A 60 años de la invasión de Playa Girón: recuerdos en primera persona
Por Tirso Sáenz
En febrero de 1961, yo había sido nombrado por el entonces Ministro de Industrias de Cuba, Comandante Ernesto Che Guevara, como Vicedirector de la industria del Petróleo. A inicios del mes de abril fui responsabilizado como Director interino de la misma al viajar su director al extranjero.
El 15 abril se produce la invasión de la Bahía de Cochinos – también conocida como la Invasión de Playa Girón - por fuerzas mercenarias, entrenadas, armadas y apoyadas por el gobierno norteamericano. Asumí la tarea fundamental de asegurar el combustible a las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Quedamos acuartelados durante aquellos días en la refinería Ñico López. La misión se realizó mediante un sistema acordado de solicitudes, con señas y contraseñas, con el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, para que el combustible llegara organizadamente a los puntos militares necesarios. Eso funcionó muy organizadamente. Durante varios días estuve sentado junto a un teléfono, dormitando entre sonidos de timbre.
Además del suministro de combustibles a las tropas, era necesario garantizar que la producción de las refinerías no se interrumpiera por ningún motivo. Los inventarios de gasolina mostraban niveles peligrosamente bajos para una situación de guerra: alcanzaban para sólo 9 días; o sea, si la producción se detenía por algún motivo, dejaría a nuestras tropas sin combustible para combatir más allá de ese período de tiempo. Un barco de la Unión Soviética con gasolina demoraría unas tres semanas.
En esa situación, reuní a todo el personal técnico de la refinería Ñico López, que era la más próxima a la zona de ataque y la que producía casi un 80% de la gasolina del país. Un buen número de estos técnicos había manifestado el deseo de abandonar el país. Era indispensable su presencia a tiempo completo, así como la de los trabajadores de la refinería. Con ellos sostuve, aproximadamente, la siguiente conversación:
Los hemos mandado a buscar porque estamos siendo motivos de una invasión. Estamos en guerra. La Patria necesita de combustibles y es nuestra responsabilidad que la refinería funcione como un reloj. Ustedes tienen que garantizarlo. Tienen que estar aquí, acuartelados, mientras la guerra continúe. Sé que algunos de ustedes no están con la Revolución. Ahora bien, si la refinería es bombardeada, las bombas no van a diferenciar entre los que están y los que no están con la Revolución. Por tanto, a todos nos conviene que ganemos y, para ello, tenemos que garantizar la producción de la refinería.
Todos se incorporaron a su trabajo
A la noche siguiente, una avioneta pirata sobrevoló la refinería. Yo estaba seguro, dados los bajos inventarios de gasolina, hecho que seguramente la CIA conocía, que seríamos bombardeados. La artillería antiaérea que rodeaba la refinería actúo rápida y bravamente y la avioneta se alejó rápidamente.
Varios días después de la Victoria de Girón, el Che visitó la refinería “Ñico López”. Uno de los obreros le dijo que él era miliciano y que sentía mucho no haber estado en la línea de combate junto a sus compañeros de batalla. El Che le dijo que la misión que él había cumplido en la refinería había sido tan importante como el haber estado combatiendo. Felicitó a todos los trabajadores y técnicos por la forma abnegada en que estuvieron acuartelados en la refinería durante varios días y por la forma eficiente y efectiva con que se realizó la producción, resaltando como en esas difíciles condiciones, no sólo se había entregado todo el combustible para las tropas, sin afectar el suministro para la población, sino que, además, se había incrementado el inventario de gasolina.
En 72 horas las tropas mercenarias fueron derrotadas totalmente. Durante ese tiempo la refinería funcionó perfectamente durante los tres días de combate en Playa Girón. No se produjo ni una parada por problemas de corrosión. Yo bromeaba diciendo que la refinería se había convertido al Socialismo. Cuando terminaron las acciones, teníamos 14 días de inventario de gasolina, o sea, conseguimos un aumento significativo de inventario.
Varios días después de la Victoria de Girón, el Che visitó la refinería “Ñico López”. En unja aplia reunión con todel personal, uno de los obreros le dijo que él era miliciano y que sentía mucho no haber estado en la línea de combate junto a sus compañeros de batalla. El Che le dijo que la misión que él había cumplido en la refinería había sido tan importante como el haber estado combatiendo. Felicitó a todos los trabajadores y técnicos por la forma abnegada y patriótica en que estuvieron acuartelados en la refinería durante varios días y por la forma eficiente y efectiva con que se realizó la producción.