Por la pinta
Macri llegó a Brasil la semana pasada para cumplir con una serie de encuentros junto al mandatario antipopular Michel Temer y lo primero que hizo, cuando bajó del avión, fue saludar a una multitud que jamás estuvo en el sector hacia donde dirigió su brazo alzado. Parece que el presidente argentino ha naturalizado esta maña de fingir una situación de cariño con el pueblo allí donde en realidad nada ocurre. Todo lo que hay es ausencia y ante la falta de crédito Macri dialoga con un espejo y se saluda a sí mismo.
En Brasil firmaron algunos documentos para trabajar en equipo y luego ofrecieron unas palabras a la prensa apostada en el lugar. Temer fue el primero en tomar el micrófono y contó que los ministros habían sellado algunos acuerdos para atender a las comunidades fronterizas, “un tema que angustia a Brasil y a todos los países con los que compartimos frontera”. Parece que esta camada de gobiernos neoliberales que azota a la región tiene una suerte de apego con la angustia: recordemos las palabras de Mauricio en Tucumán, en el marco celebratorio de los 200 años de independencia argenta. Pero, vamos al punto, ¿de qué habla Temer cuando dice que van a “atender” a las comunidades fronterizas? ¿Será casual que siempre encuentren una terminología ambigua y poco clara para informar las decisiones que toman? Pero esperen, no se vayan, que ahora viene lo mejor: “Avanzamos en temas como la seguridad de nuestras fronteras y el perfeccionamiento de nuestra integridad física”, soltó el presidente de Brasil que no votaron los brasileños. De nuevo: ¿a quiénes incluye Temer cuando dice “nuestra integridad física”? Intuyo que se viene la noche para los que tienen un pie del otro lado de esa línea.
Le toca a Macri el turno de la parla y se despacha con una frase rimbombante: “Es tiempo de darle un impulso histórico al Mercosur”. Explica la intención de trabajar para garantizar la libre circulación entre los países aliados, porque eso va a favorecer a la integración productiva. ¡Qué mirada latinoamericanista tienen estos presidentes, carajo! Si hasta me vienen ganas de votarlo. Ahora bien, ¿qué es lo que dice Macri que circulará libremente? Chequéenme que no hable de personas, por favor, ¿cómo encajamos sino ese posicionamiento político con el DNU que firmó apenas unos días atrás, endureciendo la Ley de Migraciones y atentando contra los Derechos Humanos de los que eligen estar en Argentina?
Bajo el disfraz de no darle tregua a la delincuencia han echado un manto de sospecha sobre todos los compatriotas que llegan de tierras muy cercanas como para creerlas tan ajenas. Ya es moneda corriente encontrar en YouTube videos de requisas policiales que no tienen otro pretexto que el aspecto del demorado. Cuando los efectivos de la Policía se ven en un aprieto, acaban por admitir que son directivas que vienen desde arriba (como los migrantes). Hostigar a latinoamericanos como si fuéramos Luxemburgo es una decisión política de un gobierno que soltó el bozal de sus fuerzas de seguridad, compuestas en su mayoría por agentes que tienen un origen común con aquellos que persiguen sin saber por qué.
Encontrarán en este enlace un motivo para pensar si realmente tienen sustento las sospechas que se plantea el gobierno de Cambiemos, y para juzgar si esta es la manera de llevar a cabo la lucha contra el narcotráfico que tanto les preocupa. El CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) salió a aclarar que las reformas de la ley generan un estado de sospecha permanente y ya no garantiza el derecho de las personas que no tienen nacionalidad argentina. Por cierto, de más está decir que de ahora en adelante será mucho más dificultoso el acceso a nuestra inmaculada nacionalidad. Es que vivimos en un territorio pequeño que explota de gente, ¿vio?
Cuando Mauricio Macri estaba en campaña para llegar al sillón presidencial visitó el programa de Alejandro Fantino, que era emitido por América TV. En un momento de la entrevista, el conductor lo consultó sobre su postura frente a la inmigración, y el candidato dijo su verdad: “Tiene que venir gente calificada a trabajar. Para desarrollar Vaca Muerta se necesitan 7000 ingenieros en petróleo y acá se egresan unos pocos cientos por año. Vamos a tener que llamar a gente con vocación de trabajar para que nos ayude”. A ver, nadie duda de que al país le faltan ingenieros. El tema es lo que olvida esa respuesta, todo lo que no está. Centenares de miles de hombres y mujeres que vienen a buscarse la vida y aceptan trabajos magros por monedas, dejando de lado su dignidad como personas: ellos no están en el campo visual de un tipo como Macri. No lo estarán jamás.
Con la noticia de la modificación de la ley sobre la mesa, el noticiero periodístico boliviano Piedra, papel y tinta dedicó al tema un programa especial. René Pereira Morató, sociólogo y director de la Universidad Mayor de San Andrés, explicaba desde el panel que esta nueva versión de la ley argentina no contempla a los ciudadanos bolivianos que son la base de la industria textil y que fabrican la vestimenta que luego consumen los argentinos: “Cuanto menos hay que tener una mirada integral del fenómeno migratorio en lugar de este veto étnico y racista que están ejecutando gobiernos de países importantes como Estados Unidos y Argentina”. Consuelo Tapia, especialista en migración boliviana, agregaba que lo que intentan estos gobiernos con la implementación de esta clase de prácticas es fabricar un chivo expiatorio para cargar culpas ante los desmanejos financieros y los retrocesos sociales.
En Brasil, al lado de su amigo Temer, Macri bromea con el fútbol. Al parecer, ningún asesor le sugirió aún que deje de hacer bromas con el fútbol, que ya está. Entonces sigue: “Espero que entendamos definitivamente que somos socios y que tenemos mucho por compartir, y que la rivalidad la dejemos para el deporte. En el fútbol, como siempre, a tratar de ganar, ¿no? Que eso es lo lindo que tiene. Pero en lo demás, a trabajar en conjunto”. Ni siquiera en el terreno donde se siente más suelto para hablar puede dar un consejo decente, pobre. Es que tiene la competitividad inoculada en la sangre y lo único que le importa es que le den los números para salir campeón. No interesa cómo. Si pidió un crédito de cientos de miles de millones de dólares a la banca internacional es algo que no viene al caso. En su cabecita sólo sirve ganar.
Pero miren un videíto más de otra detención arbitraria a un inmigrante, no se queden con las ganas: ese muchacho que pasó el mal trago resultó ser un periodista que labura en Télam, la Agencia de noticias oficial de la República Argentina. ¿Qué papelón, no? Una directora del medio tuvo que explicarle al oficial que estaba demorando a un profesional que trabajaba con ella. Según lo que se ve, parece que el uniformado de la Policía Metropolitana le había dicho que no tenía pinta de ser periodista.
Y así estamos: “por la pinta”, como en el truco. Y así nos va, jugando a las escondidas, como en los setenta.
RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs).