“La salida de Temer se define en las próximas horas, días”
Por Jaoana Tavares*
1. ¿Cuál es el interés de O Globo en divulgar esos audios y por qué ellos insisten con elecciones indirectas?
La red Globo se transformó en el principal partido de la burguesía brasilera (PBB). Ella cuida de los intereses del capital utilizando su fuerza de manipulación de la opinión pública y articulando los sectores ideológicos de la burguesía, o sea, el poder judicial, algunos fiscales, la prensa en general, etc. Ellos saben que Brasil (y el mundo) vive una crisis económica, social y ambiental causada por el modus operandi del capitalismo. Y eso aquí en Brasil se transformó en una crisis política, porque la burguesía precisaba tener hegemonía en el congreso y en el gobierno federal, para poder aplicar un plan de colocar todo el peso de la salida de la crisis sobre la clase trabajadora. Por lo tanto, O Globo es la mentora y gestora del golpe.
Sin embargo, la salida Temer fue un tiro en el pie, ya que su banda, como reveló Eduardo Cunha, era un bando de lumpens, oportunistas y corruptos, que no estaban preocupados con el proyecto burgués de país, sino solo con sus billeteras.
La operación carne podrida fue otro tiro en el pie, que ayudó a desacreditar esa banda del Pmdb, pues varios de ellos estaban involucrados y provocaron a un sector de la burguesía agro-exportadora.
Ahora ellos necesitan construir una alternativa a Temer. La forma de salir se decidirá en las próximas horas y días, si por una renuncia, si lo detienen en el Tribunal Supremo Electoral o si aceleran el pedido de impeachment en el Congreso.
Y en las próximas semanas decidiremos a quién colocar en el lugar.
Muchos factores incidirán y el resultado no será algún plan maquiavélico de algún sector, mismo de la Globo, sino que será el resultado de la lucha de clases real, de cómo las clases se comportarán en las próximas horas, días y semanas.
2. ¿Cómo se organiza el campo golpista?
El campo golpista está dividido desde 2014. Y eso nos ayuda. Porque en los golpes anteriores, de 1964, y después en el gobierno de Fernando Hernique Cardoso de 1994, la burguesía estaba unida, tenía un comando único, tenía un proyecto de país y tenía una retaguardia importante en la capital estadounidense. Ahora ellos no tienen proyecto para el país. Perdieron la retaguardia gringa pues se alineaban con Hillary Clinton. Quieren salvar sólo sus intereses económicos particulares. Como dice el sociólogo tucano (N.E. por el tucán que tiene el logo del PSDB, el partido de Cardoso y Aécio) Jose de Souza Martins, “la reforma previsional y laboral son las medidas capitalistas que aumentan la explotación de los trabajadores pero son contradictorias con un proyecto capitalista de país”.
Ellos no tienen comando único. Están divididos entre el poder económico (Meireles, JBS) el grupo de lumpens del PMDB (Juca, Padilha, Temer, Moreira Franco), que tienen el poder de las leyes, y comienzan a tener fisuras, como el caso de Renan. Y el grupo ideológico de Globo – poder judicial. Hay muchas contradicciones internas entre ellos.
Y por eso también ellos no tienen claro, ahora, a quien colocar en el lugar de Temer. Lo ideal para ellos sería proscribir a Lula, tener un gobierno de transición, que fuese aceptado por la mayoría de la población, podría hasta ser la ministra Carmen Lucia (N.E. Presidenta del Supremo Tribunal Federal), hasta octubro de 2018, y ahí intentar ganar las elecciones.
Además, esa división aparece también en las candidaturas de ellos, aún no consiguieron construir un FHC, un Collor. Están tanteando a la opinión pública presentando a Doria (N.E. Intendente de San Pablo, empresario perfil Macri), Huck (N.E: Luciano Huck es un presentador televisivo), etc., pero ellos saben por las encuestas de opinión pública que son inviables y sólo pospondría aún más la crisis política.
3.- ¿Qué pueden hacer los trabajadores y organizaciones populares en este momento?
