Ingreso a la universidad pública: un debate con Zlotogwiazda
Por Santiago Gómez
Desde Florianópolis
El alcance y el tamaño del Estado es colocado en cuestión cuando al frente del poder ejecutivo se encuentran representantes del sector financiero. Nada de lo que está sucediendo en Argentina puede explicarse simplemente por factores locales, mucho menos los titulares de diarios. Los gobiernos neoliberales primero recortan impuestos a los grandes sectores económicos, luego toman deuda, para después seguir las sugerencias de ajuste de los organismos internacionales con que pagar las deudas contraídas. Mientras las empresas transnacionales marcan el rumbo económico del gobierno de Mauricio Macri, desde Infobae Marcelo Zlotogwiazda propone que las necesidades del mercado determinen el ingreso a la universidad, cuestiona la eficacia de la universidad gratuita en términos de egresados, al igual que el Banco Mundial, y coloca como ejemplo el restrictivo sistema universitario brasilero. Los datos del Ministerio de Educación brasilero muestran cuánto más justo es el argentino.
Consciente de las repercusiones que tendría su provocadora sugestión, Zlotogwiazda comenzó su columna aclarando que las universidades públicas deben ser gratuitas, que quien finalizó el secundario debe tener derecho a estudiar en la universidad pública, que la universidad pública es parte del sistema educativo, por lo que no puede ser pensada fuera del contexto; que toda mejora presupuestaria, “bien orientada”, es bienvenida y que las ciencias sociales son imprescindibles como fuente de conocimiento y como factor contributivo al desarrollo productivo, para luego colocar “la pregunta incómoda ¿Qué hacer con las carreras superpobladas de las universidades públicas?”.
Como bien señala el periodista y economista, que ingresó y egresó sin restricción alguna de la facultad de ciencias económicas con más estudiantes de América Latina, todo debe ser colocado en contexto, y todavía más, si el problema es pensado en vías a un proyecto de desarrollo productivo. Invita además a dar este debate, colocando la honestidad intelectual como tarjeta de ingreso, por lo que aceptamos su propuesta, ya que consideramos que es necesario poner sobre el tapete las críticas que se hacen al sistema educativo argentino, dentro de un contexto no sólo local, cuanto regional y mundial, porque sabemos que la información es fundamental para que las personas puedan tomar decisiones que favorezcan a sus intereses. Así en Argentina como en Brasil, se colocó en agenda la necesidad de hacer ajustes en los presupuestos universitarios, en el mismo año en que el Banco Mundial publicó, nuevamente, informes al respecto.
Zlotogwiazda no puede alegar desconocer las sugerencias del Banco Mundial sobre educación superior en América Latina, porque son las mismas que fueron criticadas durante la década del noventa desde el diario en el cual trabajaba. Cuesta creer que un periodista de su nivel no haya leído en Página/12 que una de las autoras del informe del Banco Mundial “Momento decisivo: La educación superior en América Latina y el Caribe”, María Marta Ferreyra, fue invitada a la Feria Internacional de la Educación Superior Argentina, que se realizó el año pasado en el Salón Blanco del Ministerio de Educación.
Por otra parte, el economista se ocupa de colocar como ejemplo de educación superior al sistema universitario brasilero, el cual es tan restrictivo que en un país de 208 millones de habitantes, en el año 2016 tan sólo 8.052.254 estudiantes consiguieron matricularse en Instituciones de Educación Superior, siendo 3 millones de alumnos los que ingresaron ese año. 8 millones se matricularon pero en 2016 se ofrecieron 10.662.501 de vacantes, de las cuales 9.911.651 corresponden a universidades privadas. A la educación superior pública correspondieron 750.850 vacantes, siendo 453.859 correspondientes a las universidades nacionales, 205.173 a universidades provinciales y 91.818 a Instituciones de Educación Superior municipales, según el Censo de Educación Superior de 2016. Es decir, mientras Zlotogwiazda cuestiona que en Argentina haya 1.830.000 estudiantes en universidades públicas, coloca como ejemplo el sistema brasilero, en el que entre 208 millones de habitantes solo 453 mil pueden estudiar en universidades públicas nacionales.
El modelo universitario que Zlotogwiazda ofrece como ejemplo a la sociedad argentina, que en su inmensa mayoría desconoce los datos anteriormente citados, es uno en el cual sólo el 0,36% de la población puede estudiar en universidades nacionales públicas, cuando en Argentina ese número representaría, según los datos que coloca como base Zlotogwiazda, el 4,16% de la población. Como bien señala el periodista, ese 0,36% de brasileros estudian en las universidades de mejor calidad educativa, mientras el 93% de los estudiantes universitarios lo hacen en universidades privadas. Cabe destacar además que mediante el programa Fondo de Financiamiento Estudiantil (FIEs) y el Programa Universidad para Todos (PROUNI), el Estado financia la educación de estudiantes que van a universidades privadas.
