Dirigentes sindicales coinciden: "No hay margen para el ajuste"
Por Mariano Hoyos
El mes de la primavera floreció con un dólar a 40 pesos y tres días después el presidente Mauricio Macri emitió un mensaje a los argentinos y argentinas. “Sé perfectamente lo que están pensando y sintiendo en este momento, porque yo siento lo mismo”, fue el primer párrafo de su exposición. Diez minutos después anunció que reduciría a “más de la mitad” el número de Ministerios del Estado Nacional.
14 días más tarde, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, presentó en la Cámara de Diputados el Presupuesto 2019. La administración Cambiemos proyectó “equilibrio fiscal primario” y una reducción de dos puntos porcentuales del PBI en el gasto público.
Ese número, traducido en su totalidad a la variable salarial, implica una quita nominal del once por ciento para todos los empleados públicos. Traducido a empleo representa un aproximado de 45 mil trabajadores menos; casi un 25% del total de la planta del Estado Nacional.
Luciano Fernández, secretario gremial de ATE Capital, analizó los números del Presupuesto 2019 y aseguró: “No hay margen para el ajuste que están proponiendo. El humor social cambió. Se vive una situación de mucha angustia y hay un pueblo que perdió el miedo”, afirmó. Fernández describió que el empleado público de a pie percibe que, si pierde su laburo, no va a conseguir otro en ningún otro lado. “La desesperación empuja a la gente a salir y poner el cuerpo”, argumentó.
Damián Comas, secretario gremial de UPCN Capital (gremio mayoritario de los empleados públicos) aseguró que “la palabra del Presidente quedó completamente desacreditada” y se mostró sereno ante el anuncio presidencial. “Yo no creo que estos tipos se animen a despedir gente, pero si lo hacen que no quepa duda de que UPCN va a generar conflictos sectoriales”, confió Comas. “Hoy la principal tarea de todos los delegados es llevar a los afiliados el mensaje de nunca más votar a este gobierno”, explicó.
15 pesos para parar el hambre
El fantasma del estallido social recorrió tanto el discurso del Presidente como el del Ministro de Economía. “Sabemos que la pobreza va a aumentar”, confesó Macri antes de anunciar un “refuerzo económico” a los beneficiarios de la AUH y otros programas sociales para los meses de septiembre y noviembre. Dujovne, por su parte, elogió la "resiliencia de la economía argentina”. Es decir, su tolerancia a soportar procesos traumáticos.
Tan real y palpable es la posibilidad del estallido social que se ganó su propio apartado en las negociaciones con los representantes del Fondo Monetario Internacional. Según lo ofertado por Argentina en el Acuerdo Stand By: “En nuestro plan contemplamos el improbable caso de que la situación social se deteriore como consecuencia de la necesaria recalibración económica”. Si eso ocurriese: “El gobierno se compromete a sostener el gasto social y destinar recursos adicionales (hasta un 0,2 por ciento del PBI) a políticas altamente efectivas y focalizadas” con la finalidad de mantener la cohesión social.
Gildo Onorato es referente a la CTEP y su tarea es organizar a “los descamisados del siglo XXI”, según definió el triunviro de la CGT, Juan Carlos Schmidt. La CTEP representa sindicalmente a los excluidos que quedaron por fuera del mercado laboral y tuvieron que inventarse su propio trabajo. “Aquellos compañeros que son tercera generación de pobreza estructural”, según Gildo. Onoratoa trató de “caraduras” a Stanley y a Macri por pensar que van a parar el hambre con un paliativo de 15 pesos por día por familia.
“La Argentina no explota porque hay un tejido social contenido por las organizaciones del campo popular”, expuso, al relatar el termómetro percibido en los más de 300 comedores que la CTEP nuclea en el conurbano bonaerense. Agregó que, “en los barrios”, la militancia desalienta saqueos y que “con hambre” es “muy difícil mantener la paz"
En una entrevista con el periodista Luis Majul, la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley calificó de “novedosa” la cláusula que el gobierno de Mauricio Macri propuso al Fondo Monetario Internacional. “En caso de que los índices sociales muestren un aumento en la pobreza, el gobierno contaría con un extra, un plus para destinar al gasto social”, detalló Stanley al referirse a las prevenciones contempladas en el Stand By.
El sostenimiento de recursos adicionales garantizaría la gradualidad en un sector específico de los tiempos del ajuste. En otras palabras, lo que la ministra anticipó es que el gobierno podría extender un “refuerzo económico” a fin de evitar el estallido social.
“El ciclo de Cambiemos para solucionar la problemática social está completamente agotado”, declaró Onorato. “Resulta inverosímil pensar que el gobierno va revertir en los 18 meses restantes de gestión, el problema que agravó durante los últimos dos años”, expuso, para luego concluir tajantemente: “No hay forma de que se diagramen políticas que eviten una crisis antes de las elecciones del 2019”.
“El gobierno no quiere entender que ya no queda margen para administrar los retrocesos de la clase trabajadora. Ya no hay condiciones para parches ni para paliativos parciales y sectoriales”, aseguró Luciano Fernández y recordó que la última devaluación todavía no se trasladó a precios, que los tarifazos y la inflación se comieron el salario real y que “así no se puede vivir más”.
Gradualismo vs Presupuesto 2019
En diciembre de 2017 la revista Forbes distinguió al Jefe de Gabinete de ministros de la Nación, Marcos Peña, como el “CEO del año”. La política del “gradualismo” fue señalada como una de sus virtudes más notables. “La Argentina nunca pudo hacer un ajuste gradual, siempre se terminó en una crisis. Pero ahora ocurren cosas distintas”, publicó Forbes.
Nueve meses después, Nicolás Dujovne presentó un plan de ajuste a realizarse en el plazo de 365 días. El futuro responderá a la pregunta de si el ajuste propuesto por Nicolás Dujovne se ajusta o no al gradualismo propuesto por Marcos Peña.
Por lo pronto, la última semana de septiembre comenzó con escenas represivas en el Puente Pueyrredón, una movilización de alrededor de medio millón de personas y un contundente paro general, con un alto nivel de acatamiento.
Luciano Fernández describió a ATE Capital es como "una fuerza de energía militante” que creció en más de once mil afiliaciones en los últimos 18 meses. “El gobierno no deja más opción que asumir la coyuntura con la mayor radicalidad posible”, puntualizó.
Para Onorato, el gobierno "no tiene fuerza ni consenso para reprimir una manifestación que pide comida. No se puede negar la agenda del hambre”. “Nosotros siempre apostamos a fortalecer el canal institucional, pero el deterioro proyectado para el 2019 es muy profundo”, analizó.
“Hay que tratar que estos tipos hagan el menos daño posible, y para eso hay que estar en la calle” manifestó Onorato, y agregó que es preferible "que se desborde el tránsito y no los supermercados de los barrios populares".
“El gobierno propone un modelo económico que únicamente cierra con hambre y represión”, analizó Luciano Fernández y agregó que el gobierno va a querer apelar al “discurso del orden”. “Está latente el default y hay crisis de expectativas. Alimentaron la voracidad del sistema financiero y ahora son víctimas de sus propias políticas”, concluyó.