Nosotros estamos debatiendo, ya desde el año pasado, en el ámbito de los más de 80 movimientos populares y organizaciones políticas que forman parte del Frente Brasil Popular, que la salida que interesa a la clase trabajadora son un conjunto de medidas complementarias. Primero sacar a los golpistas y suspender todas las medidas legislativas que vienen tomando contra el pueblo. Después tener un gobierno de transición, que convoque a elecciones presidenciales para octubre de 2017. Y que se discuta una forma de hacer una reforma política inmediata, que garantice la voluntad del pueblo, y se elija un nuevo congreso. Y el nuevo gobierno, asuma el compromiso, ya en campaña de convocar para 2018 a una asamblea constituyente exclusiva, a parate del congreso, para constituir un nuevo modelo democrático de régimen político – electoral en el país.
Paralelamente a eso, construimos un PLAN POPULAR DE EMERGENCIA, que priorizó más de 70 medidas de emergencia que el gobierno de transición y el nuevo gobierno deberían impelemntar, que en nuestra opinión, sacaría al país de la crisis económica, social y política.
Y después, durante la campaña electoral, discutir un nuevo proyecto de país, que tome en cuenta la necesidad de reformas estructurales de mediano y largo plazo, como la reforma tributaria, la reforma de los medios de comunicación, la reforma agraria, los cambios en el pago de los intereses y del superávit primario y la propia reforma del poder judicial.
Pero para que todo eso suceda, los trabajadores, las masas, necesitan urgentemente ganar las calles. La fuerza del pueblo sólo se ejerce en las calles, en las movilizaciones, ocupaciones y presión de masa.
Creo que en las próximas horas y días habrán varios plenarios para debatir fechas concretas de movilización. De nuestra parte, creemos que la semana que viene es decisiva. Necesitamos acampar en el Supremo Tribunal Federal, para garantizar la renuncia de los golpistas y la prisión de los corruptos denunciados por Joesley Batista. Necesitamos realizar amplias movilizaciones en todas las capitales y grandes ciudades, el próximo domingo 21. Necesitamos transformar el día 24 de mayo no sólo en movilización en Brasilia, sino en todo el país, ocupando las asambleas legislativas, las calles… en fin, el pueblo necesita entrar en la cancha, y presionar para acelerar los cambios necesarios.
4.- ¿En su evaluación, elecciones directas pueden traer avances al país? ¿Cómo? ¿Quiénes serían los candidatos?
Claro, las elecciones directas para presidente y un nuevo congreso es una necesidad democrática, para sacar al país de la crisis política. O sea, sólo las urnas pueden repactuar un gobierno que represente los intereses de la mayoría y para tener legitimidad para realizar cambios a favor del pueblo, para sacarnos de la crisis económica. Porque la crisis económica es al base de toda crisis social y política.
De la clase trabajadora, Lula todavía es el que representa las amplias mayorías del pueblo brasilero y el que puede comprometerse con un proyecto de cambios y con nuestro plan de emergencia.
Probablemente, tendremos muchos otros candidatos, como Bosonaro (N.E: Jair Bolsonaro es militar y diputado, que votó a favor del juicio político a Dilma homenajeando al militar que la torturó), en la extrema derecha, Marina (Silva), intentando ocupar un electorado de centro, pero su base real es sólo la Iglesia Asamblea de Dios. Y entre los tucanos, ellos están en crisis, porque Alkim (N.E. Gerardo Alckim es gobernador de San Pablo por el PSDB) está involucrado en varias denuncias. Doria es un playboy de quinta generación y O Globo no dio tiempo aún de construir una alternativa, tipo Collor...
5.-¿Cuál es la salida para impedir los retrocesos de la agenda golpista?
Movilizarse, luchar, no salir de las calles.
Y trabajar en los próximos días en la perspectiva de una huelga general por tiempo indeterminado. Toda nuestra militancia social y los lectores de nuestro Brasil de Fato deben estar alertas, que los próximos días serán batallas decisivas para definir el rumbo de los próximos años.
Y la fuerza de la clase trabajadora sólo se expresa en las movilizaciones.
* Entrevista dada a Brasil de Fato, Minas Gerais
Traducción Santiago Gómez