Amorim (asesor de Lula): "No reconocemos la elección de Maduro"
Desde Salvador, Bahía.
El excanciller y asesor especial de la Presidencia, Celso Amorim, participó de la comisión de Relaciones Exteriores y Defensa de la Cámara de Diputados, donde se refirió a las relaciones con Venezuela y el veto de su ingreso a los BRICS. "Brasil no quiere una expansión, Brasil cree que tienen que ser países con influencia y que puedan ayudar a representar a la región y la Venezuela de hoy no cumple esas condiciones, en nuestra opinión. Eso no fue un veto, en los BRICS las decisiones son por consenso. No fue ideológico. Brasil estuvo de acuerdo con el ingreso de Cuba, pero no de Venezuela. Existe un malestar, que espero que se disuelva, a medida que las cosas allá se normalicen, los derechos humanos sean respetados, las actas aparezcan", expresó Amorim.
El asesor especial de la Presidencia en asuntos internacionales fue convocado a la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa para exponer sobre las relaciones con Venezuela después de las elecciones. El excanciller comenzó leyendo una exposición para después responder las preguntas de los diputados. Amorim hizo referencia a una cuestión personal y señaló: "hace treinta años que me ocupo de cuestiones con Venezuela desde que fui ministro de relaciones exteriores de Itamar Franco. En aquella altura, en una visita a Caracas, oí de empresarios venezolanos comentarios golpistas del presidente Rafael Caldera, que estaba lejos de ser un radical. En Venezuela la construcción de democracia depende aún de un consenso básico sobre los principios de la convivencia política. Las diferencias no se limitan a una cuestión puramente política sino que involucra a toda la sociedad que está tremendamente dividida e históricamente extremamente desigual".
Amorim hizo mención a la mediación de Brasil en el conflicto fronterizo entre Venezuela y Guyana, señaló que "Brasil se preocupa por la posibilidad de que haya un conflicto entre los dos países, con el riesgo de la interferencia de países de afuera de los dos lados, pero también el hecho de que Brasil tiene diez fronteras. Brasil ha mantenido una posición de Pacta Sunt Servanda, eso quiere decir: vamos a dejar todo como está, porque si comenzamos a abrir cada caso de frontera eso será una historia sin fin". Amorin recordó que los presidentes de de Venezuela y Guyana "hicieron un acuerdo de no llevar el conflicto al enfrentamiento armado y mantener la región como zona de paz".
Las elecciones venezolanas
Sobre las elecciones venezolanas, el enviado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en representación de Brasil, como respuesta a la invitación de Venezuela para que Brasil sea veedor, recordó que el gobierno de Maduro se negó a recibir a Amorim, sugiriendo que fuese después de la elección, a lo que Lula respondió que así no tenía ningún sentido y no lo enviaría, lo que llevó a Maduro a cambiar su posición. Cabe destacar, que con Brasil como veedor de las elecciones en Venezuela, el domingo la OEA no gritó golpe, como hizo en Bolivia.
Amorim hizo mención a una reunión que tuvo con Maduro después de la elección, en la que le preguntó por las actas y Maduro le respondió que en los siguientes días, "no recuerdo si dos o tres", dijo Amorim, el gobierno venezolano las publicaría. "No publicaron los datos, el principio de transparencia no fue respetado", señaló el excanciller, quien también señaló que la Fundación Carter es una institución prestigiosa pero que no cuenta con estructura para evaluar una elección y lo que hizo fueron inferencias.
Amorim contó que Colombia y Brasil ofrecieron llamar a elecciones de nuevo o un gobierno de coalición en Venezuela, pero que ninguno de los dos lados aceptó. "Después de la elección Lula y Maduro no hablaron más", informó el excanciller, para luego señalar que "nuestro principal interés es evitar que la región se vuelva foco de rivalidades geopolíticas que amenacen la paz en América del Sur y que importen conflictos al corazón de nuestra Amazonía".
Sobre la situación en Venezuela, Amorim calificó que "se trata de un proceso largo. Ese proceso exige grandes esfuerzos de diálogo y negociación porque deseamos que nuestro vecino esté estable y no nos cree problemas, más allá de la fraternidad que nos une al pueblo venezolano. El próximo año habrá elecciones regionales y parlamentares. Es un riesgo pero también una oportunidad. Si un país quiere tener influencia positiva no puede descalificarse como interlocutor".