Malvinas: ¿una alianza con el pueblo inglés?
Recientemente, el diario británico The Daily Telegraph realizó una encuesta digital sobre si el Reino Unido debía devolver las Islas Malvinas a Argentina. Daba tres opciones: sí, no o que los malvinenses lo votaran en un referéndum. El “sí”, devolver las islas a los argentinos, se impuso por el 60,2%.
No hay que sobrestimar la encuesta. Votaron (hasta este lunes 5 de marzo) 27 mil personas, un número modesto. Además, activistas digitales de Argentina llamaron a votar por la devolución. Pero el dato cobra relevancia por la envergadura del diario y su tenor ideológico.
The Daily Telegraph es el tercer diario más leído del Reino Unido, el país que más lee diarios del planeta. Según el ranking del sitio inglés Newspapers, el primero es el sensacionalista The Sun, con 3,1 millones de lectores, el segundo es el Daily Mail, algo menos sensacionalista y con 2,4 millones de lectores y tercero, The Daily Telegraph, 842 mil lectores.
El segundo ítem destacado es la orientación ideológica del Telegraph. Considerado el diario masivo de mayor calidad (“the highest selling British quality newspaper”) es un periódico de centroderecha, vinculado al Partido Conservador, del que Margaret Thatcher fue máxima autoridad durante los 80. Esto quiere decir: en un diario de derechas e inglés, existe suficiente aceptación (o al menos indiferencia) por parte de sus lectores como para aceptar la devolución de las Malvinas a Argentina. Los músicos Roger Waters (líder de Pink Floyd) y Steven Morrisey (The Smiths) también son expresión de ello.
¿Qué importancia tiene esa legitimidad, o al menos, pasividad? La victoria de Vietnam contra el coloso estadounidense es inexplicable sin el esfuerzo humano y bélico del pueblo vietnamita. Se calcula entre 4 y 6 millones de asiáticos muertos en la contienda. Pero el triunfo de Vietnam no fue solo militar sino político. Como indicó el periodista Horacio Verbitsky, en Página 12: “Todos los análisis, dentro y fuera de Estados Unidos, indican que fue la movilización del pueblo estadounidense, dividido respecto de la legitimidad de la guerra y de la posibilidad de ganarla, la que impidió el despliegue completo de la maquinaria bélica que el Pentágono deseaba.”
¿No es acaso lo mismo que intentó el canciller menemista Guido Di Tella con su “política de seducción” a los malvinenses? Era aquella que proponía regalarles osos de peluche a los ocupantes del archipiélago. Para empezar, una política para potenciar la legitimidad sobre las Islas debe ser inteligente.
Una de ellas, inminente, es aprovechar los Juegos Olímpicos de Londres para potenciar el reclamo, como lo hizo Bolivia con la salida al mar en el Mundial de fútbol de Estados Unidos. Habrá muchas más. Lo interesante es socavar base social del imperialismo como parte de una estrategia integral para recuperar las Malvinas.