Merlo: ¿En qué quedó Acoplados del Oeste, ex Petinari?
Publicado en LaplumaMerlo. Fotografía: Rodrigo Guantay
A fines de 2014 por irregularidad y falta de pagos, los trabajadores dijeron: Basta. Iniciaron una huelga con cese de actividades y como consecuencia tuvo 50 despidos. Se redobló la apuesta y se inició el paro.
“El conflicto empezó en el 2014, con falta de pagos de quincenas, aguinaldo sin pagar o en cuotas. Nosotros siempre apuntalábamos a la empresa para que siga viviendo”.
En medio de las negociaciones, los dueños querían pagar el 50% de la deuda apoyándose en la Ley 2047. El Ministerio de Trabajo no dejó la reducción de la deuda ya que necesitaban certificados de crisis. A raíz de esto, se despidió a 80 trabajadores más y quedaron todos sin trabajo.
“Con seguridad privada adentro de la planta y con SMATA que nos iba a dar una mano nos dimos cuenta que estaba todo arreglado. Nos contactamos con una cooperativa de Pigüe, en particular con sus abogados. Actualmente nos acompañan. Ellos se empezaron a mover y nos encontramos con que la empresa se había vendido en 2009 a la empresa “Ágape” que es una de ellos mismos. Esta empresa está conformada por 2 de los 5 dueños de Petinarri. Entre ellos mismos se estaban vendiendo la fábrica por 38 millones de pesos”.
El problema que tenían los dueños de Petinari para vender la empresa fue que tenían que escriturar a Julio de 2015, los abogados al ver ese movimiento hicieron una división de bienes.
“Le pararon la fábrica. No podían escriturar, no podían hacer movimiento de cuentas, no podían hacer nada. Ese mismo día que los abogados nos dijeron eso a nosotros, cuando escuchó SMATA, se pegó media vuelta y se fue. Nunca mas apareció“
Sin apoyo del gremio más importante, con todos los trabajadores en la calle y sin trabajo decidieron formar la cooperativa. Luego de 9 meses, tomaron la fábrica y empezaron a producir.
“Un día dijeron que habíamos tomado la empresa por la fuerza, que estaba mal lo que habíamos hecho y nos desalojaron. Conseguimos un aval y pudimos volver a entrar y a producir. Hasta que la señora y gobernadora Maria Eugenia Vidal dijo que el Gobierno de la Provincia no se encontraba en la situación para mantener la cooperativa”.
“Nosotros pudimos hacer que se sancione la ley en Cámara de Diputados y Senadores de la provincia. Vidal aquel día estaba afuera del país, ella estaba en España, pero la vetó. Todavía no sabemos cómo hizo pero fue dos horas antes de que sea ley”.
Al vetar la ley los Petinari pidieron la orden de desalojo. “En ese entonces el Ministro de Trabajo, Marcelo Eugenio Villegas, Vino a la planta, y dijo que nos iba a apoyar. Nos había dicho que no nos iban a desalojar. En dia del desalojo lo llamamos y nunca nos contesto. Nos traicionó“. Contaron los trabajadores en Drops.
Cambiemos para los trabajadores “es un problema”. Ellos sostienen que la dueña de Petinari fue con “una billetera bastante grande” a la Cámara de Diputados y logró que se vote contra la cooperativa.
“Teníamos un convenio con la matanza para fabricar acoplados de camiones. La mano de ADO es calificada. Con el Municipio de Merlo hicimos las paradas de colectivo. Los canastos de la basura, las partes de atrás de los camiones de la Municipalidad, a los bomberos de acá de Padua le hicimos el acoplado”.
En cuanto a la relación con el Municipio de Merlo aclararon: “Nos dan una mano con mercadería, nos pusieron baños químicos y dejá de contar. Yo no voy a tirar para un lado o para el otro, pero no podemos decir que el municipio no nos está dando una mano. Tanto el municipio como la gente. Es impresionante como nos apoya toda la gente. Gracias a eso estamos hoy en día de pie. La postura al hablar de la Municipalidad, por parte de los cooperativistas es clara”.
Finalmente, contaron una serie de anécdotas que quedan de la lucha. “Muchas veces me hicieron llorar. Una vez paró una mujer con un auto importado y sacó un billete de $100, se lo pasó a su hijo y el nene me lo dio. Le dijo: para que aprendas a ser solidario. En otra oportunidad un jubilado que acababa de cobrar la jubilación me dio $200 y le dije: Abuelo, ¡es mucho! y me contestó: ustedes lo van a necesitar más que yo”.
Lo solidaria que es la gente es increíble. Yo era un laburante que trabajaba 8 horas, a veces 9 o 12, no me importaba lo que pasaba en el mundo porque yo trabajaba. Hoy con todo lo que vivimos te puedo asegurar que miro la calle a ver si veo a una señora y la ayudo. Aprendí que tengo que ser solidario con la gente”.