No me arroben, por Juan Manuel Ciucci
El pedido llega así, sin mucho más por declarar. La compañera lo dice, porque alguien la identificó en una foto de la orga, y ella prefiere que la desconozcan de allí, por posibles problemas laborales. Trabaja en el Estado, nos cuentan. Teme que la puedan rajar. Mejor cuidarse, termino diciendo.
“Mejor invento un seudónimo, porque no estoy seguro de poder firmarla”, piensa en voz alta, mientras recupera un nombre de fantasía de su infancia, para ponerlo ahora en esa nota que va a publicar. Supone algún conflicto va a tener, si estampa su nombre. Habrá que hacerlo, me digo.
Me piden que haga privado mi comentario, que no pueda leerlo cualquiera, sólo mis amigos. Parece pueden ver mi perfil, y eso les traería problemas a quienes me han invitado. “No lo quites, pero hacelo privado”, termino leyendo. Algún sentido tiene, digo.
Con tanta lógica acompañándonos parece difícil poder escapar de este siniestro cotidiano, de la autocensura proclamada como pauta de convivencia en esta democracia del gobierno de Macri. De este modo de persecución que parece vamos aceptando.
Las historias que nos llegan de amigas/os o conocidas/os sirven para modelarnos, para entender lo que puede pasarnos si nos exponemos. Vuelve a ser clandestino el decir, hacer, pensar. Pareciera que fuera una provocación manifestar una idea política, como trabajador/a del Estado, contraria a la de la Alianza gobernante. Y todo en pleno negacionismo e intentos de impunidad para con los genocidas...
Despedidas/os como ñoquis, con un relato reciclado. Aunque digan achicar el Estado y mantengan o agranden la planta, con un alto porcentaje de cargos jerárquicos, además. En estos meses lanzaron una segunda avanzada de ajuste y “reducción de personal”. Hacen difícil defender esos puestos de trabajo, cuando avanza la mishiadura y preocupa la inflación liberada de paritarias. Se vuelve a mirar el propio bolsillo, que nos acucia con su estrechez. Atentos al día a día del sueldo devaluado. Al miedo de perder un laburo que comienza a escasear.
Las pequeñas rupturas de la solidaridad, fisuras en el entramado del campo popular. Se vuelve imperioso recuperar un relato del nosotros, salvaguardar nuestra identidad, unirnos ante las lógicas del enemigo. Habrá que construir una esperanza, me digo.
RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs).