“Es una persecución premeditada y sistemática”
Por Diego Kenis
Andrés Imperioso es politólogo, dirigente de la Confederación Socialista y asesor parlamentario del diputado nacional Jorge Rivas. El viernes 22 de agosto pasado, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires clausuró la Casa del Pueblo que el frente político posee en la Capital Federal. En una entrevista con AGENCIA PACO URONDO, Imperioso se refirió a la situación y esbozó un marco a partir del cual pensar la política macrista para los espacios de expresión cultural, cuyos cierres compulsivos continuaron en los días posteriores.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué pasó el 22 de agosto en la Casa del Pueblo?
Andrés Imperioso: La Casa del Pueblo es un espacio político y cultural, donde hay actividades todo el tiempo. El viernes 22 de agosto se estaba realizando un Festival, que tenía como tópico a la Diversidad. Había una charla y una obra de teatro de la Cooperativa Arte Trans, que busca sacar de la prostitución a chicas que la están ejerciendo para que a través de la cooperativa puedan integrarse a la sociedad. Cuando estaba terminando el documental, aparecen los inspectores del gobierno de la ciudad. Dijeron, de manera prepotente y con amenazas, que querían entrar a la Casa. Una compañera nuestra les respondió que se trataba de un espacio político y que no tenían ningún derecho. Ellos alegaban que había un uso comercial. Sin miramientos, diciendo que allí había un café concert, establecieron la clausura preventiva.
Obviamente, nosotros desconocemos esta figura que ellos crean. ¿Por qué? Porque si nosotros caemos bajo la lógica que ellos nos imponen con su tipo de habilitación, no podremos hacer política. Y nosotros no vamos a dejar de hacer política porque ellos vean en todos los espacios culturales o políticos un negocio. Nosotros no vemos en este Festival un negocio, sino una actividad militante.
APU: ¿La legislación está pensada para el rubro comercial?
AI: Claro. De alguna manera, ellos se atajan con la cuestión de Cromañón para llevar a cabo una forma de habilitación totalmente exclusiva, que no permite a espacios culturales integrarse. Y así acaba dándose esta paradoja: en una actividad por la inclusión, ellos vienen a excluir. La legislación de la ciudad de Buenos Aires contempla, creo que con mucha responsabilidad y seriedad, la importancia de tener espacios adecuados para recibir a las personas que participan de los espacios culturales. Pero la discusión no debe ser cómo lograr la habilitación de los espacios culturales, sino cómo el macrismo va a intentar clausurarlos. Hasta ahora no se vio la más mínima voluntad de parte del gobierno de la Ciudad para alcanzar las habilitaciones. No hay ningún tipo de búsqueda, de mesa de diálogo. Ellos simplemente buscan expulsar a estos espacios a la ilegalidad para monopolizar la cultura y poder hacer de ella un negocio. Por eso digo: no caigamos en una cuestión técnica. Mirémoslo con una mirada política.
APU: ¿Qué medidas tomaron para contrarrestar esta decisión?
AI: Las medidas que nosotros tomamos son de corte político. Apenas hicimos pública la clausura, recibimos infinidad de muestras de solidaridad por parte de miembros del arco político y de otros espacios culturales. Y también encontramos que esta clausura forma parte de una premeditada y sistemática persecución del gobierno de la Ciudad hacia los centros culturales. Nosotros lo que hicimos fue reforzar la iniciativa política de establecer diálogo y colaborar con los legisladores del Frente para la Victoria (FpV) y todos los legisladores bien predispuestos que buscan impulsar la Ley de Centros Culturales, que fue presentada en la Legislatura. En ella participa Pablo Ferreyra, entre otros legisladores.
APU: Mencionabas a Pablo Ferreyra y, por esas horas justamente, se daba otro hecho que parece mostrar a la política del oficialismo contra la política como tal: legisladores que fueron baleados en Lugano.
AI: Sí. Si querés podemos hacer un puente entre las clausuras y lo que pasó en el barrio Papa Francisco. Lo que vemos es una lógica de exclusión. En los últimos diez años, hubo fuertes avances de inclusión de una parte de la sociedad que estaba marginada y oculta, que parecía que no se quería mostrar. Desde el gobierno nacional se han hecho grandes avances para incluir y reconocer la precaria situación de una parte de la sociedad argentina.
Pero, por otra parte, parece que desde el gobierno de la Ciudad se quiere hacer una ciudad de elite, exclusiva. En el caso de lo que pasó en el barrio Papa Francisco, parece que ante una situación donde el gobierno de la Ciudad se encuentra incómodo, busca resolverla de esta manera, expulsando, en una expulsión a sangre y fuego. Nosotros, como socialistas, esperamos una respuesta más contundente y decidida por parte del gobierno nacional para proteger a estas personas, que son las más débiles, frente las decisiones violentas por parte del macrismo.