Roberto Dromi: el asesor de Milei que fue intendente durante la dictadura y luego ministro de Carlos Menem
Una reciente nota publicada en ElDiarioAr, escrita por Victoria De Masi y Emilia Delfino, reveló que el ex ministro de Obras y Servicios Públicos del menemismo, Roberto Dromi, asesora al equipo económico de Javier Milei. La promesa del ajuste estatal del libertario tiene en la mesa de decisiones a quién fue el padre de las privatizaciones de Aerolíneas Argentinas, Entel e YPF.
“No hay una mirada general de la reforma del Estado, hay bocetos. Todo funciona a un pulso espasmódico, con mucha improvisación” le respondieron al medio desde el entorno de Dromi. Parece que los cálculos de La Libertad Avanza no fueron acertados al momento de pensar la dimensión, o las posibilidades reales del ajuste.
Dromi
“El gobierno de la Nación Argentina cumplimenta esta noche siete privatizaciones, siete sectores estratégicos del quehacer nacional. Encaramos las privatizaciones de la televisión, de los teléfonos, de instalar el sistema del peaje, de instalar la concesión ferroviaria, de privatizar las radios, de incorporar la privatización de la empresa de la aeronavegación. Nosotros hemos ideado un decálogo que dentro de unos días se conocerá, es el decálogo menemista de la reforma del Estado. El mandamiento uno dice así: nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado…”
Las palabras pertenecen a Dromi, que hoy tiene casi 80 años. Por esos días fueron brindadas en el marco de una conferencia de prensa en donde también estuvieron sentados Menem y Domingo Cavallo, ministro de Economía y padre de la convertibilidad. Durante esos años, la fantasía de sostener que un dólar valía un peso se pagó con las privatizaciones de las empresas estatales, el cierre de redes ferroviarias, la proliferación de pueblos fantasma que eran abandonados por las familias desempleadas, y el desmantelamiento de la industria nacional.
Dromi asumió su primer cargo en 1980, designado como intendente de Mendoza en plena dictadura cívico-militar. Guillermo Laura, que se desempeñó como Secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Buenos Aires entre 1976 y 1981, se encontró con Dromi durante los noventa. Laura era cercano al empresario Franco Macri, por lo que cuando la familia se hizo cargo de construir tramos concesionados de obras, puso a Laura al frente de Autopistas del Sol. Con el tiempo, Laura trabajó en un proyecto de ley que proponía construir 10 mil kilómetros de autopistas y anular las concesiones de rutas con los peajes. El proyecto no prosperó y Laura denunció a Dromi en un libro por un supuesto cobro de coimas. El juez Rodolfo Canicoba Corral decidió archivar la denuncia pese a que Laura había presentado nueve grabaciones de conversaciones telefónicas con funcionarios del gobierno. A Laura se le complicó avanzar con la denuncia porque no conseguía apoyos a causa de su pasado durante la dictadura y porque Dromi lo terminó denunciando por falso testimonio.
Para mediados de los 90, Dromi ya no era ministro, pero Menem lo convocó para que fuera su asesor. En ese momento le sugirió al presidente la posibilidad de fusionar los ministerios de Trabajo y Educación, al igual que lo que propone Milei con su llamado ministerio de Capital Humano. Dromi tenía la intención de ajustar aún más los presupuestos para políticas educativas y laborales, pero sabía que eso podía estallar por algún lado. Por eso también propuso crear un ministerio de Seguridad (que por esos años no existía), con el objetivo de reprimir la protesta social. Eso podía involucrar a policías, pero también a militares, como reveló el periodista Horacio Verbitsky.
El 6 de enero de 1991, Verbitsky publicó en el diario Página/12 que el embajador norteamericano, Terence Todman, había escrito una carta al gobierno nacional para denunciar un pedido de coimas de funcionarios hacia la empresa Swift. El escándalo se llamó #Swiftgate y derivó en la renuncia de asesores y ministros, entre ellos Dromi.
En junio de 2010, Dromi fue señalado por ser el responsable de escribir un documento que proponía reformas sociales y económicas a contramano del crecimiento que experimentaba el país por esos años (había superávit fiscal y las reservas del Banco Central eran de 49 mil millones de dólares). El documento elaborado por Dromi pretendía: eliminar retenciones a la soja, involucrar a las fuerzas militares en la seguridad interior, aumentar tarifas de servicios como luz, agua y gas y proponer empresas de medios privadas o mixtas, contrario a lo que establecía la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Para 2014 fue Patricia Bullrich quién impulsó, junto a otros macristas, una denuncia que involucró a Dromi. La justicia investigó compras de gas licuado al exterior llevadas a cabo por el ex ministro de Planificación, Julio De Vido. Entre los 23 procesados de la causa apareció el nombre de Dromi, a quién la policía Metropolitana le allanó la oficina. Cuando el juez Claudio Bonadio dictó las prisiones preventivas, dejó afuera a Dromi y detuvo a De Vido. En 2018 la Cámara Federal dictó la falta de mérito para los detenidos. Los peritajes se habían hecho mal: no se contemplaron las posibles ganancias de los empresarios.
Consenso
El modelo de privatización menemista no fue unilateral. Gobernar es formar consensos y crear escenarios. En el caso de los noventa requirió de la Ley 23.696 de Reforma del Estado que se manifestó a través de un acuerdo entre las fuerzas políticas. Las reformas estructurales se aplican así, o por la fuerza. El caso de La Libertad Avanza parece difuso en ese sentido.
“Perú es el espejo de la Argentina que viene si Milei gana las elecciones”, dijo el politólogo, Andrés Malamud, en agosto de este año y citó las gestiones de Alberto Fujimori (1990-2000) y Pedro Castillo (2021-2022) en donde ambos presidentes disolvieron el Congreso para intentar aplicar sus políticas represivas sin resistencias legales. Fujimori fue condenado posteriormente a 25 años de prisión por cometer delitos de lesa humanidad durante su gobierno, y Castillo fue destituido por incapacidad moral y por denuncias por casos de corrupción. Luego fue detenido por la justicia. Por eso, también recordaba Malamud: “En Argentina, para gobernar, hay que ponerse de acuerdo. Y él (Milei) rompió los puentes para ponerse de acuerdo. En hiperminoría no se gobierna este país, no democráticamente”.