Misiones: trabajo esclavo e infantil en una finca de Puerta

Por Martín Sereno desde Misiones

El pasado jueves 30 de enero, en la provincia de Misiones, se realizó un operativo de fiscalización en la “Estancia I´Pora” de la localidad de Santa Inés, Garupá, propiedad del ex legislador Ramón Puerta; dedicada a la explotación de yerba mate. El operativo se realizó a partir del trabajo del equipo territorial de RENATEA y denuncias de los trabajadores realizadas al Sindicato de Tareferos de Misiones (SITAJA).

Antecedentes

Ya durante el año 2012 la revista misionera Superficie había denunciado  bajo el título de “Puerta siempre tuvo trabajadores esclavos en sus campos” una entrevista con Gilda Kasibrodiuk, empleada de Ramón Puerta, que trabajó cinco años en sus campos, donde denunciaba haber estado en negro todo aquel tiempo, y haber sido echada luego de un accidente laboral en un pinar del ex gobernador, en el que se fracturó la cadera en 6 partes.

En la entrevista Gilda denunciaba también tener  cabal conocimiento, por haber sido testigo,  de trabajo en condiciones infrahumanas y de la evasión fiscal en la venta de productos de los campos de Puerta “En los campos de Puerta siempre hubo trabajadores esclavos. Toda la vida tercerizó y sabía que en sus campos trabajaban esclavos, de manera muy precaria, en campamentos infrahumanos y por monedas, en negro” y “Yo vendí decenas de miles de pesos en maderas de Puerta durante cinco años. Nunca jamás, se hizo una transacción en blanco, no quedaba ni un remito, nada, todo siempre fue totalmente en negro.”

A pesar de las fuertes denuncias emitidas por Gilda las autoridades provinciales no iniciaron ningún tipo de acción fiscalizadora o de control.

Fin de la impunidad

Durante la inspección realizada el jueves 30, se relevaron 61 trabajadores entre los cuales se encontró un menor de edad de 14 años realizando tareas de cosecha de yerba mate por lo cual se dio intervención y  se coordinó con el gobierno de la provincia de Misiones a través de la Dirección del Menor, Familia y Discapacidad, quien intervino en el caso. Asimismo, RENATEA realizará la correspondiente denuncia  ante el supuesto delito penal.
Contra la ley

Por otra parte, y producto del relevamiento realizado, se detectaron más de 20 carpas  que servían de refugio a los trabajadores, colchones sobre el piso en los cuales dormían, comida en descomposición, sin acceso a agua ni electricidad. Además, ningún trabajador poseía ropa de trabajo y en el lugar no existía ni baño ni cocina. Tampoco, se cumplía con las condiciones mínimas necesarias, establecidas por la Nueva Ley de Trabajo Agrario Nº 26.727.

“Nos cobran 40 pesos por armar la carpa” dijo uno de los trabajadores, “110 pesos por un kilo de carne” agregó otro, todos estos “gastos” eran luego descontados de sus jornales, que según sus declaraciones oscilaban entre 250 y 400 por cada mil kilos de hoja verde cosechada.

A su vez, un tarefero se encontraba en grave estado de salud con la pierna totalmente inflamada, por lo que se le dificultaba caminar con normalidad y salir del predio que quedaba a unos 11 Km de la ruta más cercana. Junto a este trabajador fueron trasladados otros tres más hacia sus hogares por pedido expreso de los trabajadores.

Tratando de limpiarse

Ante el conocimiento público de la situación, el ex legislador se vio obligado a responder a los medios y si bien reconoció que la finca era suya trató de desligarse de la situación mencionando que los servicios estaban tercerizados, lo cual no lo exime de la responsabilidad.