cola...” (en el país más endeudado del mundo y sufriendo al FMI y al Juez Griesa ), “la promesa de pobreza 0...” (Macri), “se creyeron que los pobres podían tener plasma y celulares...” junto a la decisión del gobierno de Macri de suprimir la obligación de liquidar los dólares de exportación de granos en un país endeudado y otras frases con que se criticó a los gobiernos kirchneristas o se tomaron decisiones de política son lapidarias e inmovilizantes para quienes traten de explicar razonablemente el devenir económico y político argentino.
Volviendo al título de la nota, la frase "el problema y la catástrofe son los K” produce indignación por su falta de razón y debilidad conceptual y tristeza por el grado de apoyo electoral que consiguió atraer en el presente y por ser la repetición continua, tediosa, de similares o idénticos argumentos para enfrentar y defenestrar a distintos gobiernos de diversos encuadres de políticas de carácter nacionalista y popular: Perón, Illia, los gobiernos de los esposos Kirchner y ahora el del presidente saliente.
Desde el enfoque liberal -en variadas ocasiones apelaron a los golpes militares para imponer sus ideas -, repetidamente adjudicaron corrupción, debilidades y errores en las políticas económicas de aquellos gobiernos civiles. Pero olvidan señalar que la corrupción y catástrofes económicas provocadas por las experiencias liberales fueron muchísimo mayores. Olvidan la desindustrialización, aumento de la deuda externa y pobreza que trajeron al país las gestiones económicas “M”: los Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei (todo indica que se repetirá lo mismo a partir de que su gobierno está poblado de funcionarios de aquellos gobiernos y que alguna medida tomada en estos días aumentó considerablemente la deuda externa estatal).
Los gobiernos Alfonsín, de Néstor y Cristina Kirchner y de Alberto Fernández, que de distinta manera enfrentaron la herencia económica de distintos gobiernos “ M”, se vieron constantemente condicionados por la catástrofes económicas, principalmente derivadas del carácter crecientemente dependiente de nuestro país. Ese sentido, lo que une a las administraciones de Martínez de Hoz, Menen/Cavallo y Macri es haber endeudado temerariamente en el exterior al país y en los tres casos dejar al país en cesación de pagos/default , provocar la extranjerización de las empresas más importantes y ceder soberanía jurídica al ingresar al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) y aceptar el monitoreo constante del FMI de la economía (en la práctica hubo un cogobierno de facto por lo cual el resultado desastroso actual es responsabilidad de esos gobiernos y de la entidad cuya sede central está en Washington) .
Repetir argumentos parece inútil para explicar racionalmente los problemas. Expresar que la calamidad de endeudamiento asumido del Ingeniero Macri con el FMI en 2018 - impagable según cualquier economista medianamente racional -, el aumento de la pobreza y el fuerte condicionamento de la política económica por el FMI (que claramente co-gobernó entre 2015 y 2023) sumados a las mayor sequia sufrida por el país en una centuria, no fueron argumentos suficientes para enfrentar la nada de propuestas más allá de “querer un cambio” y exhibir una motosierra...
Triste, muy triste, pobre y desesperanzador el debate político económico en el presente.
Sorprende la ausencia de debate sobre si un país dependiente, endeudado con el exterior puede desarrollarse y progresar endeudándose aún más, entregando sus mayores empresas y recursos naturales a capitales extranjeros.
La ignorancia del enfoque liberal para explicar el devenir de la economía en un país dependiente es absoluta. No hay un solo ejemplo en la historia mundial bajo el capitalismo en el que hoy un país del primer mundo lo haya logrado sin un fuerte papel estatal en la gestión del desarrollo. La Ley de Granos, el Acta de Navegación, la Ley del Calico de 1720 y la marina de guerra sustentaron el imperio británico; el proteccionismo en comercio exterior, la expansión militar y las guerras mundiales y la capacidad de instalar al dólar como principal moneda en el mundo luego de la 2ª Guerra Mundial, sustentaron el desarrollo de los Estados Unidos. Hoy, el país más exitoso en desarrollo industrial y crecimiento del PBI, China, lo consigue con un fortísimo papel del Estado en la regulación económica interna y externa, en especial en el sector financiero.
En síntesis, resulta tedioso repetir una y otra vez datos y hechos que cualquier estudiante de Historia Económica Mundial conoce en términos generales. Lo que llama la atención es la ignorancia y/o cinismo de aquellos que repiten una y otra vez que aplicar medidas económicas liberales y abrirse sin límites a la inversión extranjera y al endeudamiento externo son la llave del crecimiento. Casualmente distintos gobiernos en que presidentes y Ministros de Economía comienzan sus apellidos con M, Martínez de Hoz, Menem, Macri y Milei son los que crearon el monstruo de la deuda externa y extranjerización del país que en las últimas décadas nos agobian.
Son los gobiernos “M”, no tanto los “K”, el gran problema de la Argentina.
* El autor es ex titular de HESG /FCE/UBA