Como señalamos, en 2016 ingresaron 3 millones de estudiantes a Instituciones de Educación Superior en Brasil. Ese mismo año, según informó el Ministerio de Educacón, el FIEs ofreció créditos a 564.279 estudiantes, el PROUNI entregó becas a 489.279. Es decir, el Estado financió la educación privada de 1,05 millones de estudiantes, sobre los 3 millones que ingresaron.
Sobre lo que no emite opinión Zlotogwiazda es sobre lo injusto que es el sistema de educación superior en Brasil, prefirió destacar su lado competitivo. Como bien señala el informe del Banco Mundial, cínicamente titulado “Um ajuste justo. Análises da eficiência e equidade do gasto público no Brasil”, “la pequeña minoría de estudiantes que frecuentan las universidades públicas tiende a ser de familias más ricas que fueron a escuelas primarias y secundarias privadas”. En ese informe, como en el anteriormente mencionado, al igual que en los informes del Banco Mundial de los años noventa, se cuestiona la eficiencia del gasto, se sugieren ajustes y modificaciones que alteren el ingreso a la universidad.
Los argumentos neoliberales
¿Cuáles son los argumentos de los que se sirve el neoliberalismo para atacar al Estado y justificar su achicamiento? El primero: que el Estado gasta de más, “despilfarra los recursos de los argentinos”. Esa crítica tiene más de dos siglos en nuestro continente, viene desde que se estableció la Constitución. Los sectores exportadores consideran que los recursos de los que dispone el Estado, que tiene por mandato constitucional el monopolio de la recaudación tributaria, les pertenecen. Con el objetivo de pagar menos derechos de exportación, los empresarios dicen que el Estado gasta de más y que ese dinero sale de sus bolsillos. Hace al interés financiero reducir los recursos de los que dispone el Estado, ya que como este igual debe cumplir con sus obligaciones, generan las condiciones para forzarlo a tomar la deuda que le ofrecen.
¿Cuál fue el primer argumento utilizado por Zlotogwiazda para criticar la educación universitaria en Argentina? “La superpoblación es indiscutible. La bajísima proporción de egresados es todo un síntoma. ¿Y un despilfarro?”. El periodista define una carrera superpoblada como “aquella que tiene muchos más estudiantes de los que el mercado laboral va a necesitar dado cierto patrón de desarrollo” y coloca el tema sin poner en cuestión cuál es el patrón de desarrollo que tiene el gobierno, ni los debates sobre las posibilidades de desarrollo que tiene una economía como la argentina, cuya principal fuente de ingresos son las exportaciones primarias, sin poder establecer ni el valor de lo que vende, ni imprimir la divisa en que se realizan las transacciones, en un contexto de concentración e integración vertical de corporaciones transnacionales. Debate del que no puede estar exento porque hace e hizo a su formación profesional y sobre el que seguro puede realizar valiosos aportes.
Tampoco coloca Zlotogwiazda en contexto la tasa de egresados argentinos, afirma que es bajísima, sin compararla con otros países. Tomemos como referencia el libro "Momentos decisivos: la educación superior en América Latina y el Caribe", realizado por el Banco Mundial, en el que se utilizan datos de UNESCO para comparar la tasa de graduados y en el que sin lugar a dudas no se buscará colocar a los países de la región como ejemplo. Tomemos en consideración además, el inmenso gráfico que ilustra la nota de Zlotogwiazda, donde se pone el foco de atención en la cantidad de estudiantes y egresados de las carreras pertenecientes a las llamadas ciencias sociales.
Conforme la UNESCO, con datos de circa2013, mientras la tasas de graduados en Ciencias Sociales, Administración de Empresas y Derecho en Argentina fue de 35,7%, en Brasil fue del 41%, en Estados Unidos del 32,4% y en el Reino Unido de 29,9%. Según el informe citado, el promedio de egresados en ese mismo segmento de los países comparados es de 38,6%. Es decir, no sería bajísima la tasa de graduados si se la compara con otros países. En todos los sistemas de educación superior la tasa de egreso es inferior a la de ingreso. Si comparamos la tasa de egreso de las carreras de ingeniería, mientras en Argentina la tasa es del 6%, en Brasil es del 6,7%, en Estados Unidos del 6,4% y en el Reino Unido del 9%. Considerando la demanda industrial de las tres potencias mencionadas, sería injusto decír que es "bajísisma", la tasa de egreso de nuestros estudiantes de ingeniería si se la compara con la de los Estados Unidos.
Para qué proyecto de país
Bien señala Zlotogwiazda que un país que tiene un proyecto industrial, debe incentivar a los futuros estudiantes universitarios a elegir carreras de ingeniería. Dio lugar a la voz del ingeniero Enrique M. Martínez, quien le cuestionó que su planteo trata a las universidades como centro de formación para el mercado de trabajo, sin tener en consideración el impacto social que tiene el paso de una persona por la universidad, aunque no termine los estudios, así como le cuestionó que “el problema no se resuelve con medidas restrictivas que terminan siendo elitistas, ya que hay quienes pueden pagar cursos privados y quienes no”. Como mencionamos anteriormente, la realidad brasilera le da la razón a Martínez. Y en Brasil también el Estado facilita cursos que preparen para el ingreso.
En su nota, Zlotogwiazda amplifica las necesidades de las transnacionales para decir que faltan ingenieros e informáticos en el mercado laboral y para ello cita a Sergio Kaufman, presidente de la consultora Accenture. Accenture es una de las cinco grandes consultoras que auditan a las empresas más grandes del mundo, que conocen todos sus movimientos financieros. Hasta el año 2001 Accenture se llamaba Andersen Consulting, su sede en Buenos Aires estaba sobre la calle 25 de mayo. Tras el estallido provocado por la empresa Enron en el año 2001, y ser acusada la consultora de ocultar y eliminar información, debió cambiar de nombre.
Eso no significa que sea falso que puedan necesitarse ingenieros e informáticos en el mercado de trabajo. Esa fue la realidad con la que se encontró el anterior gobierno tras provocar la reactivación del sector industrial, como efecto del aumento de la demanda que produjo la transferencia de recursos a los sectores populares a través de la generación de empleo y el reestablecimiento de las paritarias, lo que generó que las personas gastaran más, aumentara la demanda de los comercios a los distribuidores y de estos a las industrias locales. Fue por ese motivo que se creó el Plan de Formación de Ingenieros al que Zlotogwiazda hace referencia, sin mencionar que el mismo fue creado por el gobierno de Cristina Fernández.
Quienes están en el sector de ingeniería, cuanto en el de informática, saben que la demanda de especialistas hace que contraten estudiantes, que abandonan la carrera una vez que cobran por trabajar de lo que les gusta, ya que el título no siempre es condición para realizar el trabajo. Es decir, un estudiante de ingeniería que abandona la carrera no significa un trabajador menos para satisfacer las demandas del mercado. Fue por esta razón que también durante la gestión anterior se creó el Programa Nacional de Becas Bicentenario, que tuvo entre sus tareas ir a buscar a estudiantes de ingeniería que habían abandonado la carrera e incentivarlos para que finalicen sus estudios, a través de diferentes mecanismos como el de facilitarles la cursada y el reconocimiento de sus conocimientos adquiridos.
Como bien señala Zlotogwiazda en su columna, para apuntalar y fomentar las carreras de ingeniería es preciso un mercado de trabajo que demande ingenieros, pero la formación de ingenieros no puede estar supeditada a las necesidades de las empresas transnacionales, cuanto a satisfacer las demandas de la matriz productiva local, cuyo desarrollo depende del mercado interno. El Programa de Formación de Ingenieros que el periodista menciona, fue posible porque había un sector industrial en expansión, todo lo contrario a lo que hoy vive nuestro país, en el cual la apertura indiscriminada de importaciones está acabando con la incipiente recuperación industrial que hubo durante el anterior gobierno. No es casualidad que cada vez que el sector industrial entra en caída desde los diarios se cuestione la falta de ingenieros, para justificar la realización de un ajuste en el presupuesto educativo. Zlotogwiazda, lamentablemente, utiliza el término “gasto” para referirse a la inversión en educación y pone a pensar a los lectores en que la inversión en educación es demasiada. “El presupuesto del Estado Nacional para 2018 destinado a las universidades públicas, es de $100.900 millones, equivale al 3,5% del presupuesto total. Un montón de dinero”, afirmó.
Argumentos semejantes utilizan los economistas del Banco Mundial para justificar recortes presupuestarios destinados a educación. La lógica neoliberal es simple y previsible: primero quitan recursos al Estado a través de la exención impositiva a los grandes sectores de la economía, después obligan al Estado a tomar deuda para compensar la falta de recursos que dejaron de ingresar, le siguen las sugerencias de recortes para pagar las deudas contraídas y la amplificación de las mismas en los periódicos locales. Todo esto Zlotogwiazda lo sabe y lo conoce. Lamentamos que no haya puesto en contexto el debate que está sugiriendo, nos cuesta creer que desconoce las sugerencias que el Banco Mundial está haciendo en este preciso momento al respecto. Como dijimos al comienzo de la nota, lo que sucede en Argentina y sus titulares de diarios deben ser colocados en un contexto internacional. También aquí en Brasil los medios de comunicación colocaron en agenda la necesidad de ajustar el presupuesto destinado a la educación pública.
Para finalizar, coincidimos con Zlotogwiazda en que es necesario discutir un proyecto productivo nacional, articulado con el sistema universitario, y hacerlo con la honestidad intelectual que requiere el debate.