¿Puede Argentina recuperar el autoabastecimiento sin inversiones privadas?
YPF y Chevron firmaron un acuerdo para el desarrollo de la producción de hidrocarburos no convencionales en el Yacimiento Vaca muerta en la provincia de Neuquén, que contempla una inversión inicial de 1240 millones de dólares.
La firma del acuerdo fue rápidamente cuestionada por la oposición política, organizaciones populares, y sectores de la comunidad mapuche. Estos sectores acusan al gobierno de cambiar su política de nacionalización de los hidrocarburos y entregar los recursos a una multinacional. Sin embargo, más allá de lo que representa la compañía Estadounidense Chevron, ningún dato o análisis del escenario energético para el país y la región, ha sido tenido en cuenta con profundidad a la hora de evaluar el significado y las implicancias del acuerdo.
En la última década, Latinoamérica ha experimentado profundos cambios que transformaron los rasgos más importantes de su política económica. Esta gran transformación puede explicarse en buena parte por el cambio en las políticas energéticas, desde un modelo centrado en el control privado hacia un modelo de control estatal. La renacionalización del sector energético en algunos países de la región, como Venezuela, Bolivia, Ecuador, y más recientemente Argentina, ha producido un aumento notable de los ingresos por la exportación de hidrocarburos. Este aumento, sumado al efecto de los mayores precios internacionales, ha reforzado la creciente autonomía económica y política de los gobiernos de países productores.
La experiencia de Venezuela sirve de referencia. El nivel de ingresos que las empresas privadas internacionales dejan al gobierno venezolano ha aumentado desde un promedio del 20% hasta el 80%. Con estas políticas de re-estatización del sector, Venezuela ha conseguido un aumento en sus ingresos petrolíferos desde los 18.000 millones de dólares en 2001 hasta alcanzar un pico de 120.000 millones en 2011, a pesar de que, en el mismo periodo el país ha experimentado un descenso considerable en sus niveles de producción. Venezuela cuenta con las mayores reservas de crudo conocidas del mundo, pero su peso en el mercado petrolero global es muy inferior a su potencial, y afronta una década de caída de la producción y de descenso de las exportaciones. Esto ha llevado a la petrolera estatal venezolana PDVSA a buscar distintas formas de asociaciones y diversos tipos de contratos con diferentes petroleras extranjeras. Por ejemplo, Chevron y PDVSA firmaron hace pocos meses un acuerdo por 2.000 millones de dólares, que la firma estadounidense invertirá para aumentar la producción de petróleo Venezolano.
Las políticas de renacionalización no están exentas de tensiones y riesgos. El gran desafío a enfrentar es que los niveles de inversión, tanto en el mantenimiento de la producción actual como en la exploración de nuevos yacimientos de hidrocarburos, no sean suficientes para aumentar la producción que permita satisfacer la creciente demanda. Más aun, no existen antecedentes en el mundo de compañías petroleras estatales que hayan podido afrontar las elevadas inversiones necesarias para el desarrollo de hidrocarburos no convencionales sin inversiones privadas de riesgo.
En el caso Argentino, la declinación de los niveles de producción y de inversión constantes en las últimas décadas y el autoabastecimiento energético perdido, ponen al país frente un escenario extremadamente complejo, que es necesario tener en cuenta para evaluar con cuidado el significado del acuerdo de YPF-Chevron.
Recuperar el autoabastecimiento energético es una meta prioritaria indiscutible para el país, ya que en el año 2013 las importaciones de combustible se estiman rondarían los 14.000 millones de dólares. Los yacimientos de hidrocarburos no convencionales que tiene nuestro territorio podrían colocarnos en el mediano plazo, entre los grandes jugadores del escenario energético mundial. Según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía, los hidrocarburos no convencionales serán el factor determinante en el escenario energético en los próximos 50 años. Por otro lado, Estados Unidos estima que podrá convertirse en autosuficiente en materia de hidrocarburos para el año 2020, en base a la explotación de recursos no convencionales. Este factor determinará un cambio dramático en el escenario para las políticas de soberanía de los países latinoamericanos, por el gran peso para la región que hoy tienen las exportaciones de petróleo Venezolano a Estados Unidos. Chávez lo tenía claro, porque Venezuela dependía más estas exportaciones, de lo que Estados Unidos dependía del petróleo Venezolano, y los hidrocarburos no convencionales entraron para romper este delicado y tenso equilibrio. En 2012, el gobierno Venezolano lanzó un plan para cambiar el destino de sus exportaciones petroleras. Además, en los últimos años había sellado acuerdos de inversión con China, Rusia y otros países fuera de la órbita de Estados Unidos, por cifras cercanas a los 100.000 millones de dólares. La oposición Venezolana dijo que Chávez estaba regalando la soberanía de los recursos a las empresas Chinas y Rusas.
El desarrollo de hidrocarburos no convencionales es un desafío económico, social y ambiental de importancia. Sin embargo, ante este panorama nacional y regional complejo ¿puede nuestro país darse el lujo de no enfrentar ese desafío? ¿Puede nuestro país recuperar el autoabastecimiento energético sin inversiones y acuerdos con empresas extranjeras?. El panorama requiere un análisis complejo y detallado de todos los aspectos económicos, sociales y ambientales, que en gran parte están pendientes. Sin embargo, también es necesario recalcar que el futuro de YPF depende de un balance entre el control soberano y la efectividad para resolver los desafíos que enfrenta. Evo Morales ha dicho un frase en la Cumbre CELAC-UE, que clarifica el centro del dilema: “Necesitamos socios, no patrones o dueños de nuestros recursos naturales”. De alguna manera, todos los gobiernos latinoamericanos soberanos, enfrentan el tránsito por esa delgada y sinuosa línea de encontrar socios que no impliquen la pérdida del control y la soberanía de sus recursos naturales. El camino no es fácil, pero YPF tiene la necesidad y la obligación de caminarlo.
Fuentes:
EL NUEVO ESCENARIO ENERGÉTICO EN AMÉRICA LATINA. Paul Isbell y Federico Steinberg
World Energy Outlook 2012 Agencia Internacional de la Energía
Pdvsa y Chevron suscribieron acuerdo para aumentar producción de Petroboscán
El sector energético de américa latina y el caribe
Millonario acuerdo de China y Venezuela para exploración petrolera.
Rusia invertirá 40 mil millones de dólares en Faja Petrolífera del Orinoco